Grandes gestas del gesto m¨ªnimo
Una nueva generaci¨®n de artistas merodea por un conceptualismo descre¨ªdo, haciendo equilibrismo entre el humor y la cr¨ªtica
Hace tiempo que el arte merodea por un lugar de pensamiento esc¨¦ptico, a ratos estirando el sentido del humor y otros enfatizando su base pol¨ªtica. Muchos tildan a esta deriva de ¡°conceptual l¨²dico¡± siguiendo la apertura que supone el trabajo de artistas como Robert Barry, Yoko Ono, Jiri Kovanda, Fischli & Weiss, Martin Creed, Tino Sehgal, Roman Ond¨¢k, Miranda July o Bobby Baker, que en unos d¨ªas llega a La Casa Encendida. Tienen mucho que ver la continuada revisi¨®n del dad¨¢, el punk y el arte conceptual. Tambi¨¦n Guy Debord contribuy¨® lo suyo en los a?os sesenta con el Manifiesto situacionista incitando a los artistas a salir a la calle y disparar al azar. O lo que es lo mismo: a reivindicar la radicalidad y la intensidad como fundamentos de la creaci¨®n. Un prop¨®sito que sigue vigente en el arte contempor¨¢neo: el uso de la autocr¨ªtica y el privilegio de la distracci¨®n como formas para pensar en los extremos y discutir sobre los matices. Hablamos de una actitud a medio camino entre la exaltaci¨®n y la cabezoner¨ªa que, desde cierta po¨¦tica de lo insignificante y lo precario, experimenta con lo micro para intentar abarcar lo macro. Correr por un museo. Camuflar una oliva en una reja. Pintar una pepita de oro macizo de oro falso. Soltar un grito inesperado en mitad de una exposici¨®n. Suspender la orden de guardar silencio en una biblioteca. Proponer una siesta popular. Atrapar el aire de una habitaci¨®n.
Estas acciones funcionan como energ¨ªa liberadora y como espacio de manifestaci¨®n pol¨ªtica
Son acciones que funcionan como energ¨ªa liberadora, como canal de comunicaci¨®n, como veh¨ªculo para la expresi¨®n corporal, como espacio de manifestaci¨®n pol¨ªtica, como lugar desde el que cuestionar el arte. Tambi¨¦n como disciplinas colindantes de las performances: situaciones construidas, realidades programadas, momentos a vivir¡ Ese vasto y amplio campo que son las acciones. Algunas micro, como las que empezaron a poner en pr¨¢ctica los artistas Bestu¨¦-Vives en 2005 con Acciones en casa y abanderan una nueva generaci¨®n empe?ada en reflexionar sobre la ontolog¨ªa del arte y en revisar las estrategias teatrales de las neovanguardias de posguerra. Una peque?a revoluci¨®n en los tiempos que corren: obligan a los museos a buscar otra manera de trabajar, a cambiar el ritmo de un formato como el de la exposici¨®n, a incorporar la danza y la coreograf¨ªa como elemento art¨ªstico, y a vender momentos y no objetos a los coleccionistas. Gestos m¨ªnimos que reflexionan sobre lo convencional dentro de lo normativo y que, lejos de ir a la contra, participan del sistema del arte tensando el mercado y el museo, a veces hasta el autosabotaje, como los trabajos en los que Karmelo Bermejo (M¨¢laga, 1979) desaf¨ªa al comprador a no declarar la adquisici¨®n de una de sus piezas y a la galer¨ªa a no declarar su venta (Lienzo fiscal, 2013).
A veces, el sentido del humor supone un ejercicio de autoparodia. Otras, la fascinaci¨®n por lo rid¨ªculo y lo absurdo abre una v¨ªa de alteraci¨®n de ritmos vitales. En muchas ocasiones, lo cotidiano es potenciado desde el filtro euf¨®rico de la anoma?l¨ªa y la superaci¨®n de normas establecidas. Un ejemplo es el trabajo de ?Anna Dot (Vic, 1991), que actualmente presenta sus peque?as acciones en el marco de la exposici¨®n But We Don¡¯t Leave Pyramids, comisariada por el colectivo GAPS en Charsoo Honar, una antigua casa en Teher¨¢n convertida ahora en centro de arte. Una entrevista con la propietaria la llev¨® a escribir un guion basado en sus vivencias del lugar, que la artista repite frente a quien se encuentre junto a ella en cada momento. Suelta un comentario, observa la reacci¨®n, sonr¨ªe y se va. Son acciones que funcionan como quien lanza una primera piedra casi sin fuerza para luego ver qu¨¦ ocurre y participar de ello.
