Orgullo de creadores
La Sociedad General de Autores y Editores afronta ma?ana, 27 de diciembre, la votaci¨®n m¨¢s transcendental de su historia
La Sociedad General de Autores y Editores afronta ma?ana, 27 de diciembre, la votaci¨®n m¨¢s trascendental de su historia, un cara o cruz que marcar¨¢ su supervivencia y la prolongaci¨®n de un modelo de gesti¨®n de derechos que, al margen de discrepancias puntuales, ha velado siempre por los intereses de los creadores espa?oles, de los que m¨¢s derechos generan pero tambi¨¦n de los m¨¢s minoritarios.
El voto afirmativo a unos Estatutos modificados por imperativo legal del Ministerio de Cultura nos permitir¨¢ tender puentes internos y reconstruir entre todos la SGAE del futuro, respetada y respetable. El voto negativo encierra un alto riesgo de dejar desamparados a miles de creadores de los distintos colegios, creadores que conforman el tejido cultural de este pa¨ªs. La cultura es plural, diversa e inclusiva, y la SGAE, entidad tutelada por el Ministerio de Cultura, cumple esa funci¨®n de pluralidad, diversidad e inclusi¨®n, adem¨¢s de una importante labor social, formativa y asistencial que los socios conocen bien.
Desde hace unos a?os, la Casa ha venido ejerciendo una comunicaci¨®n de ¡°bajo perfil¡±. No destacar, no responder, no plantar cara a los ataques, no alimentar las campa?as de desprestigio. Una pol¨ªtica de comunicaci¨®n que ha estado a punto de quitarnos a los autores el orgullo de creadores. Se nos ha transmitido esa idea que el padre de S¨²per L¨®pez le dice al h¨¦roe en la reciente pel¨ªcula de nuestro socio Javier Ruiz Caldera: ¡°Hijo, en este pa¨ªs, para ser feliz hay que ser mediocre¡±.
Problemas de comunicaci¨®n sustentados sobre problemas reales. Lejano y olvidado en el tiempo el caso SAGA, un nuevo esc¨¢ndalo medi¨¢tico ha alimentado el descr¨¦dito, el llamado ¡°caso Rueda¡±. Un caso que hace referencia a un proceso judicial abierto en la Audiencia Nacional contra una serie de autores y editores por el presunto uso fraudulento de repertorio y por supuestos abusos comerciales que tendr¨ªan que ver con la emisi¨®n de m¨²sica en televisi¨®n en las madrugadas. Los hechos juzgados acaecieron entre 2006 y 2013. A pesar del tiempo transcurrido, este proceso judicial contin¨²a enrareciendo el clima intercolegial y puede determinar el voto de muchos cr¨ªticos que piensan que votar no a los estatutos es votar no a la rueda. No se equivoquen: Votar no a la reforma de los Estatutos es apostar por una SGAE escindida y rota.
La crisis institucional de la SGAE no es nueva. Parece l¨®gico que una entidad recaudadora como la nuestra padezca cierta animadversi¨®n social, pero lo que no es normal es que ese rechazo provenga tambi¨¦n del interior. El 12 de Noviembre de 2018 una nueva directiva tom¨® posesi¨®n en la SGAE. Desde entonces el ambiente de crispaci¨®n y el ruido medi¨¢tico se ha incrementado hasta el paroxismo. Se ha querido descalificar al nuevo ¨®rgano de gobierno present¨¢ndolo como ¡°la directiva de la Rueda¡±, difundiendo falsedades como que los ingresos de los m¨²sicos de la franja nocturna se han disparado desde su llegada, algo que es totalmente falso como puede comprobar cualquier socio que vea las cifras del ¨²ltimo reparto. Se suceden las intoxicaciones informativas para confundir y enfadar a los socios, parece que vale todo para acabar con la SGAE.
Al margen de las presiones que determinado lobby multinacional pueda ejercer sobre Gobierno, prensa y masa autoral, por sus leg¨ªtimos intereses en incrementar su beneficio industrial, toca explicar de una vez qu¨¦ es lo que sucede en SGAE. La distorsi¨®n comienza cuando un usuario del repertorio, es decir, alguien que paga a la entidad por el uso del mismo, crea una editorial. Entonces, adem¨¢s de pagar, la misma empresa pasa tambi¨¦n a cobrar.
As¨ª lo hicieron durante d¨¦cadas las editoriales vinculadas a los grupos discogr¨¢ficos multinacionales. El autor que quer¨ªa publicar un disco con una discogr¨¢fica sol¨ªa compartir con su editorial hasta el cincuenta por ciento de sus derechos (la ley no permite ir m¨¢s all¨¢ de ese cincuenta por ciento). Paralelamente a la ca¨ªda del negocio discogr¨¢fico, y la consiguiente merma de ingresos en las multinacionales, las cadenas de televisi¨®n tambi¨¦n establecieron sus propias editoriales. De esta forma, hasta 4.000 autores espa?oles participan de la emisi¨®n de m¨²sica en las madrugadas y comparten derechos con las editoriales de televisi¨®n.
Esta pr¨¢ctica es legal y la han desarrollado tanto las multinacionales como las televisiones. Finalmente, ante la pol¨¦mica en torno a este modelo de negocio, ha intervenido el legislador con unas enmiendas a La Ley de Propiedad Intelectual que limitar¨¢n el m¨¢ximo recaudable por derechos en las franjas de emisi¨®n nocturna. Pol¨¦mica resuelta por la v¨ªa legal. Lo dem¨¢s es ruido, distorsi¨®n y desinformaci¨®n.
Basta contemplar los datos de los dos repartos de 2018, En esos dos repartos, que seg¨²n el lobby multinacional fueron favorables a la mal llamada ¡°rueda¡±, se observa que las treinta obras musicales que m¨¢s derechos han recaudado se corresponden al repertorio de las editoriales multinacionales. Tan solo se dan dos excepciones: Las m¨²sicas correspondientes a las sinton¨ªas de los telediarios de dos editoriales de televisi¨®n. El repertorio nocturno no aparece hasta la cuarta decena.
La Asamblea General votar¨¢ una propuesta de estatutos que solo cambia respecto a los vigentes los puntos que exige la ley para la adecuaci¨®n a la normativa europea y a la legislaci¨®n vigente. Mientras, la campa?a lobista por la desinformaci¨®n est¨¢ fomentando un voto autodestructivo que tumbe los estatutos y d¨¦ pretexto al Ministerio de Cultura para intervenir o retirar la licencia de operaci¨®n a la entidad.
Si la SGAE supera la actual crisis ser¨¢ necesario que las relaciones internas ¨ªntercolegiales dejen de centrarse en una pol¨¦mica ya pasada para empezar a trabajar en el futuro de los m¨²sicos, dramaturgos, audiovisuales y editores.
Confiemos en la responsabilidad de los autores en la votaci¨®n del 27. La intervenci¨®n o la retirada de la licencia de SGAE ser¨ªa una cat¨¢strofe para nuestro patrimonio cultural.
Jos¨¦ ?ngel Hevia es el presidente de la Sociedad General de Autores y Editores
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