Leonard Bernstein: el gran maestro compositor y director de orquesta del siglo XX
Gran divulgador musical, el norteamericano es considerado un icono al abarcar campos tan heterog¨¦neos como ser un gran pianista, componer musicales y hasta una banda sonora de pel¨ªcula
Una vida fren¨¦tica y una personalidad m¨¢s arrolladora y creativa que la propia vida. Leonard Bernstein tuvo una dedicaci¨®n plena a la M¨²sica, con may¨²scula, porque era su pasi¨®n: quiso unir la m¨²sica cl¨¢sica y la popular y acercarla al gran p¨²blico, que la conocieran los j¨®venes y que la amaran los mayores, y para ello no dud¨® en recurrir a Los Beatles o a Elvis Presley para ejemplificar su gran valor.
Bernstein dirigi¨® las mejores orquestas, fue un pianista de renombre, un compositor polifac¨¦tico y un gran divulgador musical siempre que ten¨ªa ocasi¨®n. Estamos en el a?o del centenario de su nacimiento y cientos de actos recuerdan estos d¨ªas en el mundo su talento y creatividad abrumadores, a la vez que su expresividad con la batuta y su energ¨ªa en sus clases magistrales.
Adquiri¨® fama mundial al frente de la Orquesta Filarm¨®nica de Nueva York, pero sin duda fue la composici¨®n del musical de Broadway West Side Story, que lleva represent¨¢ndose durante seis d¨¦cadas de manera ininterrumpida, el que le encumbr¨® como referente musical. En el a?o de su centenario, Sony Classical homenaje¨® en noviembre del a?o pasado su trayectoria lanzando una caja que inclu¨ªa cien discos remasterizados con lo mejor de su carrera, imposible, por otra parte, de resumir.
Louis Bernstein naci¨® en Lawrence, Massachusetts, tal d¨ªa como hoy, 25 de agosto, de hace cien a?os, en 1918. Su familia, jud¨ªa, proced¨ªa de Ucrania. Sus padres prefer¨ªan llamarlo Leonard o Lenny, a pesar de que el nombre de pila y que tanto le gustaba a la abuela era Louis. Sin embargo, a los 16 a?os acab¨® por cambiarse el nombre para quedarse con Leonard. Su padre era un hombre de negocios que lo llev¨® con frecuencia a conciertos, aunque despu¨¦s se opuso a su carrera musical, tal vez porque era de aspecto d¨¦bil y enfermaba con facilidad.
Siendo un ni?o, Leonard escuch¨® una interpretaci¨®n de piano y qued¨® tan cautivado que empez¨® a estudiar el instrumento. Adem¨¢s, su t¨ªa Clara se estaba divorciando y necesitaba un lugar para guardar su enorme piano vertical. Pero el rechazo de su padre a pagarle las clases de piano oblig¨® al peque?o ingeni¨¢rselas para coste¨¢rselas ¨¦l, as¨ª que se dedic¨® a ense?ar a otros estudiantes y a emplear ese dinero en sus propias lecciones. Al poco tiempo, su padre qued¨® impresionado de su talento y le compr¨® un piano de media cola.
Bernstein asisti¨® a la Boston Latin School, donde conoci¨® a su primera maestra y mentora de toda la vida, Helen Coates. Tras graduarse, Lenny estudi¨® Teor¨ªa Musical con Arthur Tillman Merritt y Contrapunto con Walter Piston en la Universidad de Harvard. En 1937 su vida cambi¨® al asistir a un concierto de la Boston Symphony, dirigida por Dimitri Mitropoulos. El coraz¨®n de Bernstein dio un vuelvo cuando vio al griego gesticular con entusiasmo mientras dirig¨ªa. Al d¨ªa siguiente, Mitropoulos escuch¨® a Bernstein interpretar al piano una sonata y se sinti¨® tan conmovido por las habilidades del joven que lo invit¨® a asistir a sus ensayos. Leonard pas¨® una semana con ¨¦l y despu¨¦s de la experiencia decidi¨® convertir la m¨²sica en el centro de su vida.
