El Picasso de M¨¢laga desentierra las ra¨ªces m¨¢s espa?olas en la obra del artista
¡°El sur de Picasso. Referencias andaluzas¡± suma 200 obras que transitan por el arte ib¨¦rico, la antig¨¹edad cl¨¢sica y la obra de sus contempor¨¢neos
Pablo Picasso (M¨¢laga, 1881-Mougins,1973) vivi¨® en Espa?a durante su infancia y primera juventud, pero su impresionante carrera art¨ªstica se desarroll¨® en Par¨ªs. Innovador y rompedor como pocos mantuvo, sin embargo, constantes referencias a sus or¨ªgenes culturales en toda su obra. El Museo Picasso de M¨¢laga muestra hasta el 3 de febrero una exposici¨®n de 200 obras, El sur de Picasso. Referencias andaluzas, en las que por vez primera se propone un viaje por todo aquello situado al Sur de los Pirineos que sirvi¨® para inspirar el genio del artista: el Mediterr¨¢neo, el mundo cl¨¢sico, el barroco y la modernidad de los artistas contempor¨¢neos a ¨¦l. Obras maestras de El Greco, Zurbar¨¢n, Vel¨¢zquez, Goya, Mar¨ªa Blanchard y Juan Gris le sirven al comisario y director del museo, Jos¨¦ Lebrero, para ilustrar la tesis de la exposici¨®n. La presentaci¨®n de esta muestra es el aperitivo del Congreso internacional Picasso y la Historia en el que durante tres d¨ªas, 24 expertos hablar¨¢n de temas como la prostituci¨®n, el fascismo, el Picasso azul y rosa, las vanguardias, los marchantes, el franquismo, las repercusiones de su obra en Sudam¨¦rica y el mundo ¨¢rabe o su relaci¨®n con los museos del Prado y el Louvre.
Durante el recorrido por las dos plantas que ocupa la exposici¨®n, Lebrero cuenta que el objetivo con el que ha trabajado consiste en mostrar el tr¨¢nsito intelectual que hace Picasso del sur al norte sirvi¨¦ndose del patrimonio simb¨®lico de su tierra para regresar de alg¨²n modo al origen y llamar la atenci¨®n sobre la profunda huella que la cultura mediterr¨¢nea ib¨¦rica tuvo en su obra.
La idea de fijarse en la inspiraci¨®n que Picasso obtuvo de la cultura mediterr¨¢nea surgi¨® desde el museo Picasso de Par¨ªs. Puede que por ello la instituci¨®n francesa, junto al Picasso de Barcelona hayan prestado una parte sustancial de la obra que se exhibe en la exposici¨®n.
As¨ª, piezas de 2.500 de antig¨¹edad se suceden con esculturas cl¨¢sicas procedentes del museo arqueol¨®gico de Madrid y Antequera confrontadas con los grabados de la Suite Vollard que Picasso publica en la d¨¦cada de los 30. El Agnus Dei de Zurbar¨¢n (1639), y la Vanitas de Antonio de Pereda (1660) se pueden medir junto a la Cabeza de mujer (1940) o el Bodeg¨®n con cabeza de toro (1958), ambas de Picasso, y donde se observa una clara influencia de los viejos maestros en su etapa de madurez. Unas palabras del artista pronunciadas durante una conversaci¨®n con Marius de Zayas en 1923 resumen perfectamente la consideraci¨®n que Picasso ten¨ªa sobre el arte que le hab¨ªa precedido. ¡°Para m¨ª no hay ni pasado ni futuro en el arte. Si una obra no puede vivir siempre en el presente no ha de ser considerada en absoluto. El arte de los griegos, de los egipcios, de los grandes pintores que vivieron en otras ¨¦pocas no es un arte del pasado, tal vez est¨¢ m¨¢s vivo hoy de lo que lo estuvo nunca¡±.
