Muere William Goldman, autor y guionista de ¡®La princesa prometida¡¯
El autor, ganador de dos Oscar por 'Todos los hombres del presidente' y 'Dos hombres y un destino', fallece a los 87 a?os
Fue el hombre que convirti¨® en leyendas cinematogr¨¢ficas a Butch Cassidy y a Sundance Kid. El escritor de la m¨ªtica frase: ¡°Hola, me llamo ??igo Montoya. T¨² mataste a mi padre. Prep¨¢rate a morir". El guionista que supo plasmar en pantalla los vericuetos period¨ªsticos del caso Watergate, que finaliz¨® con la dimisi¨®n del presidente de los Estados Unidos Richard Nixon. El autor de los libretos de Marathon Man, Harper, investigador privado, El carnaval de las ¨¢guilas, Misery, Corazones en Atl¨¢ntida o Los demonios de la noche. William Goldman ha sido uno de los dioses del guion cinematogr¨¢fico, el padre putativo de otros escritores actualmente m¨¢s famosos como Vince Gilligan, Shane Black o cualquiera que escribiera sobre la amistad masculina. El mejor analista de Hollywood, cuando acu?¨® su famosa sentencia sobre la industria del cine: ¡°Nadie sabe nada¡±. El ojo ir¨®nico de Goldman, su maestr¨ªa narrativa, su amor infinito al cine le reportaron una legi¨®n de fans, incluso de autores a priori alejados de su estilo como Rafael Azcona. A sus 87 a?os, Goldman, doble ganador del Oscar por Dos hombres y un destino ¨Cguion original- y Todos los hombres del presidente ¨Cguion adaptado- ha fallecido hoy viernes a los 87 a?os, por culpa de una neumon¨ªa que se ha sumado a un c¨¢ncer de colon, seg¨²n ha comentado su hija Jenny a The Washington Post.
Por si no fuera suficiente el legado cinematogr¨¢fico de Goldman, escribi¨® novelas (as¨ª nacieron La princesa prometida y Marathon Man), obras de teatro, cr¨ªtica cinematogr¨¢fica ¨Cdemoli¨® en un ensayo Salvar al soldado Ryan, porque enga?aba al espectador sobre qu¨¦ personaje contaba la historia, algo que Azcona aplaudi¨® con un ¡°Nunca vi mejor definido el punto de vista en el cine¡±, y porque edulcoraba en su final la guerra-, y diversos libros de divulgaci¨®n. En Espa?a lograron un enorme ¨¦xito Aventuras de un guionista en Hollywood (Plot Ediciones) ¨Ceditado en EE UU en 1982- y Nuevas aventuras de un guionista en Hollywood ¨Cen EE UU en 2000-. Brillantes, divertidos, juguetones, los dos vol¨²menes buscaban provocar al lector y mostrarles lo que se escond¨ªa detr¨¢s de los grandes t¨ªtulos y de su mismo trabajo. ¡°He visto mucho, he aprendido algo¡ la mayor parte, lamentablemente, demasiado tarde¡±, escribi¨®.
Sin embargo, no parec¨ªa al inicio de la carrera de Goldman que acabar¨ªa triunfando en el cine, aunque de cr¨ªo, en su Highland Park natal, a las afueras de Chicago, le apasionara ¡°estar sentado¡± en las salas de cine. ¡°Vi Tarz¨¢n y su hijo a finales de los a?os treinta dos veces seguidas en dos matinales [...]. Fui el primer chico del barrio que hizo algo tan disparatado¡±. Tras prestar servicio en el ej¨¦rcito, estudi¨® un m¨¢ster en la Universidad de Columbia y public¨® su primera novela, El templo de oro, en 1956. No hab¨ªa logrado que le editaran cuentos previos pero un editor, en esta ocasi¨®n, tuvo m¨¢s vista. Empez¨® a crecer su curr¨ªculo. Soldier in the Rain se convirti¨® en 1963 en el primero de sus libros adaptados al cine ¨Cen Espa?a se titul¨® Compa?eros de armas y pu?etazos-. ¡°Nunca me he visto como otra cosa que novelista¡±, aseguraba. En 1964 public¨® un best seller, Boys and Girls Together. Y en su camino se cruz¨® el actor Cliff Robertson. Y con ¨¦l, el cine.
Robertson ley¨® unas galeradas de la novela As¨ª no se trata a una dama, y pens¨® que era el borrador de un guion. Conoci¨® a Goldman, que le advirti¨® del error ¨Caunque finalmente ser¨ªa pel¨ªcula en 1968-, pero decidieron colaborar en Agentes dobles (1965). Goldman sali¨® con buen pie del reto y le encargaron la adaptaci¨®n de la novela The Moving Target, de Ross MacDonald, que se convirti¨® en un gran ¨¦xito con Paul Newman: Harper, investigador privado (1966). ¡°Ah¨ª aprend¨ª de verdad el oficio¡±.
