La aut¨¦ntica sirvienta de Ava Gardner
La serie televisiva sobre los a?os de la estrella de Hollywood en Espa?a saca a la luz la vida de Carmen L¨®pez, que trabaj¨® para la actriz en el tiempo que retrata ¡®Arde Madrid¡¯
¡°?Per¨®n, Per¨®n, maric¨®n!¡±. Ava Gardner se asoma a la ventana y le grita al expresidente argentino, su vecino de abajo, mientras este ensaya discursos al aire. La actriz, libre y sin prejuicios, vivi¨® 13 a?os enamorada de un pa¨ªs asfixiado por Franco, en una fiesta continua. La mayor parte de la aventura espa?ola de la estrella del cine pas¨® en un piso de lujo en la zona m¨¢s privilegiada de la capital, a pocos kil¨®metros del Pardo, tras comprarse primero una casa en La Moraleja. Gardner grita a Per¨®n y junto a ella est¨¢ Carmen L¨®pez, su sirvienta. La actriz en aquel Madrid es un mito que emerge de la cruda realidad para iluminar un pa¨ªs prisionero por los militares. Y Carmen encarna la Espa?a real de los sesenta. Pero tambi¨¦n es un personaje que la ficci¨®n audiovisual ha creado sin tener noticias de su existencia.
Anna R. Costa, creadora de la serie Arde Madrid (Movistar+) junto a Paco Le¨®n, y que firma el guion con Fernando P¨¦rez, no sab¨ªa nada de Carmen hasta que recibi¨® la llamada de EL PA?S el pasado mi¨¦rcoles, cuando la serie ya hab¨ªa sido estrenada con ¨¦xito cr¨ªtico. Y, sin embargo, ha escrito un personaje de ficci¨®n (Pilar, interpretada por Anna Castillo) que existi¨®, con frases que dijo, con viajes que hizo. Hasta se parecen. ¡°Que coincida con la realidad me emociona much¨ªsimo, quiero conocer a su familia¡±, explica, mientras ultima el guion de la segunda temporada del ¨²ltimo ¨¦xito de la ficci¨®n espa?ola.
Costa ha documentado durante cinco a?os los detalles de la serie. Ya hab¨ªa investigado la Secci¨®n Femenina de Pilar Primo de Rivera para una obra de teatro que estren¨® hace una d¨¦cada en el Teatro Lara, de Madrid, El manual de la perfecta esposa. En Arde Madrid entrevist¨® a testigos que conocieron a la actriz, ley¨® biograf¨ªas y el libro de Marcos Ord¨®?ez ¡ªBeberse la vida: Ava Gardner en Espa?a (Aguilar)¡ª. Se carte¨® con Carmen Vargas (la segunda sirvienta que trabaj¨® con la diva), la primera telefonista internacional que pasaba las llamadas de Frank Sinatra, el pianista Paco Miranda...
Pero no conoc¨ªa a Carmen L¨®pez. Esta lleg¨® de Fuengirola a Madrid a finales de 1960 en busca de trabajo. La muchacha andaluza de 27 a?os hab¨ªa sobrevivido a la Guerra Civil. A la izquierda de Franco, aunque sin inquietudes pol¨ªticas. No ten¨ªa estudios y le costaba leer con fluidez. Andaba en busca de una oportunidad para sobrevivir. Cree que puede hacerlo atendiendo la intimidad de las casas o las habitaciones de los hoteles. Y encuentra un hueco en un apartamento en la avenida del Doctor Arce, n¨²mero 11. L¨®pez entr¨® como interna para atender las necesidades de la estrella de Hollywood en 1961. Estuvo con ella un a?o, cuando decidi¨® que hab¨ªa tenido suficiente.
Rumbo a Nueva York
Un a?o, que en este caso equivale a decir toda una vida. ¡°Para Carmen. Happy first trip to America. Bien. Venida¡±. Y la firma: ¡°Ava Gardner¡±. Es un carn¨¦ de vuelo que sirve la TWA ¡ªquiz¨¢ solo a los pasajeros de primera¡ª, con la que vuelan Ava y Carmen con destino a Nueva York el 29 de agosto de 1961. La tripulaci¨®n ha estampado su aut¨®grafo en el documento, que en una de las p¨¢ginas incluye una polaroid de L¨®pez en su asiento, antes de despegar. El vuelo, dice la credencial, durar¨¢ ocho horas y media, cubrir¨¢ la distancia a una velocidad media de 550 kil¨®metros por hora y el papel que lo acredita ser¨¢ un recuerdo para siempre. Incluso cuando ella no est¨¦ o su memoria haya desaparecido.
