Se busca due?o para un ¡®stradivarius¡¯
La Guardia Civil almacena desde 2007 en la comandancia de C¨®rdoba un viol¨ªn del siglo XVIII que nadie reclama y que podr¨ªa estar valorado en tres millones. Fue aprehendido en una operaci¨®n en Sevilla
El control que la Guardia Civil hab¨ªa establecido aquella tarde de noviembre de 2007 en una de las carreteras que rodean Carmona (Sevilla) apenas revisaba unos segundos los veh¨ªculos que lo atravesaban. Hasta que los agentes vieron acercarse la furgoneta Renault Traffic blanca que esperaban. Una cadena con pinchos fue extendida de lado a lado de la v¨ªa. Dieron el alto al veh¨ªculo. Los dos ocupantes bajaron y abrieron a rega?adientes la puerta trasera. Y all¨ª estaba, semiescondida entre m¨²ltiples cachivaches, la funda de viol¨ªn. Al abrirla, pudieron leer: ¡°Antonius Stradivarius Cremona Fecit Anno 1731¡±. La misi¨®n hab¨ªa resultado un ¨¦xito.
Once a?os despu¨¦s, la pieza a¨²n figura en los registros policiales de obras de arte incautadas, en un listado en el que se da por aut¨¦ntico. Algunos expertos lo valoran hasta en tres millones de euros; otros afirman que es una falsificaci¨®n. El viol¨ªn aguarda a ser reclamado por su due?o. El juez no ha tomado una decisi¨®n todav¨ªa y la pieza se atesora en la comandancia de C¨®rdoba.
Esta historia comienza el 5 de noviembre de 2007, cuando saltan las alarmas en el Grupo de Patrimonio de la Unidad T¨¦cnica de Inteligencia Criminal de la Guardia Civil: unos individuos de origen rumano hab¨ªan puesto a la venta un stradivarius en Andaluc¨ªa. El instrumento, del que solo existen unos 600 ejemplares en el mundo, puede alcanzar un valor de mercado cercano a los tres o cuatro millones de euros. Sin embargo, no hab¨ªa constancia de que ninguno hubiera sido robado o de que sus propietarios legales intentasen venderlo.
La primera reuni¨®n entre un agente encubierto y el vendedor se llev¨® a cabo en un centro comercial a las afueras de C¨®rdoba. En el exterior e interior del establecimiento, guardias civiles y coches camuflados. El encuentro fue breve. El hombre que ofrec¨ªa el stradivarius parec¨ªa nervioso. Miraba a todos los lados y no llevaba encima el valioso objeto, solo unas fotograf¨ªas que mostr¨®. El agente exigi¨® examinar personalmente la pieza. El vendedor le indic¨® que habr¨ªa una nueva cita, que le llamar¨ªa, y desapareci¨®. Los agentes le perdieron.
Pocos d¨ªas despu¨¦s, con un dispositivo de vigilancia ampliado, se celebr¨® una segunda cita en una gasolinera de los alrededores de ?cija (Sevilla). El vendedor volvi¨® a presentarse solo y sin el viol¨ªn. El agente le exigi¨®, de nuevo, examinarlo o romp¨ªa el trato. El individuo hizo entonces una llamada con su m¨®vil. Minutos despu¨¦s, aparecieron dos hombres con el viol¨ªn en su funda. Pidieron 400.000 euros. El guardia civil inspeccion¨® el instrumento y acept¨® el acuerdo. En unos d¨ªas, reunir¨ªa la cantidad reclamada, dijo. El vendedor se march¨® en un turismo y los portadores del viol¨ªn en una furgoneta. No fueron detenidos ante la posibilidad de que en la persecuci¨®n pudiesen da?ar la joya del siglo XVIII.
La Guardia Civil estableci¨® a toda prisa un falso control en la carretera que hab¨ªan tomado los vendedores. Nada deb¨ªa ponerlos nerviosos ni pod¨ªan descubrir los coches camuflados que los segu¨ªan. Ser¨ªa necesario esperar a que llegasen al control de carretera a las afueras de Carmona (Sevilla) con el que se iban a topar.
Ya en la comandancia, los detenidos negaron saber nada del stradivarius. Argumentaron que alguien lo hab¨ªa introducido en la furgoneta y rechazaron declarar. El objeto fue examinado posteriormente por dos expertos que determinaron que era una falsificaci¨®n de los siglos XVIII o XIX dadas las caracter¨ªsticas de la inscripci¨®n grabada en ¨¦l y la madera empleada en su fabricaci¨®n. Otros especialistas, sin embargo, calcularon que su precio rondar¨ªa los tres millones. El stradivarius aparece actualmente como aut¨¦ntico en la p¨¢gina web donde la Guardia Civil hace p¨²blicas las incautaciones de obras de arte. En ella se lee: ¡°Incautado el 11 de noviembre de 2007. Autor: Antoniu Stradivariu. 1731¡±.
De todas formas, el ¨²nico organismo que podr¨ªa certificar la autenticidad del objeto era Patrimonio Nacional, que deber¨ªa enviarlo a t¨¦cnicos de Alemania, algo que no se ha llevado a cabo, ya que el juez que investiga el caso no lo ha ordenado.
¡°Aunque pueda parecer lo contrario, la sustracci¨®n de veh¨ªculos de lujo y el robo de joyas art¨ªsticas est¨¢n muy relacionados. Las bandas que organizan ambos delitos funcionan de una manera muy semejante, por eso esta unidad se ha especializado en campos tan distintos¡±, se?alan fuentes del Grupo de Patrimonio de la Unidad T¨¦cnica de Inteligencia Criminal de la Guardia Civil, un cuerpo que junto a la Unidad contra el Crimen Organizado (UCO) lucha contra el expolio y la destrucci¨®n de la riqueza patrimonial.
En 2013 estos grupos policiales desarticularon en Almer¨ªa una banda que intentaba introducir en el mercado negro la r¨¦plica de un stradivarius. Se realizaron 19 detenciones. ¡°Hay grandes falsificaciones en el mercado¡±, recuerdan.
Actualmente el stradivarius incautado en el control policial se encuentra en las dependencias de la Guardia Civil en C¨®rdoba. Es el juez el que ¡ª11 a?os despu¨¦s de su aprehensi¨®n¡ª debe dar una respuesta sobre qu¨¦ hacer con ¨¦l: enviarlo a Alemania, destruirlo si es falso o, incluso, devolv¨¦rselo a los que lo intentaron vender: tener un stradivarius que nadie reclama, r¨¦plica o no, no es delito. Aunque no se tengan papeles.
Una extra?a reclamaci¨®n rechazada
En marzo de 2011, un ciudadano espa?ol asegur¨® ser el due?o legal del
stradivarius
incautado, adem¨¢s de un objeto art¨ªstico que proced¨ªa de un robo en Valencia. Sin embargo, no present¨® pruebas de su propiedad. La Guardia Civil rechaz¨® su petici¨®n y se extra?¨® de que alguien pudiese reclamar este tipo de obras sin aportar ninguna documentaci¨®n. ¡°El supuesto due?o era una persona con un nivel cultural muy bajo y que se arriesgaba a ser detenida¡±, dicen.
La Unidad contra el Crimen Organizado (UCO) le investig¨®, pero no pudo conectarlo con el grupo que intentaba venderlo, uno de cuyos miembros est¨¢ relacionado con un homicidio.
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