En la iconograf¨ªa picassiana abunda tanto la tauromaquia, profusamente representada en la exposici¨®n, como la guitarra. Con este instrumento como tema, Picasso realiz¨® numeros¨ªsimas esculturas y pinturas que sirven de colof¨®n para el recorrido de la exposici¨®n. En este espacio, Bernard Picasso, nieto del artista por la v¨ªa del ¨²nico hijo que este tuvo con Olga Khokhlova, hablaba ayer de su satisfacci¨®n ante esta nueva muestra dedicada a su abuelo: ¡°Nunca son demasiadas. Hubo muchos a?os, d¨¦cada de los 70 por ejemplo, durante los cuales se le hicieron muy pocas. La gente en general no viaja y quiere poder ver las obras lo m¨¢s cerca posible. Si las exposiciones se hacen bien, como es el caso, creo que se ayuda a conocer la obra de mi abuelo, una persona muy querida en todo el mundo¡±.
Emmanuel Guigon, director del Museu Picasso de Barcelona, abunda en la misma idea del nieto del artista. ¡°Si hay una investigaci¨®n y algo nuevo que aportar detr¨¢s de una exposici¨®n, bienvenidas sean todas las que se le dediquen. De hecho nosotros estamos preparando para dentro de dos a?os una gran muestra con toda la obra de los ¨²ltimos a?os de Picasso. Ser¨¢ una novedad y para nosotros es una forma de enganchar a nuevos p¨²blicos¡±.
¡°A Picasso le debemos un lenguaje universal para la izquierda¡±
Nacido en 1955 en Par¨ªs como Joseph, el profesor Pepe Karmel, presidente comit¨¦ cient¨ªfico del Congreso y profesor de Historia del Arte en New York University, se castellaniz¨® el nombre en recuerdo de un fant¨¢stico viaje que sus padres realizaron por Espa?a, aunque ¨¦l desconoce el castellano. Con varias obras de referencia sobre Picasso y con decenas de conferencias sobre el artista pronunciadas en foros de todo el mundo, inaugura hoy el Congreso sobre Picasso y la Historia.
Pregunta. Treinta y tres exposiciones sobre Picasso en 2018, cuatro grandes museos Picasso (Par¨ªs, Antibes, Barcelona y M¨¢laga) m¨¢s el quinto que abrir¨¢ Catherine Hutin, hija de Jacqueline, su ¨²ltima esposa, en Aix-en Provence en 2021, ?No cree que hay un abuso del nombre de Picasso?
Respuesta. Por un lado va la s¨²perestrella, el mito, y por otro el genio que es Picasso. Le puede perjudicar en la medida en que la gente se preocupe m¨¢s por su vida, por sus mujeres, por su dinero. Hay que ir m¨¢s all¨¢ de su celebridad y los expertos tenemos la obligaci¨®n de ce?irnos a la obra del artista, no al famoso.
P. El tema del Congreso es la Historia. ?Fue Picasso un pintor de historia?
R. No pinta episodios, pero s¨ª alegor¨ªas. Por ejemplo, las bailarinas del 14 de julio, fecha patri¨®tica en Francia, pero tambi¨¦n de la revoluci¨®n francesa con toda su violencia. Se ocupa tambi¨¦n de la lucha de clases con pinturas como la de la planchadora o incluso las de las prostitutas enfermas y aisladas en el hospital
P.: A prop¨®sito de prostitutas y la relaci¨®n del artista con las mujeres son muchas las feministas cr¨ªticas con Picasso.
R. Yo no lo veo as¨ª. En los cuadros de las prostitutas hay una mirada compasiva. O en Las se?oritas de Avignon veo una celebraci¨®n de la sexualidad femenina. Cuando se opina que retrat¨® con crueldad a Dora Maar llorando, hay dos versiones: la que dice que disfruta con el sufrimiento de ella y la de quienes opinan que la contempla conmovido. Yo creo esto ¨²ltimo.
P. Hay quienes han criticado a Picasso por no pisar Espa?a durante la guerra.
R.??l estaba en Francia y no era un experto en pol¨ªtica. No hac¨ªa ninguna falta. Se han dicho muchas cosas sin fundamento. Pero f¨ªjese en lo que le ocurri¨® a Lorca. Si llega a venir, puede que le hubiera pasado lo mismo. Lo importante es que cre¨® un lenguaje para la izquierda que sigue siendo universal.
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