La sala vac¨ªa de Tom Petty
Hoy hace un a?o que el m¨²sico muri¨® y todav¨ªa es importante preguntarse qui¨¦n era realmente el hombre que hab¨ªa detr¨¢s de la eminencia del 'rock and roll'
Dec¨ªa Jakob Dylan que con Tom Petty siempre suced¨ªa lo mismo: la sala se llenaba de gozo. En sus conciertos, la gente se pon¨ªa a cantar sus canciones a pulm¨®n abierto. El hijo de Bob Dylan era gran admirador de Petty, pero se?alaba una realidad dif¨ªcilmente cuestionable: pocos cancioneros en el rock and roll brillaban tanto en boca de otros. Cuarenta y cinco apariciones en lo alto de las listas de Billboard dan muestra de un repertorio de alto calibre, pero, m¨¢s all¨¢ de los n¨²meros, sus canciones hac¨ªan la vida m¨¢s habitable.
No siempre lo fue para ¨¦l. El autor de American Girl sufri¨® mucho m¨¢s de lo que dec¨ªan sus composiciones, incluso sus -escasas- declaraciones en prensa. Casi nadie fue consciente, ni mucho menos sus seguidores, fervientes y entregados a la causa de su m¨²sica, tanto que desde hac¨ªa a?os se celebraban en ciudades como Nueva York, Los ?ngeles, Seattle, San Francisco o Nashville los conocidos como Pettyfests, reuniones de m¨²sicos para interpretar el cancionero de Petty. Eran como actos religiosos, que en Espa?a llegaron a tener representaciones similares en los homenajes que se le hicieron en Madrid y Barcelona tras su fallecimiento.
Hoy hace un a?o que Tom Petty muri¨® y todav¨ªa es importante preguntarse qui¨¦n era realmente el hombre que hab¨ªa detr¨¢s de la eminencia del rock and roll estadounidense. Desde que debutase en 1976 con su primer disco, nunca baj¨® el list¨®n de su carrera, ofreciendo ¨¢lbumes y conciertos que siempre le mantuvieron en la cumbre de los mejores. Incluso hoy, un a?o despu¨¦s de irse, se puede apreciar m¨¢s la magn¨ªfica talla de su figura con la publicaci¨®n de la caja de cuatro discos An America Treasure, en la que solo por las tomas alternativas (especialmente emotivas son Lousiana Rain, Rebels o You and Me) y las interpretaciones en directo de sus cl¨¢sicos (imponentes suenan Listen to Her Heart, Anything That¡¯s Rock¡¯n¡¯roll o Two Guslingers) se justifica su cancionero sobresaliente. Aunque las canciones in¨¦ditas -hasta diez- dibujan mejor el trazo de su talento, desde Surrender, con ese aroma a The Byrds en el sonido de las 12 cuerdas, hasta Lonesome Dave, con ese rock and roll de primera escuela como salido de la gramola de Gene Vicent, pasando por Bus Tampa Bay, una nueva visi¨®n nost¨¢lgica a su adolescencia en Florida, cuando conoci¨® a los Heartbreakes, cuando el rock le salv¨® la vida.
El cantante de la sonrisa burlona y cabello rubio platino, maltratado por su padre de ni?o y preso de la culpa por el fin de su matrimonio, siempre se refugi¨® en la m¨²sica, un lugar que termin¨® por ser tambi¨¦n una trampa. Petty se gan¨® cada gramo de su ¨¦xito. Era encomiable su esfuerzo, era impresionante su calidad compositiva, pero lleg¨® a vivir casi de una forma enfermiza entre las paredes imaginarias de las canciones. Como escribe Warren Zanes en la biograf¨ªa Petty: ¡°Cuando entr¨® de lleno en la vida adulta ya estaba encadenado al ciclo de los ¨¢lbumes y sab¨ªa muy poco de la vida exterior¡±. Nunca fue a mejor.
Nadie sab¨ªa de verdad lo que se estaba hundiendo. Conviene recordarlo: el d¨ªa de su muerte, a los 66 a?os, fue hallado inconsciente en su casa tras ingerir un c¨®ctel t¨®xico de siete medicamentos. Trag¨®, entre otros, un opi¨¢ceo fentanilo para paliar sus dolores en una cadera que se hab¨ªa fracturado y distintas pastillas contra la ansiedad, la depresi¨®n y el insomnio. Lo mat¨® un fallo org¨¢nico m¨²ltiple. En una reciente y conmovedora entrevista en Rolling Stone, Mike Campbell, guitarrista de Heartbreakers y su mano derecha, reconoce que Petty, al que califica de ¡°hermano¡±, no sab¨ªa parar con su trabajo. Lo dice en respuesta a las palabras que dijo Stevie Nicks, ¨ªntima amiga de Petty y del propio Campbell. La cantante de Fleetwood Mac asegur¨® que su amigo ¡°deber¨ªa haber suspendido la gira¡± y ¡°haberse ido al hospital¡±. Pero Petty, conocido en su entorno por no ser f¨¢cil discrepar con ¨¦l, se neg¨® y, como hac¨ªa en sus a?os salvajes con la hero¨ªna, la coca¨ªna y el alcohol, se automedicaba sin control. ¡°Nada pod¨ªa cambiar su mente. Si le dec¨ªas que deber¨ªa ir al hospital, te respond¨ªa: ¡®Que te jodan. Estoy girando. Nadie me va a obligar a ir a un hospital¡±, cuenta Campbell. En su libro, Warren Zanes es bastante gr¨¢fico sobre los ¨²ltimos a?os de su vida: ¡°M¨¢s que como un hombre en la cima de su carrera, se estuvo comportando como uno de esos animales que se retiran a morir¡±.
Petty muri¨® cuando celebraba 40 a?os de carrera con una gran gira aniversario. Estuve en el concierto que dio en Londres, en Hyde Park. Su ¨²ltima visita a Europa. Pude comprobar que parec¨ªa fastidiado de salud, pero tambi¨¦n lo que dec¨ªa Jakob Dylan: el p¨²blico brit¨¢nico se llenaba de gozo, cantando todas sus canciones, a¨²n el animal estuviese herido. Pero, hoy, sin Tom Petty, sus canciones suenan distintas, sin tener del todo claro si son la puerta a un mundo mejor o una simple salida de auxilio. S¨®lo se puede afirmar que hoy, tristemente, la sala est¨¢ vac¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.