El habla colectiva, lo que queda dentro y fuera del lenguaje o c¨®mo la palabra afecta al otro forma parte tambi¨¦n del trabajo de Claudia Pag¨¨s (Barcelona, 1990). La suya tambi¨¦n es una estrategia performativa donde la participaci¨®n del p¨²blico es esencial. A veces su obra aparece como v¨ªdeos instructivos; otras, como m¨²sica para ser cantada y bailada. En Gleaners?>?<?extracci¨®n (2019), que expone ahora en Cordova Gallery, recoge en una serie de carteles las conversaciones escuchadas en el mercado de Los Encantes, en el barrio de Barcelona en el que vive. El resultado es un di¨¢logo ca¨®tico a tres voces: la de Simone Weil de su libro l¡¯Enracinement, la de un espigador ficticio en busca de material para revender y una tercera voz que habla sobre los usos de la traducci¨®n que encierra la econom¨ªa. Su trabajo analiza el capital cultural y el saber popular cruzando ¨¢reas como la m¨²sica, la coreograf¨ªa o los sistemas de redes sociales. Proyectos que no est¨¢n lejos de las ideas de control, cuerpo y performatividad que tambi¨¦n maneja Ariadna Guiteras (Barcelona, 1986) ni de los l¨ªmites del lenguaje para narrar lo inarticulado que pone en pr¨¢ctica Josu Bilbao (Bermeo, 1978). Tampoco hay distancia con Josep Maynou (Barcelona, 1980) cuando habla de momentos perdidos en la traducci¨®n y experiencias casuales.
Lo cotidiano es potenciado desde el filtro euf¨®rico de la anomal¨ªa y la superaci¨®n de normas establecidas
Tras varios a?os experimentando en un formato de sesi¨®n de trabajo con la performance durante varias horas seguidas, Marc Vives (Barcelona, 1978) ha puesto el foco en la dicotom¨ªa entre la rutina y vida regular y la fiesta como lugar de excepci¨®n. De ah¨ª que sus ¨²ltimos proyectos hayan mirado a la fiesta mayor de Sants o la explotaci¨®n del ocio en la monta?a de Montju?c, como propon¨ªa la exposici¨®n Es que ahora no puedo (2018) en la galer¨ªa etHALL, en la que tras pedir una cita con el artista, este ofrec¨ªa una peque?a performance privada y personal. Una investigaci¨®n esc¨¦nica sobre la que se asienta el proyecto que tiene ahora entre manos, La fiesta, el concierto, para su pr¨®ximo estreno en Antic Teatre de Barcelona. La trayectoria de Luz Broto (Barcelona, 1982) tampoco se avala a trav¨¦s de exposiciones al uso, sino mediante la construcci¨®n de situaciones imprevistas capaces de alterar las convenciones que rigen un lugar espec¨ªfico, ya sea una galer¨ªa, un teatro o un r¨ªo. Desde Flora ?Ars+Natura, en Bogot¨¢, llega su ¨²ltimo trabajo, Tensar una l¨ªnea entre dos interiores paralelos (2018).
Para Marta Fern¨¢ndez Calvo (Logro?o, 1978) las acciones son como durezas, lugares que surgen del roce, de que algo ocurra muchas veces. Ejercicios de fragilidad que tienen que ver con la idea de presencia y de resistencia. Sostenerse en ese estar ¡°a punto de lo material¡± est¨¢ detr¨¢s de obras como Rodapi¨¦ Universo (2018), realizada para la exposici¨®n Querer parecer noche en el CA2M, o los proyectos como Rosquillas Mar¨ªa, sobre las recetas y el duelo realizado con cer¨¢mica y rosquillas que llevar¨¢ al estand de Espacio Valverde la pr¨®xima edici¨®n de Arco. Las acciones fugaces que Mar¨ªa S¨¢nchez (?vila, 1977) suele documentar en v¨ªdeo o fotograf¨ªas se convierten en un breve residuo condenado a desaparecer de un modo natural. Un punto de humor e iron¨ªa que mucho tiene que ver con la idea de trascendencia del trabajo de Juli¨¤ Panad¨¨s (Palma de Mallorca, 1980) que hace unas semanas presentaba en el Centro P¨¢rraga de Murcia.
Aunque si hay un artista que sintetiza ese juego err¨¢tico y euf¨®rico de lo absurdo y lo sensato es Ferm¨ªn Jim¨¦nez Landa (Pamplona, 1979), ya sea como autor de una falla, midiendo el peso de Glenn Medeiros en leche desnatada o coleccionando secretos ajenos que s¨®lo imaginar¨¢. El pr¨®ximo febrero trazar¨¢ una canci¨®n para una coordenada en el marco de la exposici¨®n Itinerarios XXV de la Fundaci¨®n Bot¨ªn. Otra haza?a en el universo de la infrahistoria.
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