El choch¨ªn pierde la carrera para ave del a?o
El avecilla de nombre sonrojante, sobre la que se acaba de publicar una espl¨¦ndida monograf¨ªa, vuelve a no figurar en la lista de finalistas

He votado por el alcaud¨®n real en el tradicional concurso popular (hasta el pr¨®ximo d¨ªa 15) que convoca SEO/ Bird Life para elegir al ave del a?o 2019 y en el que el tr¨ªo de finalistas lo completan el chorlitejo patinegro y el aguilucho cenizo (que obviamente lo tiene dif¨ªcil).
Tengo debilidad por el alcaud¨®n, con esa costumbre de serial killer de empalar a sus presas en pinchos y espinos para almacenarlas, pero a quien me gustar¨ªa de verdad poder votar, y que no ha sido ave del a?o en ninguna de las 28 ediciones, es al choch¨ªn. Imagino que su chocante nombre, que lo hace proclive al cachondeo fuera de los c¨ªrculos ornitol¨®gicos (y dentro tambi¨¦n), le ha apartado estos a?os de la carrera por el prestigioso t¨ªtulo. Y eso que ¡°SEO premia al choch¨ªn¡±, da para un llamativo titular.
El choch¨ªn (Troglodytes troglodytes), que prolifera en nuestros jardines, es noticia, precisamente, por la publicaci¨®n de una espl¨¦ndida monograf¨ªa sobre ¨¦l, escrita por el naturalista brit¨¢nico Stephen Moss, uno de los grandes divulgadores de la ornitolog¨ªa y con el que tuve el privilegio de intimar hace dos a?os durante el Delta Birding Festival, la gran cita del birdwatching en el Delta del Ebro, pese a que le sorprendi¨® vivamente mi incapacidad para distinguir un falaropo de un pollo a l¡¯ast.
Porqu¨¦ los brit¨¢nicos le llaman wren, lo que ha permitido que lo mencionen sin rubor poetas como Dryden, John Clare y Blake, y el mism¨ªsimo Shakespeare en numerosas ocasiones , y nosotros choch¨ªn es un misterio.
Afortunadamente, pues evita muchos malentendidos y bromas f¨¢ciles, especialmente cuando se habla de especies como el choch¨ªn de la Socorro (end¨¦mico de dicha isla), la avecilla paseriforme no se denomina as¨ª en ingl¨¦s, sino wren. Porqu¨¦ ellos le llaman wren, lo que ha permitido que lo mencionen sin rubor poetas como Dryden, John Clare y Blake, y el mism¨ªsimo Shakespeare en numerosas ocasiones (incluidos El rey Lear, Ricardo III, El mercader de Venecia y Macbeth), y nosotros choch¨ªn es un misterio.
En su libro (The wren: a biography, Square Peg, 2018), una obra llena de cosas fascinantes, con mucho ¨¦nfasis en la dimensi¨®n cultural, sobre esos pajaritos, que se encuentran entre los m¨¢s min¨²sculos de Europa (solo son m¨¢s peque?os los reyezuelos), pues miden diez cent¨ªmetros y pesan apenas diez gramos (como dos hojas de papel A4), Moss se?ala que el t¨¦rmino wren posee algunas connotaciones salaces.
Wren, por supuesto, a los lectores contumaces de aventuras nos suena a P. C. Wren, el autor de Beau Geste, que afortunadamente no se llamaba P. C. Choch¨ªn pues sus historias se hubieran desarrollado acaso m¨¢s en el Ch?teau de Roissy que en Fort Zinderneuf.

En fin, dec¨ªa que el amigo Moss explica que en tiempos de la guerra de Crimea se conoc¨ªa como wrens a las prostitutas porque, como el avecilla, se hac¨ªan un nido en los arbustos. Pero sobre todo, y eso es muy sorprendente, al pajarillo sobre todo se le relaciona en el mundo anglosaj¨®n, parad¨®jicamente, con el sexo masculino. Ello se debe a su caracter¨ªstico alzar de la cola, una de sus se?as de identidad m¨¢s conspicuas. De hecho en el pasado se denomin¨® al choch¨ªn en Inglaterra stumpy-dick, algo as¨ª como, y disculpen la vulgaridad, que hay que achacar por supuesto a los antiguos ingleses y no a m¨ª, ¡°polla achaparrada¡±. La antrop¨®loga estadounidense Elizabeth Arwood Lawrence, una autoridad citada por Moss, y que ha estudiado especialmente el folclore asociado a los chochines, considera que el nombre, no choch¨ªn, claro, sino wren, posee obvias connotaciones sexuales masculinas, vinculando su caracter¨ªstica cola en alto con una erecci¨®n humana.
Todo lo cual no hace sino m¨¢s intrigante el por qu¨¦ en espa?ol se le conoce como choch¨ªn. No he conseguido una respuesta clara al respecto. Mi ornit¨®logo de cabecera, Jos¨¦ Luis Copete, que ha trabajado en el se?ero Handbook of Western paleartic passerines, entre otras obras de referencia, cita al respecto el Diccionario de nombres vern¨¢culos de aves de Francisco Bernis (Gredos, 1994) que remite el t¨¦rmino originalmente a chorch¨ªn, un diminutivo de chorcha, nombre propio de la chocha perdiz, la becada, a la que nuestro pajarillo ¡°se asemeja por su plumaje pardo barreado". No s¨¦... En catal¨¢n se le denomina cargolet, as¨ª que no hay problema, y en euskera es txepetxa. Moss apunta que en Francia (mignon) se le ha llamado tambi¨¦n ¡°la poulette a bon Dieu¡±. Viven apenas dos a?os (mejor no encari?arse) y son pol¨ªgamos. Es tradici¨®n que matarlos da mala suerte, que sus plumas protegen a los marinos de ahogarse y que es un ave incapaz de sentir melancol¨ªa.
Pese a su min¨²sculo tama?o y su aspecto discreto ¨Caunque con un canto muy potente y brillante (comparado po¨¦ticamente con ¡°una danza de arco¨ªris¡±)-, se trata de un pajarillo tremendamente vivaracho y activo: el m¨¢ximo tiempo que se le ha cronometrado en reposo es de tres minutos, y eso solo porque hab¨ªa un gato cerca. Est¨¢ todo el d¨ªa buscando los peque?os insectos que consume en una proporci¨®n diaria equivalente a que un humano se zampara 150 Big Macs. Moss lo describe como ¡°fast and furious¡± y el padre del British birding, Ian Wallace, lo calific¨® como ¡°tiny, restless and pugnacious¡±. No parece que el temperamento tenga que ver con el nombre del choch¨ªn, pero acaso una pista la proporcione, seg¨²n los naturalistas, el nido, que es cerrado y de musgo.
He trasladado a Stephen Moss (en un mail en ingl¨¦s que les aseguro que no tiene desperdicio) mis interrogantes sobre el ave. Y estoy a la espera de si ¨¦l puede arrojar definitiva luz sobre este enigm¨¢tico asunto. Les tendr¨¦ al corriente.
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