Al acabar sus estudios en Harvard (1939), Leonard ingres¨® en el Curtis Institute de Filadelfia, donde ya destacaba y recibi¨® el ¨²nico sobresaliente que Fritz Reiner concedi¨® en sus clases de Direcci¨®n. Bernstein se benefici¨® de la disciplina de esas clases, pero cre¨ªa en algo m¨¢s que en la mec¨¢nica. En esta ¨¦poca tambi¨¦n estudi¨® piano con Isabella Vengerova y Heinrich Gebhard.
En 1940, cuando ten¨ªa 22 a?os, el Berkshire Music Center en Tanglewood invit¨® a Bernstein a unirse a otros 300 estudiantes con talento y a m¨²sicos profesionales para un verano de actuaciones musicales. Leonard fue uno de los ¨²nicos cinco estudiantes aceptados en la clase magistral de Direcci¨®n de Serge Koussevitzky, quien, a la postre, se convirti¨® en una figura paterna para Lenny.
Pero el talento no asegura el trabajo y a pesar de su pasi¨®n y brillantez, Bernstein se encontr¨® sin trabajo despu¨¦s de ese verano en Tanglewood. Pas¨® un tiempo transcribiendo m¨²sica, pero la fortuna lo visit¨® de nuevo al ofrecerle el puesto de director asistente de la Orquesta Filarm¨®nica de Nueva York.
En los albores de la guerra muy pocos m¨²sicos de calidad se quedaron en Estados Unidos y la recomendaci¨®n de un asistente nacido en el pa¨ªs norteamericano fue bien vista y aceptada. El 14 de noviembre de 1943 el destino de Bernstein cambi¨® cuando fue llamado a las nueve de la ma?ana avis¨¢ndole de que el director invitado para aquel d¨ªa, el muy prestigioso Bruno Walter, estaba enfermo y ordenaron a Bernstein que dirigiera el concierto de esa tarde.
El joven director sorprendi¨® al p¨²blico y a sus m¨²sicos por la compleja obra y apenas haber ensayado y, como el concierto fue retransmitido para todo el pa¨ªs, su fama se dispar¨® a la vez que lo hicieron los aplausos. Hasta el ¡®New York Times¡¯ public¨® un art¨ªculo en la portada sobre su actuaci¨®n y Leonard Bernstein, en un solo d¨ªa, se convirti¨® en un director respetado y dirigi¨® la Filarm¨®nica 11 veces m¨¢s hasta el final de esa temporada.
Entre 1945 y 1947 Bernstein dirigi¨® la orquesta de Nueva York y fue tambi¨¦n invitado por todas las orquestas m¨¢s importantes del pa¨ªs y tambi¨¦n las de Europa. Su mentor Mitropoulos le aconsej¨® casarse, ya que las especulaciones sobre su sexualidad iban en aumento y pod¨ªan hacer peligrar su carrera a pesar de su gran talento. Despu¨¦s de un turbulento noviazgo en el que se comprometi¨® y rompi¨® el compromiso varias veces, se cas¨® con la actriz costarricense Felicia Cohn Montealegre en 1951. La pareja tuvo tres hijos pero ¨¦l continu¨® manteniendo relaciones extramatrimoniales con hombres j¨®venes y acab¨® por confesar su bisexualidad a?os despu¨¦s.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la carrera de Bernstein no se detuvo y contin¨²o dando grandes frutos al empezar a desarrollarse en el panorama internacional. En 1949 dirigi¨® el estreno mundial de la Sinfon¨ªa Turangalila, de Oliver Messiaen, y en 1951 asumi¨® la jefatura de los departamentos orquestal y de direcci¨®n de Tanglewood, siendo nombrado tambi¨¦n director titular de la Filarm¨®nica de Nueva York en 1958.
En 1952 fund¨® el Creative Arts Festival en la Universidad de Brandeis, y all¨ª tambi¨¦n descubri¨® su pasi¨®n por la ense?anza. En la televisi¨®n, por su sencillez y naturalidad, lleg¨® a un p¨²blico nuevo y joven con programas como Omnibus y Conciertos para j¨®venes. Dos libros de ensayos, La alegr¨ªa de la m¨²sica (1959) e Infinita variedad de m¨²sica (1966), fueron productos directos de sus presentaciones televisivas. En 1954 compuso su ¨²nica banda sonora para el cine, en la pel¨ªcula, La ley del silencio, de Elia Kazan.
