La publicaci¨®n de libros de filosof¨ªa se reduce un 62% en siete a?os
Los datos del INE muestran que el g¨¦nero toca fondo en las librer¨ªas. La Lomce, la falta de novedades y la confusi¨®n en la catalogaci¨®n con el emergente ensayo explican la merma
La filosof¨ªa est¨¢ bajo m¨ªnimos en las librer¨ªas. Un alumno de 16 a?os puede finalizar la educaci¨®n obligatoria sin tener noticias de Kant. Y esa deforestaci¨®n del saber, ejecutada por el PP en 2013 con la Lomce (la Ley Org¨¢nica para la Mejora de la Calidad Educativa que suprimi¨® ?tica de 4? de la ESO y Filosof¨ªa como troncal en 2? de Bachillerato), tambi¨¦n ha llegado a las librer¨ªas: en 2017 se publicaron en Espa?a 1.612 t¨ªtulos de esta materia, tal y como ha hecho p¨²blico el INE hace unos d¨ªas. A pesar de que los 62.187 nuevos t¨ªtulos que se comercializaron son el dato m¨¢s alto del ¨²ltimo lustro, la filosof¨ªa ha tocado fondo con la cifra m¨¢s baja desde que el ISBN capta datos de la industria editorial. El g¨¦nero retrocede en los ¨²ltimos siete a?os, con una ca¨ªda del 62,4% desde 2011, cuando se publicaron 4.291 libros. Esto no ocurre en otras disciplinas como la historia o la literatura, que crecen.
T?TULOS PUBLICADOS EN ESPA?A
¡°Es cierto. Ha decrecido el universo de los lectores de filosof¨ªa de anta?o, nutrido principalmente en las aulas¡±, confirma Alejandro del R¨ªo, editor de Trotta, especializada en la materia, que avisa tambi¨¦n del recorte de la tirada. Desde la librer¨ªa El Busc¨®n, en Madrid, comentan que no hay tantas novedades como reediciones. ¡°Tenemos problemas para determinar qu¨¦ son libros de filosof¨ªa y qu¨¦ ensayos, cr¨®nicas o an¨¢lisis de la actualidad¡±, aseguran en Meta Librer¨ªa. En ambos comercios echan en falta nuevos autores y ¡ªprimera clave¡ª los que aparecen prefieren transitar hacia otros universos m¨¢s populares.
¡°Es el papel que se me exige¡±. Es un apunte de Clara Ramas (Madrid, 1986), doctora europea e investigadora en la Universidad Complutense, donde ha dedicado su labor a la obra de Karl Marx. ¡°Todos tenemos muchas preguntas, pero quiz¨¢ no se entiende c¨®mo una disciplina acad¨¦mica puede dar respuesta a nuestras inquietudes. Quiz¨¢ la gente no cree que la filosof¨ªa es la soluci¨®n. Por eso a los fil¨®sofos se nos pide encontrar formas de intervenir en la sociedad menos acad¨¦mica. Menos fil¨®sofos, m¨¢s analistas¡±, a?ade. El editor en Akal de Clara Ramas es Tom¨¢s Rodr¨ªguez y encuentra una segunda hip¨®tesis a esa reducci¨®n: ¡°Es un buen momento para la pol¨¦mica, pero malo para la reflexi¨®n¡±. Indica, adem¨¢s, que se est¨¢ abandonando el pensamiento te¨®rico para aproximarse a un an¨¢lisis de la actualidad de corte intelectual, m¨¢s que filos¨®fico.
Nueva clave: el negocio. ¡°Un ensayo de consumo vende mejor que la filosof¨ªa dura. Por eso preferimos que nos coloquen en el punto de venta de Pol¨ªtica, porque creemos que el lector est¨¢ ah¨ª. Ya no importa el origen del libro, importa ad¨®nde llega¡±, incide Rodr¨ªguez. Este es un cambio fundamental, porque las editoriales prefieren catalogar en funci¨®n de qui¨¦n quieren que lea el libro, en vez de qui¨¦n lo escribe.
Cuando la filosof¨ªa dej¨® la ic¨®nica pipa y agarr¨® el meg¨¢fono, se manch¨® con la calle, atiborrada de gritos y malestar que reclamaban una soluci¨®n de urgencia a largo plazo. Aquella fotograf¨ªa ic¨®nica con Foucault y su altavoz frente a la f¨¢brica de Renault, con Sartre a su lado, en 1972, lanzaba una profec¨ªa: ¡°El fil¨®sofo debe intervenir en los nuevos espacios. Si antes agarraron el meg¨¢fono, igual ahora hay que estar en Instagram¡±, habla Ramas, que no tiene perfil para cambiar el filtro de la realidad. Ella misma sali¨® a impartir clases a la calle, durante los movimientos del 15-M, en 2011.
