Diego Urdiales ya tiene toros para San Isidro y nadie le ha hablado de bombo
El diestro se ¡®encerr¨®¡¯ con aficionados exigentes para analizar su triunfo en la feria de oto?o
¡°Hay toreros que llenan plazas y otros que, adem¨¢s, llenan almas¡±.
Con estas emocionadas palabras fue presentado el torero Diego Urdiales ante una muy nutrida representaci¨®n de miembros de la Asociaci¨®n El Toro de Madrid, con la que se reuni¨® recientemente con motivo de su triunfal salida a hombros por la puerta grande de la plaza de Las Ventas en la pasada Feria de Oto?o.
All¨ª cont¨®, por ejemplo, que ya tiene contratada su participaci¨®n en la pr¨®xima Feria de San Isidro y elegidos los toros que lidiar¨¢, aunque se neg¨® a revelar los nombres de las ganader¨ªas. ¡°Que lo diga la empresa¡±, aventur¨®. Y a?adi¨®: ¡°A m¨ª no me han hablado de bombo¡±, lo que viene a desmentir el compromiso de Sim¨®n Casas, empresario de Madrid, de mantener en mayo el novedoso sistema utilizado para conformar los carteles en el pasado ciclo oto?al.
Durante dos horas, el torero ¡®se encerr¨®¡¯ con aficionados exigentes, desbroz¨® sus sentimientos taurinos, escuch¨® muchos elogios y algunas preguntas indiscretas, se mostr¨® comedido en sus respuestas y, a veces, poco generoso, cortante y seco con sus contertulios. Aunque no sali¨® por la puerta grande a pesar del afecto recibido, todos los asistentes le agradecieron su presencia, un gesto poco habitual entre las figuras actuales.
¡°El toreo caro es mentalmente duro¡±, seg¨²n un aficionado
¡°Aquella tarde (7 de octubre en Madrid) viv¨ª uno de los momentos m¨¢s bonitos de mi vida¡±, dijo Urdiales. ¡°Percib¨ª la vibraci¨®n del p¨²blico y la intensidad que se apoder¨® de la plaza¡±.
-?Tan complicado es el toreo, maestro?, le preguntaron.
¡°Torear de una determinada manera es muy dif¨ªcil. Se deben reunir muchas circunstancias, que todo fluya, que sea tu tarde, el viento¡ Muchos d¨ªas no te sale nada ni toreando de sal¨®n. Hay faenas que marcan una vida, y es as¨ª porque son muy pocas. Qu¨¦ m¨¢s quisiera yo que el p¨²blico saliera todos los d¨ªas llorando de la plaza¡±.
-?Qu¨¦ le vio a Hur¨®n, el toro de Fuente Ymbro al que le cort¨® las dos orejas?, le interpel¨® un joven asistente.
-Me hizo concebir esperanzas desde que sali¨® al ruedo, pero no sab¨ªa si iba a ¡®romper¡¯, como se vio despu¨¦s. A veces, hay que tener paciencia. La faena es un proceso de conocimiento, y cada una lleva su tiempo.
Otro aficionado le pidi¨® que explicara su concepto de cargar la suerte y el toreo puro, y la explicaci¨®n del torero fue la siguiente: ¡°Para que haya toreo es necesario que el lance y el muletazo sean largos; y hay que hacerlo con naturalidad, dando el medio pecho o el pecho seg¨²n la distancia, e intentar reducir la velocidad del toro¡±.
¡°No me visto de torero si no se me respeta a m¨ª y al toreo¡±
¡°Gracias, maestro, porque aquella tarde salimos toreando de la plaza¡±, proclam¨® un partidario. ¡°No pierda nunca el aroma de torero antiguo que tiene¡±, dijo otro; ¡°Y que siga toreando tan despacio¡±, concluy¨®.
¡°Intento hacer el toreo como lo siento, -respondi¨® el torero-, como me han ense?ado, y ese es mi camino. Soy un afortunado por la cantidad de gente que admira esa forma de torear, y la sensaci¨®n que tengo es que le llego de manera especial, y eso es lo importante¡±.
¡°Hasta que lleg¨® usted hab¨ªamos visto dar muchos pases, pero no torear¡±, coment¨® Roberto Garc¨ªa Yuste, presidente de la asociaci¨®n. ¡°Con la profundidad de su toreo¡±, insisti¨®, ¡°se ha superado la crisis de afici¨®n que algunos padec¨ªamos¡±.