Como entusiasta de la m¨²sica cl¨¢sica y pop que fue siempre, Bernstein escribi¨® su primera opereta, Candide, en 1956. Su segundo trabajo para el escenario fue una colaboraci¨®n con Jerome Robbins, Arthur Laurents y Stephen Sondheim, en el aclamado musical West Side Story. Cuando se estren¨®, obtuvo cr¨ªticas un¨¢nimes muy favorables, que m¨¢s tarde fueron igualadas por la versi¨®n en el cine en 1961.
Como compositor, Bernstein fue una figura alabada pero a la vez controvertida. Sus grandes obras, incluidas las sinfon¨ªas Jerem¨ªas (1943), Age of Anxiety (1949) y Kaddish (1963), no se consideran obras maestras, sin embargo, tienen una gran sensibilidad y muestran peque?os cambios de variedad musical. Recibi¨®, en cambio, m¨¢s elogios por sus musicales de Broadway, como On the Town (1944) y Wonderful Town (1952) seguido de los ya mencionados Candide (1956) y West Side Story (1957).
Dentro del g¨¦nero oper¨ªstico, Bernstein dirigi¨® el estreno estadounidense de Peter Grimes (1946). Asimismo, en La Scala de Mil¨¢n dirigi¨® a Maria Callas en Medea, de Cherubini y La sonnambula, de Bellini. Tambi¨¦n dirigi¨® un Trist¨¢n e Isolda, en M¨²nich. En 1966 debut¨® en la ?pera estatal de Viena dirigiendo Falstaff, de Verdi, con producci¨®n de Luchino Visconti. En 1970 volvi¨® a esa ¨®pera para la producci¨®n que hizo Otto Schenk de la ¨®pera de Beethoven Fidelio. En 1986 dirigi¨® su propia obra: A Quiet Place. Se despidi¨® de la ¨®pera de manera accidental en 1989 despu¨¦s de una representaci¨®n de la Khovanshchina, de Mussorgsky. De repente, entr¨® en el escenario y abraz¨® al director de orquesta Claudio Abbado ante una audiencia sorprendida pero divertida.
Sorprendente fue tambi¨¦n, cuando dos d¨¦cadas antes, en 1967, Bernstein renunci¨® como director musical de la Filarm¨®nica. Pero, de acuerdo con su naturaleza y la continua creatividad en sus m¨²ltiples actividades, busc¨® nuevos canales de expresi¨®n art¨ªstica.
A finales de la d¨¦cada de los 60 el compositor norteamericano tambi¨¦n se vio afectado por la agitaci¨®n cultural que reinaba en aquel momento. Afirm¨® que toda la m¨²sica, aparte del pop, parec¨ªa pasada de moda y eso le puso en contra de muchos. Tambi¨¦n le llovieron las cr¨ªticas cuando su esposa organiz¨®, en 1970, una recaudaci¨®n de fondos para los Panteras Negras (grupo pol¨ªtico afroamericano de ideolog¨ªa extrema) y fue acusado de antisemitismo, o con su postura contra la Guerra de Vietnam.
Desde 1970 Bernstein dirigi¨® en muchas ocasiones a la Orquesta Filarm¨®nica de Viena, y con ella grab¨® muchas de las obras que ya hab¨ªa registrado con anterioridad con la Filarm¨®nica de Nueva York, entre ellas la grabaci¨®n integral de las sinfon¨ªas de Beethoven, de Mahler, de Brahms y de Schumann. En 1973 lo escogieron en su Universidad de Harvard con el fin de que impartiera una serie de seis clases sobre m¨²sica. Tomando el t¨ªtulo de una obra de Charles Ives, llam¨® a esta serie de conferencias The unanswered question (La pregunta sin respuesta), y en ellas analiz¨® la evoluci¨®n de la m¨²sica cl¨¢sica occidental hasta ese momento, pudiendo verse estas clases en la actualidad tanto en libro como en formato DVD.
Su obra Mass, una pieza de teatro para cantantes, jugadores y bailarines, estrenada en el Kennedy Center en Washington en 1971, supuso su creaci¨®n m¨¢s pr¨®xima a lograr la s¨ªntesis que persegu¨ªa entre Broadway y la m¨²sica de c¨¢mara, acercar lo cl¨¢sico a lo popular con un elenco de canciones en estilos que iban del rock al blues y al g¨®spel.
