¡®La monja¡¯: No todo lo que brilla asusta
A pesar de su siniestra atm¨®sfera, la pel¨ªcula se siente mec¨¢nica en sus ritmos y carente de imaginaci¨®n en sus sustos
Dicen que todo lo que toca el director malasio-australiano James Wan se convierte en oro. Muchos especialistas de la industria creen que el resurgimiento y ¨¦xito comercial del g¨¦nero de terror de los ¨²ltimos a?os se debe en gran parte a ¨¦l, a Oren Peli, creador de la saga Actividad paranormal, y a Jason Blum, productor de pel¨ªculas de terror de bajo presupuesto. En tiempos en los que todo estudio de cine quiere ganar millones de d¨®lares explotando un universo cinematogr¨¢fico, muy al estilo de la factor¨ªa de Disney y Marvel, Wan ha encontrado la f¨®rmula con sus personajes de la franquicia de El conjuro, una toma de ficci¨®n basada en los casos de la vida real de los parapsic¨®logos Ed y Lorraine Warren.
El ¨¦xito de Wan no es nuevo. Sus primeros pasos hacia el ¨¦xito comercial los dio con El juego del miedo (2004). La primera incursi¨®n del famoso soci¨®pata Jigsaw, tan solo cost¨® un poco m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares y recaud¨® m¨¢s de 100 millones en todo el mundo. Poco presupuesto y una gran inventiva se convirtieron en la carta de presentaci¨®n del director. Esta f¨®rmula la repiti¨® en La noche del demonio (2010, Insidious en ingl¨¦s), filme que realiz¨® igual con un poco m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares y que factur¨® casi 100 millones. Este ¨²ltimo proyecto fue el que finalmente lo catapult¨® a convertirse en uno de los cineastas del cine comercial de terror m¨¢s influyentes de la ¨²ltima d¨¦cada.
Gracias al encanto de los productores que ve¨ªan c¨®mo sus ingresos se multiplicaban con muy poca inversi¨®n, naci¨® la franquicia de El conjuro. Con una inversi¨®n de 81,5 millones de d¨®lares en cuatro pel¨ªculas, entre secuelas y spin-offs ¨CEl conjuro, El conjuro 2, Annabelle, Annabelle 2: La creaci¨®n¨C, ha generado m¨¢s de mil millones de d¨®lares en taquilla. La monja, protagonizada por el actor mexicano Demi¨¢n Bichir y la actriz estadounidense Taissa Farmiga, es la m¨¢s reciente entrega de este universo cinematogr¨¢fico. Al igual que sus antecesoras, este nuevo cap¨ªtulo no es la excepci¨®n. Estrenada el pasado 6 de septiembre, con un presupuesto de 22 millones de d¨®lares, ya ha recaudado m¨¢s de 230 millones en todo el mundo.
Basada en la historia escrita por Wan y Gary Dauberman, el filme nos presenta una trama que inicia con el suicidio deuna monja en una abad¨ªa rumana, motivo por el cual el Vaticano env¨ªa al padre Burke (Bichir) y una novicia, la hermana Irene (Farmiga), a investigar lo sucedido. Lo que ambos encuentran all¨¢ es un secreto perverso que les enfrentar¨¢ cara a cara con el mal en su esencia m¨¢s pura. La pel¨ªcula, dirigida por Corin Hardy, trata de conectar con la audiencia bas¨¢ndose en los artilugios que han forjado la carrera de Wan, pero a pesar de su siniestra atm¨®sfera, el filme se siente mec¨¢nico en sus ritmos y carente de imaginaci¨®n en sus sustos.
La inventiva de Wan y la magistral direcci¨®n que realiz¨® en El conjuro y El conjuro 2 ¨Cpel¨ªcula en la que aparece por primera vez la monja¨C, no se manifiestan bajo la batuta de Hardy. Las dos pel¨ªculas antes mencionadas gozan de una dicha sostenida y escalofriante, beneficiadas por el toque de realismo y cercan¨ªa que hab¨ªa frente a supuestos eventos paranormales como el de la familia Perron en Harrisville, Rhode Island, o el denominado Poltergeist de Enfield, que se reflejan en cada pel¨ªcula, respectivamente. En cada una de ellas hay algo m¨¢s profundo o m¨¢s oscuro que acecha m¨¢s all¨¢ del simplismo de la sorpresa agresiva o ruidosa. Al contrario, La monja sobredimensiona los eventos que suceden en un territorio m¨¢s de horror religioso-g¨®tico. Al director se le va de las manos toda la conjura que trata de construir alrededor de la pel¨ªcula. Cae en recursos sobreutilizados del g¨¦nero y se refugia en una parafernalia de efectos especiales que traicionan a los or¨ªgenes m¨¢s artesanales de la saga.
A pesar de los defectos que juegan en contra de La monja, las actuaciones de Bichir y Farmiga son un salvavidas para la pel¨ªcula. Ambos tienen muy claros a sus personajes, muy bien dibujados en sus convicciones claras y emocionalidades poderosas. La participaci¨®n de ambos se complementa con la imponente presencia de Bonnie Aarons, en el papel del ente maligno que toma forma de una monja. Asimismo, la direcci¨®n de fotograf¨ªa ofrece una que otra bocanada de aire en el lente de Maxime Alexandre. Este ofrece una gran composici¨®n a momentos, como en el plano en el que las monjas del convento se unen en oraci¨®n a la hermana Irene, para repeler el mal que acecha los pasillos de la infraestructura maldita.
El filme parece buscar desesperadamente alusiones a El exorcista (1973), un cl¨¢sico del g¨¦nero, pero sus intentos de homenaje caen en saco vac¨ªo en su intento de honrar a la gran tradici¨®n de pel¨ªculas de posesiones. El nuevo filme derivado del universo de El conjuro fue promocionado como ¡°el cap¨ªtulo m¨¢s oscuro de la serie¡±, pero cae v¨ªctima de su excesiva publicidad. Es una pel¨ªcula sobreexplotada que deja una sensaci¨®n de vac¨ªo, como si la serie comenzara a irse a la deriva. Sin embargo, desde la casa de ideas de Wan ya piensan en El conjuro 3 y The Crooked Man ¨Cotro filme derivado de la saga¨C. La monja podr¨¢ parecer otro ¨¦xito de oro, pero no todo lo que brilla gusta, o asusta.
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