Diego Urdiales confirm¨® que continuar¨¢ al lado de su apoderado, Luis Miguel Villlalpando; neg¨® tajantemente que hubiera rechazado sustituir a Paco Ure?a en Lima (¡°ese rumor me parece muy cruel¡±); se mostr¨® favorable a la reducci¨®n del ruedo de Las Ventas (¡°me sentir¨ªa m¨¢s acogido¡±), y calific¨® el sistema de bombos como una feliz iniciativa para una feria especial como la de Oto?o, pero no para San Isidro.
¡°Usted ha salido por la puerta grande tras cortar dos orejas a un toro, como debe ser, y dio dos vueltas al ruedo como prolongaci¨®n de un ¨¦xito y no como protesta contra el presidente por la no concesi¨®n de un trofeo¡±, dijo un veterano aficionado. ¡°El suyo fue un triunfo redondo¡±.
¡°Gracias a su forma de torear¡±, -quien hablaba era un chaval-, ¡°la fiesta ha ganado un aficionado y usted un seguidor¡±.
¡°Urdiales ha demostrado que se puede triunfar con otros encastes¡±, -dijo otro asistente- y no con los de siempre; usted ha hecho lo que no hacen otros toreros¡±.
¡°Es importante que haya variedad¡±, contest¨® el matador. ¡°Pero debemos convencernos de que hay ganaderos que cr¨ªan toros tan grandes que no embisten¡±.
El aficionado expres¨® su disconformidad con esta opini¨®n y se bas¨® en que el hierro de Valdell¨¢n ha confirmado que el toro de 600 kilos puede embestir si tiene casta.
Urdiales contest¨® que no, que ¡°esa es la excepci¨®n, y as¨ª est¨¢ demostrado en todas las ganader¨ªas¡±.
Intervino, entonces, el presidente de la asociaci¨®n: ¡°No queremos kilos ni mastodontes, sino toros con trap¨ªo y seriedad para Madrid. Nos gustan los cinque?os, con fuerza y volumen¡±.
¡°No estoy de acuerdo¡±, intervino el torero. ¡°Todos queremos toros con trap¨ªo, pero esa medida no es f¨¢cil. Embisten m¨¢s toros en su tipo que por ser grandes, porque la mayor¨ªa no aguanta el volumen excesivo¡±.
El debate subi¨® de tono y el presidente intent¨® zanjar la pol¨¦mica: ¡°Que no se baje la exigencia del toro de Madrid¡±. Y una aficionada puso la guinda: ¡°Buscamos el toro propio de su encaste y no camiones; la magia surge con cualquier toro y valoramos el esfuerzo del torero que est¨¢ delante¡±.
¡°Es un orgullo tener aqu¨ª a un maestro y poder hablar con ¨¦l¡±, dijo otra mujer. Y pregunt¨®: ?Qu¨¦ se puede hacer para fomentar la tauromaquia entre los j¨®venes?
¡°Quiz¨¢ est¨¦ equivocado, pero yo veo muchos j¨®venes en las plazas¡±, contest¨® Urdiales. ¡°He visto videos antiguos y no aparecen m¨¢s j¨®venes que ahora; no tengo una sensaci¨®n pesimista y deber¨ªamos convencernos desde dentro de que es as¨ª¡±.
¡°El toreo caro es mentalmente duro¡±, afirm¨® Alberto Palacios, el socio que lo present¨® ante los asistentes. ¡°?Es usted un torero de 40/50 corridas o no?¡±, le pregunt¨®.
¡°Si lo soy o no, no lo sabe nadie porque hasta ahora no ha sucedido¡±, contest¨® el torero. ¡°No pienso en el n¨²mero de corridas, no me gusta hablar de n¨²meros porque entiendo que el arte est¨¢ re?ido con las estad¨ªsticas. Cada tarde, cuando se produzca una llamada y mi apoderado cierre una contrataci¨®n, lo m¨¢s importante es que sea como debe ser. Me qued¨¦ fuera del ¨²ltimo San Isidro por decisi¨®n propia, porque el ofrecimiento no estaba a la altura de mis circunstancias. No me visto torero si no me respeta a m¨ª y al toreo¡±.
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