Carmen L¨®pez hoy se encuentra en una residencia del extrarradio de Madrid, borrada por el alzh¨¦imer. Como un n¨¢ufrago, Juan Carlos ha ido recogiendo los restos de la vida de su madre, que flotan a la deriva. Es el menor de los tres hijos que tuvo Carmen con Juan Jos¨¦. No ha visto la serie. Sus hermanos tampoco. Ninguno de ellos se atreve, por miedo al dolor de reconocer a su madre entre los personajes. Y lo cierto es que la encontrar¨ªan. Hay di¨¢logos que mantuvo su madre con Ava que est¨¢n rodados. La realidad haciendo un cameo en la ficci¨®n, o viceversa. Qui¨¦n sabe.
Los hijos est¨¢n orgullosos de saber que su madre podr¨ªa ser uno de los personajes de Arde Madrid. ¡°Somos como mi madre... viviendo una aventura¡±, dice Juan Carlos, sentado en una cafeter¨ªa de Madrid. Le habr¨ªa gustado que ella hubiese ayudado a recrear aquellos momentos, pero su memoria ya no est¨¢ con ella. Ahora la tienen sus hijos y una parte cabe en esa carpeta que trae bajo el brazo.
La abre y empieza a sacar afiches de salas de jazz y tarjetas de restaurantes de lujo de Nueva York. Tambi¨¦n un tr¨ªptico del local de jazz de moda, Birdland ¡ªabierto en 1949 con ese nombre en tributo al saxofonista Charlie Bird Parker¡ª. En ¨¦l, aparecen fotos de Duke Ellington, Dizzy Gillespie o el cantante Joe Williams. Este le firma una dedicatoria en el papel. Tambi¨¦n tiene una postal de un local de c¨®cteles, Ship¡¯s Haven, con ¡°atractive rooms for private parties¡±. Otra imagen retrata una villa en Maine y la publicidad de un restaurante donde sirven ¡°sabrosas¡± costillas: Rib Room. Adem¨¢s, una carta del Hotel Plaza de Nueva York, que presenta una actuaci¨®n de la vocalista brit¨¢nica Shirley Bassey, famosa por haber cantado temas de la saga de James Bond. Dos espect¨¢culos por noche y tres d¨®lares la entrada. Desde all¨ª vuelan a Boston.
La misma talla
Nunca antes L¨®pez se hab¨ªa montado en un avi¨®n. Jam¨¢s volver¨ªa a salir de Espa?a. Guardaba sus an¨¦cdotas para las reuniones familiares. Era pudorosa, ten¨ªa miedo de que se conocieran y acabara tocando su puerta la prensa del coraz¨®n. ¡°Es una mujer muy discreta. Ava fue muy cari?osa con ella, no la miraba por encima del hombro. Le regal¨® much¨ªsima ropa. Usaban la misma talla y eso a mi madre, que era muy coqueta, le gustaba recordarlo. Pero lo metimos todo en una caja y no sabemos d¨®nde est¨¢¡±, cuenta el hijo. Lo que no ha perdido es la pelota de b¨¦isbol firmada por los jugadores de New York Giants. Ni unas gafas de sol que le regal¨® la actriz.
A los pocos meses de aquello, L¨®pez se despidi¨® para regresar al inicio, a Fuengirola, a trabajar en un hotel donde conocer¨¢ al carpintero con el que se casa y tiene tres hijos. Ellos volver¨¢n a Madrid, al barrio de Hortaleza, para instalarse en unos edificios que reciben el aluvi¨®n rural, a cumplir con la vida a la que su madre nunca quiso renunciar. Aquella que empez¨® con el par¨¦ntesis que le regal¨® Ava Gardner y que la ficci¨®n imagin¨® muchos a?os despu¨¦s para una exitosa serie de televisi¨®n.
Las ¡°monjas¡± espa?olas
En una secuencia, la criada Ana Mari (Inma Cuesta) entra en la habitaci¨®n de Ava y encuentra un diafragma. No sabe qu¨¦ es. Lo recoge y Gardner (Debi Mazar) le avisa que est¨¢ usado. Las dos terminan hablando de sexo, desde dos puntos antag¨®nicos: la que vuela y disfruta frente a la reprimida. Carmen lo vivi¨® cinco d¨¦cadas antes. ¡°Todas las espa?olas sois unas monjas¡±, le dijo Gardner el d¨ªa que descubri¨® que uno de los mandos militares que visitaban su casa se hab¨ªa ¡°encaprichado¡± con Carmen. Ava le animaba a entregarse a ¨¦l, pero la andaluza no quer¨ªa saber nada del tema. Hab¨ªa mucho militar en aquella casa. Pero tambi¨¦n visitas m¨¢s ¨ªntimas: ¡°Muchas ma?anas mi madre se encontraba a Carlos Larra?aga en casa, joven y atractivo, y le ped¨ªa el desayuno¡±.
Ava quiere emparejar a Carmen como sea. La lleva de boda a la sala de fiestas De Torres, en Madrid. Enlace Ca?ibano-Arrontes. En la portada del men¨², otro rastro de este relato an¨®nimo, que pertenece a la historia de Espa?a: ¡°I hope that you find a novio this year. Same you¡±. Y su firma: ¡°Ava Gardner¡±.
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