Faltaba la fama. ¡°A finales de los cincuenta le¨ª por primera vez algo sobre Butch Cassidy y Sundance, y la historia de estos dos bandidos me fascin¨®. Empec¨¦ a investigar¡±, recordaba en sus libros. ¡°En 1963 conoc¨ª al productor Lawrence Turman y le habl¨¦ del material. Finalmente, escrib¨ª la primera versi¨®n en 1966. Lo hice en cuatro semanas. Cuando alguien me pregunta cu¨¢nto lleva escribir un guion, nunca s¨¦ qu¨¦ responder. Porque no fueron cuatro semanas las que necesit¨¦ para Dos hombres y un destino, sino ocho a?os¡±. Goldman recomendaba escribir a la mayor velocidad posible, aunque no ¡°a tontas y a locas¡±: ¡°Antes de empezar, todo debe estar claro en la cabeza¡±. El guionista aseguraba que a lo largo de su vida solo conoci¨® ¡°dos grandes historias reales¡±: la de Butch Cassidy y Sundance Kid ¡°porque lograron lo que Gatsby solo so?¨® poder hacer: repetir el pasado. Por famosos que hubieran sido en los Estados Unidos, en Am¨¦rica del Sur fueron una leyenda a¨²n mayor: bandidos yanquis [en espa?ol en el original]¡±, y la de los leones devorahombres de Tsavo -"la historia m¨¢s famosa de ?frica"- que describi¨® en Los demonios de la noche. En diversas ocasiones contaba que una de las dos experiencias que m¨¢s disfrut¨®, tanto en la escritura como el rodaje y su resultado final, fue el w¨¦stern protagonizado por Paul Newman y Robert Redford. Hoy, el guion de Dos hombres y un destino se estudia como ejemplo de precisi¨®n en el tempo, como una perfecta obra de orfebrer¨ªa que resuelve con elegancia todas las trampas posibles con las que se cruza Goldman: la inclusi¨®n de una chica en la trama, la larga persecuci¨®n, el final... Por ese trabajo cobr¨® 400.000 d¨®lares de la ¨¦poca, unos 2,7 millones de euros actuales.
Con Redford se entendi¨® muy bien y por eso despu¨¦s de Un diamante al rojo vivo (1972) y El carnaval de las ¨¢guilas (1975) el actor le volvi¨® a llamar para Todos los hombres del presidente, que tambi¨¦n produc¨ªa. Su redacci¨®n supuso a Goldman un reto may¨²sculo por el inmenso esfuerzo de reecritura para contentar a todos los involucrados en el Watergate.
A cambio le otorg¨® su segundo Oscar, e impuls¨® la adaptaci¨®n de Marathon Man, con la que conoci¨® a uno de sus ¨ªdolos, Laurence Olivier. El libro Aventuras de un guionista en Hollywood acaba con sus recuerdos de?Un puente lejano (1977), la superproducci¨®n b¨¦lica que le confirm¨® que jam¨¢s ser¨ªa un director, cuando escuch¨® un d¨ªa a su realizador, Richard Attenborough, respondiendo con precisi¨®n en mitad del rodaje de la secuencia m¨¢s complicada una pregunta absurda de un ayudante sobre unos jeeps filmados d¨ªas antes.
A inicios de los setenta hab¨ªa publicado una novela, La princesa prometida. Durante el primer lustro de los ochenta, a Goldman no le llam¨® nadie de Hollywood. ¡°Si en noviembre de 1978, cuando se estren¨® mi adaptaci¨®n de mi novela Magic me hubieran dicho que pasar¨ªan nueve a?os ante de que estrenara mi siguiente pel¨ªcula, dudo que hubiera comprendido en qu¨¦ idioma me estaban hablando¡±, escribi¨®. Se perdi¨® en guiones nunca filmados, en intentos a los que renunci¨® porque se sinti¨® incapaz ¨Ccomo Elegidos para la gloria-. Solo le rescat¨® una novela que hab¨ªa escrito porque le encantaba contarle cuentos a sus dos hijas: ¡°Es el ¨²nico de mis libros que me gusta de verdad. Y no s¨¦ c¨®mo lo hice¡±. Al cine la llev¨® Rob Reiner, en la segunda gran experiencia profesional de Goldman. El proceso le hizo feliz, cierto, aunque el estreno en 1987 fuera un desastre. Tiempo despu¨¦s, su resurrecci¨®n en video le consigui¨® millones de fans que adem¨¢s multiplicaron las ventas del libro. Con Reiner repiti¨® tres a?os despu¨¦s en otro gran triunfo, Misery, la adaptaci¨®n de la novela de Stephen King.
Goldman sigui¨® con los guiones, tanto poniendo su nombre (Chaplin, Maverick, C¨¢mara sellada, El cazador de sue?os, Poder absoluto o su ansiada Los demonios de la noche), o como script doctor, reescritor en la sombra (Criaturas feroces, El ¨²ltimo gran h¨¦roe), un oficio en el que tambi¨¦n fue muy respetado en la industria. Escribi¨® novelas como Los hermanos, la continuaci¨®n de Marathon Man, o una colecci¨®n de ensayos sobre La princesa prometida y su adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica titulada The Princess Bride and Philosophy (2015), obras de teatro, musicales¡ Hasta Hype and Glory (1990), su ir¨®nica visi¨®n de su d¨ªa a d¨ªa como jurado el mismo a?o en el festival de Cannes y en Miss America, el concurso de belleza en Estados Unidos.
Esc¨¦ptico sobre la industria del cine, amante de Nueva York por encima de Los ?ngeles, inteligente escrutador de las verdades humanas, redactor pr¨¢gmatico, con la muerte de William Goldman desaparece una mente privilegiada, uno de los guionistas m¨¢s famosos del s¨¦ptimo arte... Parafraseando a Billy Wilder, que pensaba antes de encarar su trabajo c¨®mo lo har¨ªa Ernst Lubitsch, cualquier escritor actual deber¨ªa, antes de teclear, reflexionar: "?C¨®mo lo har¨ªa William?".
Babelia
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