Teatro de la memoria para sanar las heridas de Euskadi
Borja Ortiz de Gondra estrena la segunda parte de la historia de su familia como analog¨ªa de una sociedad a¨²n ahogada por el rencor
En oto?o de 2016 se public¨® Patria, de Fernando Aramburu, la novela m¨¢s conocida del fen¨®meno literario nacido en paralelo al fin del terrorismo de ETA, con t¨ªtulos como El comensal, de Gabriela Ybarra, o Mejor la ausencia, de Edurne Portela, que responde a la necesidad de construir el relato de la violencia en el Pa¨ªs Vasco desde distintos ¨¢ngulos. El teatro no es ajeno a esta urgencia: al tiempo que Patria llegaba a las librer¨ªas, el Centro Dram¨¢tico Nacional pon¨ªa en marcha en Madrid los ensayos de Los Gondra, de Borja Ortiz de Gondra, una obra que recoge un siglo de historia vasca a trav¨¦s del tormentoso pasado de la familia del autor. ¡°El documento nos sirve para saber lo que pas¨®, pero la ficci¨®n es la que nos ayudar¨¢ a sanar las heridas. Y en este empe?o el teatro, como lugar de encuentro, puede aportar mucho¡±, explic¨® el dramaturgo el pasado martes.
El ¨¦xito de Los Gondra fue, en proporci¨®n, similar al que logr¨® la novela de Aramburu: lleno absoluto, premios y cr¨ªticas buen¨ªsimas. Tanto que el autor decidi¨® escribir una segunda parte, bajo el t¨ªtulo de Los otros Gondra (un relato vasco), que parece llevar el mismo camino que la primera: nada m¨¢s terminarse de escribir a mediados del a?o pasado gan¨® el Premio Lope de Vega y encontr¨® productor en el Teatro Espa?ol de Madrid, donde se estrena esta noche con puesta en escena de Josep Maria Mestres, que tambi¨¦n dirigi¨® el montaje anterior. ¡°Los Gondra hablaba de c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª. Me faltaba contar qu¨¦ hacemos ahora con todo ese dolor: ?debemos no hablar del pasado para pasar p¨¢gina r¨¢pidamente o antes tenemos que removerlo todo para poder perdonar?¡±, se pregunta el dramaturgo. ¡°Esta es la encrucijada en la que se encuentra ahora el Pa¨ªs Vasco, la misma de la que part¨ªan las tragedias griegas: silencio, olvido y perd¨®n. De alguna forma ¡ªa?ade¡ª esta obra pretende lo mismo que aquellas tragedias: llegar al fondo del dolor, supurarlo, para poder desprenderse de ¨¦l¡±.
"El documento nos sirve para saber lo que pas¨®, pero la ficci¨®n es la que nos ayudar¨¢ a sanar las heridas", sostiene el dramaturgo
La nueva pieza, que puede seguirse sin necesidad de haber visto la primera parte, retoma la historia de los Gondra en el momento presente: cuando el autor, que se interpreta a s¨ª mismo en el montaje de Mestres, acude a recoger un premio a su tierra precisamente por el ¨¦xito de Los Gondra y se encuentra con algunos personajes que le recriminan que haya sacado a la luz el tormentoso pasado familiar. Aqu¨ª el dramaturgo matiza: ¡°Esto no es teatro pol¨ªtico ni teatro documental, sino lo que llamamos autoficci¨®n: es decir, una mezcla de relatos reales y ficticios. Algunas cosas que pasaron, otras que el autor imagina que sucedieron y otras que le gustar¨ªa que hubieran ocurrido¡±.
Esta mezcla de realidad y ficci¨®n le sirve al autor para hacer una analog¨ªa entre lo particular y lo universal poniendo frente a frente a personajes que encarnan las diferentes posturas que se pueden encontrar hoy en la sociedad vasca, a¨²n ahogada por el rencor: los que no quieren remover el dolor (la madre), los que no quieren pedir perd¨®n (la prima), los que quieren hablar (el propio autor) y la nueva generaci¨®n que quiere enterrar el pasado porque le resulta ajeno (la sobrina).
Este ¨²ltimo personaje, una adolescente que lleva el apellido de los Gondra pero no su sangre pues es adoptada, es clave en esta segunda parte. ¡°En una de mis visitas a las fiestas de Algorta, que es mi pueblo y el pueblo en el que se desarrolla la obra, me di cuenta de que buena parte de los ni?os que bailaban las danzas tradicionales era de origen asi¨¢tico, africano, mestizo¡ Entonces me surgi¨® la gran pregunta: ?qu¨¦ querr¨ªan hacer ellos con un pasado que les pertenece y no les pertenece?¡±, apunta Ortiz de Gondra. En el texto el dramaturgo se?ala que el personaje debe ser interpretado por una joven no blanca, caracter¨ªstica que Mestres ha querido subrayar en su puesta en escena con la actriz negra Fenda Drame.
Trilog¨ªa de la violencia
Muchas voces lamentaron que el Centro Dram¨¢tico Nacional, siempre con dificultades para representar fuera de Madrid sus producciones, no llevara Los Gondra al Pa¨ªs Vasco. No suceder¨¢ lo mismo con Los otros Gondra: est¨¢ previsto que el espect¨¢culo salga de gira cuando concluyan las funciones en el Teatro Espa?ol, el 17 de febrero, con parada incluida en alguna ciudad vasca. Lo que no est¨¢ claro es si el autor tiene pensado escribir otro cap¨ªtulo m¨¢s para completar lo que podr¨ªa ser la gran trilog¨ªa teatral sobre la violencia en Euskadi. "Esta obra no se cierra con un abrazo porque el problema, evidentemente, no est¨¢ cerrado. Quiz¨¢ eso d¨¦ pie a una tercera parte, pero a¨²n no lo puedo asegurar", responde Borja Ortiz de Gondra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.