Badalamenti y David Lynch: Delirio cacof¨®nico
El ¨¢lbum recibe una calificaci¨®n de 6 sobre 10
A nadie extra?ar¨¢ que uno de los artistas vivos m¨¢s dados al paroxismo y el extrav¨ªo ps¨ªquico, autor de esenciales obras cinematogr¨¢ficas y de la cat¨¢rtica serie Twin Peaks, rescate ahora un antiguo experimento vertebrado sobre fundamentos free jazz, tel¨²rica ambientaci¨®n industrial y enajenados recitados. S¨ª sorprende que David Lynch atrajese al gran melodista Angelo Badalamenti a ese agujero negro que llamaron Thought Gang,la clase de sonoridad que seguramente retumba en la monstruosa trastienda de la habitaci¨®n roja. Quiz¨¢s no sea m¨²sica para todos los p¨²blicos, pero s¨ª un billete de ida y vuelta a esa extra?eza que nos alienta por mucho que la camuflemos de cotidiana normalidad.
Artista: Thought Gang
Disco: Thought Gang
Sello: Sacred Bones-Popstock!
Calificaci¨®n: 6 sobre 10
Las primeras sesiones de grabaci¨®n del abrumador proyecto tuvieron lugar en 1991 en un estudio neoyorquino, con Lynch dirigiendo a un Badalamenti ensimismado ante sus teclados, empe?ado en ser improbable vocalista, arropado por ilustres del jazz como el bater¨ªa Grady Tate (Charles Mingus) y el bajista Buster Williams (Miles Davis). Este primer episodio aportar¨ªa dos temas a la banda sonora de Fire Walk with Me, el largometraje concebido tras el ¨¦xito de la serie televisiva: The Black Dog Runs at Night y la r¨ªtmica, enloquecida A Real Indication. El recitado de Badalamenti en esta ¨²ltima, seg¨²n letra perge?ada por Lynch, produjo tales carcajadas en el cineasta que le causaron una hernia.
Un a?o m¨¢s tarde, volv¨ªan a las andadas en Los ?ngeles junto a vers¨¢tiles instrumentistas: el teclista Tom Rainer, el bajista Reggie Hamilton y el muy solicitado bater¨ªa Gerry Brown. Surgieron de aquel c¨®nclave inefables creaciones: Stalin Revisited, Jack Paints it Red o Frank 2000, 17 minutos que se antojan esot¨¦rica prolongaci¨®n del perverso Dennis Hopper que emponzo?¨® Blue Velvet.
Lynch dice que le impuls¨® su innata curiosidad, de una malsana pureza, la misma que aplica en sus acciones f¨ªlmicas, pict¨®ricas o escatol¨®gicas. En A Meaningless Conversation pidi¨® a los m¨²sicos que eligieran una nota y la fueran cambiando sobre un ritmo pausado, monocorde, resultando en un trance que rehuye toda armon¨ªa.
En portada, dos bombillas sobre los simios encadenados de una pintura de Brueghel sirven de autorretrato. ¡°Esos monos pensantes somos Angelo y yo¡±, confiesa Lynch, que complet¨® algunas de las tomas antes de la publicaci¨®n. Badalamenti recuerda con pasmo la orquestada cacofon¨ªa que edificaron m¨²sicos unidos en absorta furia telep¨¢tica. Un sonido en el que, como anuncia Logic and Common Sense ¡ªconceptos aqu¨ª reformulados¡ª, ¡°el cantante de la h¨²meda y acre pesadilla domina el mundo¡±. Concluye la insomne odisea, en la atmosf¨¦rica Summer Night Noise, y una mezcla de alivio y atracci¨®n nos embarga. E intuimos que el delirio puede finalmente inducir a la serenidad, que la materia on¨ªrica es tan nuestra como la carne.
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