Taibo se hace cargo del Fondo de Cultura entre una fuerte pol¨¦mica
El director nombrado por el Gobierno mexicano para la mayor casa editorial p¨²blica en espa?ol tiene encomendada una las mayores transformaciones de la instituci¨®n
El cambio de tim¨®n en el Gobierno mexicano supondr¨¢ un volantazo tambi¨¦n para las principales instituciones culturales del pa¨ªs. Si la llegada al poder de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador encarna el hast¨ªo por los graves problemas institucionales y la quiebra del sistema tradicional de partidos, el nombramiento del escritor y activista Paco Ignacio Taibo al frente del Fondo de Cultura Econ¨®mica (FCE) representa la entrada de otro heterodoxo a la casa editorial publica en espa?ol m¨¢s grande del mundo, un apache que se ha pasado toda su vida guerreando entre libros y que ahora tiene encomendada una de las mayores transformaciones del buque insignia editorial en sus m¨¢s de 80 a?os de historia.
Antes incluso de tomar posesi¨®n del cargo, previsto para la pr¨®xima semana con el gobierno ya tambi¨¦n asentado oficialmente, Taibo (Gij¨®n, 1949) ha ido adelantado los planes del nuevo proyecto. El m¨²sculo del FCE -con un cat¨¢logo de m¨¢s de 10.000 t¨ªtulos, 28 librer¨ªas en M¨¦xico y presencia EE UU, Espa?a y ocho pa¨ªses latinoamericanos- tendr¨¢ tres nuevos tent¨¢culos: absorber¨¢ la red de librer¨ªas p¨²blicas Educal ¨Cal borde de la quiebra por falta de financiaci¨®n¨C, la Direcci¨®n General de Publicaciones dependiente de la secretar¨ªa de Cultura y el programa nacional de la lectura. Un nuevo portaviones del libro p¨²blico en M¨¦xico con Taibo dirigiendo la nave en un contexto de austeridad presupuestaria. ¡°Parece que nos van a mantener el presupuesto del a?o pasado. Pero vamos a tener que hacer milagros. Por eso me trajeron aqu¨ª. Llevo toda mi vida haciendo milagros¡±, explicaba esta semana a EL PA?S en una entrevista durante su paso por la Feria del Libro de Guadalajara (FIL).
Hijo de exiliados republicanos, escritor de superventas mexicanos como la novela hist¨®rica Patria, promotor de la Semana Negra de Gij¨®n y activista editorial al frente de un proyecto de difusi¨®n de la lectura que lleva seis a?os llevando libros a los rincones m¨¢s pobres de M¨¦xico, su condici¨®n de asturiano ha estado a punto de costarle el puesto. Hace un par de semanas, cuando ya hab¨ªa sido designado, salt¨® la noticia: una ley de los a?os sesenta imped¨ªa a los mexicanos que no fueran de nacimiento dirigir empresas p¨²blicas. Taibo se?al¨® entonces el caso de Arnaldo Orfila Reynal, segundo director de la instituci¨®n, heredero del fundador Cos¨ªo Villegas y gran aliado de los intelectuales espa?oles refugiados en M¨¦xico tras la Guerra Civil que tanto contribuyeron al esplendor casi m¨ªtico del Fondo durante d¨¦cadas.
Orfila, argentino, fue precisamente el detonante de aquella ley promulgada por Gustavo D¨ªaz Ordaz como castigo por la publicaci¨®n en 1961 del pol¨¦mico el libro de Oscar Lewis Los hijos de S¨¢nchez, un retrato de la pobreza en la Ciudad de M¨¦xico a manos de un estadounidense. Una afrenta insoportable para el Gobierno de hierro pri¨ªsta y fiero anticomunista. Taibo se reconoce hijo de esa estirpe que levant¨® las prestigiosas colecciones acad¨¦micas de Econom¨ªa, Derecho e Historia cuando medio mundo que hablaba espa?ol estaba encerrado por dictaduras militares; y considera que las recientes administraciones han pervertido las funciones del Fondo ¡°gast¨¢ndose el dinero en cocteles caros y haciendo libros para sus amigos¡±.
Con la mayor¨ªa de Morena en las dos c¨¢maras, la prohibici¨®n ser¨¢ previsiblemente desbloqueada a falta del visto bueno final del Senado. El propio Taibo se refiri¨® de modo caustico al tr¨¢mite parlamentario este mi¨¦rcoles durante una de las mesas de la FIL: ¡°se la metimos doblada, compa?eros¡±, una declaraci¨®n que ha levantado una fuerte polvareda medi¨¢tica en el pa¨ªs ¨Cincluso dentro de las fuerzas pol¨ªticas que a¨²n han de validar su nombramiento¨C y que est¨¢ siendo esgrimida por sus cr¨ªticos como ejemplo de la fuerte polarizaci¨®n que representa su figura.
Acostumbrado a lanzar dardos venenosos contra todo el espectro del establishment mexicano, sus detractores temen, por ejemplo, que vaya a arrinconar a autores can¨®nicos del cat¨¢logo del Fondo como Octavio Paz, para dar m¨¢s espacio a escritores afines. Taibo ha salido al paso asegurando que jam¨¢s va a publicar un libro suyo ni de L¨®pez Obrador ni de ning¨²n funcionario del gobierno. ¡°Un director inteligente no publica a su gusto, publica al gusto de sus posibles lectores. Y eso tengo que aprenderlo, porque hasta ahora he hecho siempre lo que ha dado la gana¡±, contaba en la entrevista.
¡°Taibo tiene una probada experiencia en la distribuci¨®n de libros a bajo costo al frente de su proyecto Brigadas para leer en Libertad. A lo que hay que sumar a una capacidad para aunar la discusi¨®n cultural a la discusi¨®n pol¨ªtica y social. Los libros est¨¢n ah¨ª para discutirse¡±, se?ala el escritor Juan Villoro, quien sobre las acusaciones de partidismo subraya las pistas que aportan sus trabajos como investigador: ¡°Para su biograf¨ªa de Pancho Villa, por ejemplo, recurri¨® a fuentes historiograf¨ªas de derecha y de izquierda. Su trabajo como investigador deber¨ªa alumbrar su futura tarea como editor¡±.
El director saliente de la instituci¨®n, Jos¨¦ Carre?o, considera por su parte que el nuevo proyecto ¡°no va a funcionar¡±. Ante la fusi¨®n mastod¨®ntica con las tres otras instituciones p¨²blicas teme que se ¡°desnaturalice la esencia original en cuanto cat¨¢logo y fondo editorial¡±. El propio Taibo asume el reto como una especie de zafarrancho de combate. ¡°Va a haber bofetadas hasta aburrirse, voy a estar en la picota todas los d¨ªas¡±. Una pelea a la que renunci¨® antes de empezar la escritora Margo Glantz, 88 a?os, el primer nombre propuesto por el gobierno. Consultada por este diario por los pasillos de la FIL sintetiz¨® as¨ª su decisi¨®n: ¡°me di cuenta que era una proyecto que requiere much¨ªsima energ¨ªa y yo en este momento prefiero dedicar la que me queda a escribir¡±.
Babelia
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