Verdaderamente divina

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Su vida, en im¨¢genes

He trabajado muchas veces con Montserrat como director de orquesta. La primera vez, en Roma, en 1970, donde hicimos Agnese di Hohenstaufen, de Spontini, de la que tengo un bell¨ªsimo recuerdo. Pero nuestra primera gran colaboraci¨®n fue, en 1973, en la grabaci¨®n de Aida, de Verdi, en Londres, donde ella cant¨® una Aida que para m¨ª sigue siendo la m¨¢s grande interpretaci¨®n todav¨ªa hoy de ese papel. Debo recordar un detalle. El aria O cieli azzurri, del tercer acto, con ese famoso do sobreagudo casi al final, la grab¨® de una sola vez, de principio a fin, y sin cortes o repeticiones. Esa aria es un milagro de la grandeza del arte de Montserrat. Despu¨¦s hicimos juntos Cavalleria Rusticana, de Mascagni, I Puritani, de Bellini, y, sobre todo, una extraordinaria Norma, del mismo compositor, en la ?pera de Viena.

Montserrat ha sido no solamente una de las ¨²ltimas grandes cantantes de la historia del canto, sino tambi¨¦n una gran profesional. Conmigo siempre trabaj¨® con una dedicaci¨®n muy poco habitual hoy. He amado siempre su canto y su voz. Ahora mismo estoy en Chicago, donde dirig¨ª anoche un concierto a la Sinf¨®nica, pero me dec¨ªan que en Italia todas las emisoras de radio estaban emitiendo hoy esa aria O cieli azzurri de Aida que grabamos juntos, y donde Montserrat entr¨® en el estudio como una reina, como una gran reina espa?ola. La cant¨® de principio a fin y ascendi¨® a ese do sobreagudo como si fuera la estela de una estrella. Creo que si miramos hoy al firmamento, ese do ser¨ªa la estela de Montserrat en el cielo. Es un gran luto y dolor para m¨ª. Una p¨¦rdida para el mundo de la ¨®pera. Montserrat era una de las ¨²ltimas divas en sentido siempre positivo y nunca negativo. Ella era verdaderamente divina. Afortunadamente quedan sus grabaciones como recuerdo de una gran mujer.

Riccardo Muti es director de orquesta?