Aquel movimiento lo transform¨® todo, seg¨²n ella, porque demostr¨® la necesidad de apertura a audiencias m¨¢s amplias. Lejos de las academias, lejos de la casta del pensamiento.
Los canales de intervenci¨®n filos¨®fica se han diversificado, pero sin renunciar a lo te¨®rico: ¡°No podemos perder el libro, ni dejar de tuitear¡±, dice la fil¨®sofa. Marina Garc¨¦s (Barcelona, 1973) lo llama ¡°filosof¨ªa de guerrilla¡±. En su libro Fuera de clase (Galaxia Gutenberg) explica que la filosof¨ªa aspira ahora a transformar la vida, a volverse acci¨®n, que ha abandonado la academia para convertirse en una fuerza de guerrilla, para diluirse en otras formas y f¨®rmulas. Para ser m¨¢s accesible, para abrirse a los problemas comunes, para no ser neutralizada por su propio elitismo.
Algunos fil¨®sofos han abandonado la filosof¨ªa para ser interlocutores desde los m¨¢rgenes del pensamiento. ?Para qu¨¦? ¡°La filosof¨ªa es un arma capaz de visibilizar y herir las formas de un pensamiento que trata de oscurecer la pasi¨®n fundamental: la libertad¡±, cuenta Alberto Santamar¨ªa (Torrelavega, 1976), doctor en Filosof¨ªa por la Universidad de Salamanca, que encuentra en la filosof¨ªa el ant¨ªdoto contra la ultraderecha para que no dibuje en nuestro horizonte ¡°el sentido com¨²n¡± del que hablaba Lorca.
Este 2018 ha sido un a?o en el que se ha consolidado la ca¨ªda de los t¨ªtulos de filosof¨ªa mientras se ha constatado la subida de la ultraderecha. Para que aquella siga siendo un ant¨ªdoto eficaz, Santamar¨ªa dice que la filosof¨ªa deber¨ªa atravesar todas las ense?anzas de los estudiantes y futuros votantes, que deber¨ªa estar en todas partes y no aislarse en su propia historia: ¡°Deber¨ªa cruzar desde las Matem¨¢ticas a la Pl¨¢stica, pasando por la F¨ªsica y la Qu¨ªmica¡±. Aislarla es ahogarla en un momento en el que urge la reflexi¨®n.
Ismael Grasa (Huesca, 1968) es profesor de Filosof¨ªa en un colegio de Zaragoza y autor de La haza?a secreta (Turner) y cree que ya no se publica para fil¨®sofos, que es una secci¨®n que se ha hecho transversal para tocar g¨¦neros ligados a la actualidad. Lo llama ¡°perfil antiintelectual¡± y tiene nuevos referentes.
Santiago Gerchunoff (Buenos Aires, 1977), doctor en Filosof¨ªa por la Complutense que publicar¨¢ Iron¨ªa on (Anagrama), apunta que el pensamiento cr¨ªtico se ha mudado, ¡°que est¨¢ viviendo o haci¨¦ndose p¨²blico en alg¨²n otro espacio distinto del libro¡±. No ha fallecido porque, ¡°al igual que la iron¨ªa¡±, brota cuando discursos con pretensiones de verdad se enfrentan p¨²blicamente. Cree que hay un margen de esperanza: ¡°Se publica menos filosof¨ªa, pero hay mayor inter¨¦s por el pensamiento¡±.
¡°Nos vendr¨ªa bien airearnos un poco¡±
A la filosof¨ªa le faltaba calle. Esta nueva hip¨®tesis la lanza el fil¨®sofo C¨¦sar Rendueles (Girona, 1975), que reconoce que ¡°buena parte de los debates que tenemos en las facultades de Filosof¨ªa son incre¨ªblemente escol¨¢sticos, en el peor sentido de la expresi¨®n¡±.
¡°Hemos convertido la filosof¨ªa en un permanente comentario de texto de dudosa inteligibilidad. Creo que nos vendr¨ªa muy bien airearnos un poco y relacionarnos m¨¢s estrechamente con las ciencias sociales y naturales, para contar algo m¨¢s que literatura especulativa¡±, explica a este peri¨®dico el fil¨®sofo profesor de Sociolog¨ªa en la Complutense, que cree que hay un desplazamiento del pensamiento a otros espacios, porque ¡°hay un p¨²blico muy amplio y creciente, receptivo a las voces filos¨®ficas cuando estas eligen otros modos de expresi¨®n¡±.
La proliferaci¨®n en los ¨²ltimos a?os de ensayos sobre diversos aspectos de la actualidad refrendan estas palabras.
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