La cartograf¨ªa a color de un fot¨®grafo ¡®amateur¡¯

Despu¨¦s de a?os mirando por el visor para cartografiar territorios y delimitar espacios, Luigi Ghirri (Scandiano, 1943-1992) decidi¨® dejar la topograf¨ªa para dar el paso a la fotograf¨ªa, en 1970, con 27 a?os. Empez¨® por los entornos urbanos de M¨®dena y de la regi¨®n de Emilia-Roma?a, con primeros planos de superficies y personas retratadas de lado o de espaldas. Despu¨¦s, ampli¨® el foco para hacer fotomontajes, fotografiar a personas que miran im¨¢genes y tambi¨¦n vallas publicitarios delante de paisajes que, retratadas frontalmente, toman la ambig¨¹edad del trampantojo. En ocasiones, ese juego compositivo entre realidad y ficci¨®n adquiere un punto de iron¨ªa. Una de sus m¨¢ximas fue: "Mi intenci¨®n no es hacer fotos, sino planos y mapas que se conviertan en fotos".

Al final de los a?os setenta, Ghirri, que de formaci¨®n era aparejador, acumul¨® un corpus de miles de im¨¢genes, siempre en color y en peque?o formato, de la que el Museo Reina Sof¨ªa muestra una amplia selecci¨®n en El mapa y el territorio, la exposici¨®n con la que el centro abre su nueva temporada y que constituye la primera gran retrospectiva de este autor fuera de Italia. ¡°Ghirri no es muy conocido¡±, ha reconocido en la presentaci¨®n el director del Reina Sof¨ªa, Manuel Borja-Villel, ¡°pero tiene el inter¨¦s de que, tras el neorrealismo, trabaja en color porque el mundo es en color, como ¨¦l dec¨ªa¡±. A pesar de que esta clase de fotograf¨ªa era despreciada porque se asociaba a la publicidad y a lo que pod¨ªa hacer cualquiera con una c¨¢mara. Lo serio era el blanco y negro.

Ghirri "introduce un elemento amateur y tambi¨¦n uno conceptual", ha a?adido Borja-Villel. Unos rasgos que se aprecian en sus im¨¢genes, que recuerdan a la fotograf¨ªa popular. De hecho, Ghirri trabaja lejos de los centros art¨ªsticos y de ceja alta de su pa¨ªs. Lleva a revelar las im¨¢genes de su peque?a Canon a estudios de barrio, como cualquier paisano. En 1978, publica su principal libro, Kodachrome, considerado uno de los m¨¢s importantes de la d¨¦cada en Italia, y un a?o despu¨¦s monta su primera gran exposici¨®n, Vera Fotografia (Fotograf¨ªa aut¨¦ntica), en Parma.

El comisario de la exposici¨®n, James Lingwood, ha destacado el car¨¢cter autodidacto de Ghirri. ¡°No estudi¨® fotograf¨ªa, aunque posteriormente escribi¨® ensayos sobre este arte. ?l se mov¨ªa por los lugares que conoc¨ªa, en lo que llamaba 'viajes m¨ªnimos¡¯, como un fot¨®grafo de fin de semana". Su obra la desarrolla en una Italia convulsa, en la que los suburbios se expanden y la industria declina.

El recorrido por la muestra, abierta al p¨²blico del 26 de septiembre al 7 de enero, suma unas 250 im¨¢genes y ¡°14 grupos tem¨¢ticos¡±, series que normalmente dejaba abiertas. A su inter¨¦s por las arquitecturas ef¨ªmeras y por tomar fotos de representaciones del mundo, como mapas o carteles, sum¨® un divertido trabajo, In escala. Son im¨¢genes de un parque de atracciones de R¨ªmini compuesto por versiones reducidas de monumentos de toda Italia, con los que jug¨® con los turistas que pasaban o se retrataban en ellos, convirti¨¦ndolos en miniaturas. Un punto kitsch que ¡°hace que Ghirri encarne una modernidad cercana¡±, a?adi¨® Lingwood. Ese mundo de apariencias visuales ¡°que propuso de una manera delicada, es muy actual porque adelant¨® lo que hoy vivimos a trav¨¦s de los medios y de ese tsunami del narcisismo que es Instagram".