L¨¢nguidos como los ojos de Marlene Dietrich

Sergio y su hermana Silvia son dos n¨²meros primos gemelos: se tienen mucho cari?o, pero algo los mantiene separados desde antiguo. Tambi¨¦n Laura siente cerca a Sergio, su vecino de enfrente, a pesar de no haber cruzado una sola palabra con ¨¦l jam¨¢s: le encanta imagin¨¢rselo haci¨¦ndole el amor en el ascensor.

Los hombres tristes es una comedia dram¨¢tica sobre la soledad no deseada, la dificultad para gestionar la vida propia y la diluci¨®n de los v¨ªnculos familiares en el excipiente de los proyectos personales. Cocinero antes que fraile, Juan Jim¨¦nez Estepa, su joven art¨ªfice, la ha escrito a demanda de sus tres int¨¦rpretes, teniendo en mente la personalidad y el temperamento de cada uno de ellos.

El autor, director y actor andaluz crea una atm¨®sfera sugestiva y la sostiene con buen pulso, matiza el drama familiar con certeras pinceladas humor¨ªsticas y contrapuntea el aliento po¨¦tico del relato y el verismo de las actuaciones con fogonazos repentinos de realismo m¨¢gico, un poco a la manera del Sam Shepard de Amor de loco (otra historia de desencuentros fraternos, bien diferente de esta). Como los personajes del dramaturgo estadounidense, los de Jim¨¦nez Estepa andan por la vida a contracorriente, a riesgo de ser orillados.

Una obra bien escrita, sobrecargada de mon¨®logos interiores, el lirismo de alguno de los cuales se acent¨²a en extremo por el sentimiento con que lo dicen sus int¨¦rpretes, quiz¨¢ porque la direcci¨®n se lo marque as¨ª. Julia Olivares le imprime encanto, fluidez, frescura, misterio y acci¨®n curvil¨ªnea a la jovenc¨ªsima vecina de naturaleza ang¨¦lica. Suyo es el papel bomb¨®n, pero m¨¢s ¨ªntimamente suyo es el licor que le a?ade, para darle sabor. Elisa Berriozabal, nervio y figura, le da a la hermana preocupada hondamente por el futuro de su padre una imprimaci¨®n perfecta, sobre la cual cabe ir coloreando. Carlos Algaba tiende a dar una definici¨®n n¨ªtida, de hechuras exactas, de un personaje cuyo perfil genuino es complejo, vol¨¢til y de l¨ªmites difusos.

En la piel de Laura, Julia Olivares interpreta algunas canciones en ingl¨¦s con calidez grata, como si las susurrase ex profeso al o¨ªdo de cada espectador: pertenece a una generaci¨®n el grueso de cuya cultura musical est¨¢ en dicha lengua.