La nueva ¡®Roma¡¯

La noticia del ¨¦xito de Roma no est¨¢ tanto en el pleito que Netflix mantiene con la exhibici¨®n de sus pel¨ªculas en pantalla grande como se ha venido diciendo, sino en la triple victoria de su director, Alfonso Cuar¨®n. Ha realizado una pel¨ªcula a la que conviene el tama?o grande m¨¢s que el televisivo, adem¨¢s de ser en blanco y negro, es decir, poco habitual, y finalmente sobre un tema muy local, en este caso mexicano, y m¨¢s a¨²n, sobre la propia autobiograf¨ªa del autor. Y todo ello con un t¨ªtulo, Roma, que ya utilizaron el italiano Federico Fellini en 1972 y el argentino Adolfo Aristarain en 2004, este ultimo, como ha hecho Cuar¨®n, sin hacer referencia a la capital italiana. Cuar¨®n habla de un barrio de M¨¦xico.

En definitiva, parece ser que Roma va a ganar en diversos frentes y por mucho tiempo, ya que quedan por repartirse premios por medio mundo y no parece que esta pel¨ªcula vaya a irse de vac¨ªo. Ni mucho menos. No hay enemigo peque?o ni siquiera ajeno, y la magia de Roma ha ido venciendo en cuantos terrenos ha competido.

Porque lo que m¨¢s destaca de esta Roma es lo grande que es teniendo un origen tan modesto y a pesar de que tantos elementos parec¨ªan ir en su contra, empezando por su larga duraci¨®n -dos horas y cuarto- que contravienen el esquema de un producto televisivo. A Alfonso Cuar¨®n le ha sonre¨ªdo la suerte desde el principio de su carrera, con aquella primera pel¨ªcula, Solo con tu pareja, que ironizaba sobre el sida. A ella siguieron producciones estadounidense, alguna peque?a como La princesita, otras grandes como Hijos de los hombres o Gravity, para tras algunos Oscar hacernos hablar con Roma de cine-cine, del grande, con el que recibimos una ves m¨¢s la lecci¨®n de que la independencia y el talento unidos son vencedores. Frente a plataformas poderosas o cadenas de cines ancladas en el pasado.