En los a?os 80 Leonard Bernstein fue el director de orquesta y comentarista de una serie especial sobre la m¨²sica de Beethoven que presentaba a la orquesta Filarm¨®nica de Viena interpretando las nueve sinfon¨ªas del m¨²sico alem¨¢n, varias de sus oberturas, y la Missa Solemnis. Continu¨® con su apretada agenda internacional y dedic¨® su apoyo a causas sociales: dio conciertos para conmemorar el cuadrag¨¦simo aniversario del bombardeo de Hiroshima y en beneficio para la investigaci¨®n del s¨ªndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).
El d¨ªa de Navidad de 1989 Bernstein dirigi¨® la Novena Sinfon¨ªa de Beethoven en el Schauspielhaus de Berl¨ªn Este como parte de una celebraci¨®n por la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn. El concierto fue retransmitido en directo para m¨¢s de veinte pa¨ªses, teniendo una audiencia estimada de cien millones de personas. Para la ocasi¨®n, Bernstein parafrase¨® el texto de la Oda a la alegr¨ªa de Friedrich Schiller, diciendo ¡°libertad¡± en lugar de ¡°alegr¨ªa¡±. ¡°Estoy seguro de que Beethoven nos hubiera dado su consentimiento¡±, asegur¨® el director en aquel momento.
Leonard Bernstein alcanz¨® su mayor reconocimiento como director de orquesta. Sus apariciones en el extranjero produc¨ªan gran expectaci¨®n que finalizaban casi en excitaci¨®n por la energ¨ªa y emoci¨®n que transmit¨ªa al frente de las orquestas que dirig¨ªa y que convert¨ªan cualquier interpretaci¨®n en apoteosis.
A pesar de los problemas de salud, Bernstein continu¨® recorriendo el mundo en 1990 antes de regresar a Tanglewood para su ¨²ltimo concierto el 19 de agosto. Hab¨ªa dirigido all¨ª una orquesta profesional en 1940, y en esa ocasi¨®n, cincuenta a?os m¨¢s tarde, iba a ser la ¨²ltima, con la Orquesta Sinf¨®nica de Boston, con la que interpret¨® Four Sea Interludes, de Britten, y la S¨¦ptima Sinfon¨ªa, de Beethoven.
Fumador durante muchos a?os, Leonard combati¨® un enfisema desde su juventud y lleg¨® a sufrir un ataque de tos en medio de una interpretaci¨®n de Beethoven que casi le oblig¨® a suspender el concierto. El 14 de octubre de 1990, cinco d¨ªas despu¨¦s de anunciar su retirada, Bernstein falleci¨® como consecuencia de un infarto de miocardio. En la comitiva de su funeral por las calles de Manhattan los obreros de la construcci¨®n se quitaron los cascos y saludaron el f¨¦retro al tiempo que gritaban ¡°Goodbye, Lenny¡±. Bernstein se encuentra enterrado en el Green-Wood Cemetery de Brooklyn, en Nueva York.
El pianista Arthur Rubinstein sintetiz¨® con una frase lo que representa Leonard Bernstein en la historia de la m¨²sica: ¡°El mejor pianista entre los directores, el mejor director entre los compositores, el mejor compositor entre los pianistas... Es un genio universal¡±.
En estos d¨ªas, y hasta agosto del a?o que viene, se suceder¨¢n los homenajes a su figura y a su obra: el primero ser¨¢ en la capital brit¨¢nica con la London Symphony Orchestra, que interpretar¨¢ su primer ¨¦xito en Broadway, On the Town. En el Festival de Edimburgo y el de Tanglewood tambi¨¦n se tocar¨¢n piezas suyas, mientras que las discogr¨¢ficas Deutsche Grammophon, Sony Classical y Warner pondr¨¢n a la venta ediciones especiales de su dilatada carrera. Por ¨²ltimo, la gran pantalla tambi¨¦n lo recordar¨¢, ya que se ha anunciado un ¡®remake¡¯ cinematogr¨¢fico de West Side Story que estar¨ªa dirigida por Steven Spielberg y tambi¨¦n se est¨¢n rodando dos pel¨ªculas biogr¨¢ficas, una con Jake Gyllenhaal en la piel de Bernstein y otra protagonizada y dirigida por Bradley Cooper.
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