El bramido del tiempo
Ortodoxo en la forma y heterodoxo en el fondo. As¨ª es ¡®Las rosas del sur¡¯, el libro en el que Julio Llamazares completa su periplo por las catedrales espa?olas
En 2008, Julio Llamazares publicaba Las rosas de piedra, una serie de viajes por las catedrales del norte de Espa?a, que completa ahora con otro conjunto de relatos que arrancan en Madrid y cuentan su periplo por los templos del sur y las islas. Es una experiencia que responde a la atracci¨®n que le han producido siempre ¡°esos fant¨¢sticos edificios que constituyen las cajas negras de nuestra historia. Conocerlas de verdad y no de paso, vivir dentro de ellas un d¨ªa para sentir toda su belleza, al tiempo que se descubren sus secretos y leyendas¡± es el prop¨®sito que gu¨ªa sus pasos. A la vez, este viaje f¨ªsico por nuestra geograf¨ªa es tambi¨¦n un viaje en el tiempo, pues el narrador se remonta al marco hist¨®rico en el que se construyeron las catedrales que visita o bien a otros momentos anteriores, cuando el viaje es tambi¨¦n un retorno, como sucede en Toledo o Baeza.
Tan ortodoxo es Julio Llamazares en la narraci¨®n de sus viajes en lo que concierne al plan o prop¨®sito y trazado de los mismos, como heterodoxo y cr¨ªtico y a ratos irreverente en la mirada que proyecta sobre lo que encuentra en su merodear.
Para relatar su experiencia, no desde?a la tradici¨®n moderna forjada por los grandes escritores viajeros ¡ªsean Baroja, Unamuno, Azor¨ªn o Nooteboom¡ª en la cual la impresi¨®n subjetiva se suma a la narraci¨®n del acontecer y a la descripci¨®n art¨ªstica y paisaj¨ªstica, que nunca defraudan. Abundan, asimismo, las impresiones personales, a menudo resueltas a modo de un autorretrato: ¡°Esc¨¦ptico, reflexivo, respetuoso y hasta lento en el andar, si alguien sobra en este sitio es el viajero, empe?ado en buscar belleza donde s¨®lo hay artificio¡±, escribe al visitar la Almudena. Tambi¨¦n lo vemos manifestar el malestar est¨¦tico que en C¨®rdoba le produce ¡°el contraste entre las dos culturas y credos aqu¨ª enfrentados¡±, la desaz¨®n que le causa la falta de tiempo o su rechazo ante el tipismo-costumbrismo folcl¨®rico propio de un souvenir, formular severas cr¨ªticas al negocio de la devoci¨®n y a la codicia de la Iglesia o al turismo de masas, y, en su condici¨®n de narrador, tomar notas y esbozar algunas l¨ªneas. Pero hay otros momentos en que vemos al viajero manifestar su deleite ante la vida, disfrutando de lo lindo en la catedral de Justo Gallego en Mejorada del Campo, descansando ¡°despu¨¦s de ver tanto arte y tanta riqueza juntos¡± y hasta entregado a alguna que otra enso?aci¨®n fant¨¢stica.
A menudo se sirve de gu¨ªas o audiogu¨ªas ¡ªmuy reducidas ahora esas referencias, en comparaci¨®n con la anterior entrega¡ª, y el narrador es ordenado y paciente y escrupuloso a la hora de describir los templos que visita, adem¨¢s de los espacios asociados a ellos, m¨¢s algunos enclaves cercanos.
Pero es la captaci¨®n del ambiente lo que singulariza estos relatos, que a menudo recogen las confidencias de los lugare?os ¡ªalgunos de los cuales son gu¨ªas muy versados¡ª, y plasman la atenta mirada a la vida que bulle alrededor, sea la celebraci¨®n de una boda o una procesi¨®n, o sean las escenas callejeras que se suceden al abandonar el templo y pasear por las calles, o a la hora de comer, momentos en que el libro se aproxima a la cr¨®nica y el reportaje, por lo general muy vivo y protagonizado por personajes de cierto regusto barojiano. Son estos momentos los que realzan y singularizan este viaje de Julio Llamazares a trav¨¦s de un pa¨ªs, su historia, su arte y sus gentes.
Las rosas del sur.?Julio Llamazares. Alfaguara, 2018. 696 p¨¢ginas. 24,90 euros.
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