Muere la leyenda del afro-jazz Oliver Mtukudzi
Fallece a los 66 a?os el m¨²sico zimbabuense conocido afectivamente como Tuku

Su voz rasgada, sus cadencias suaves y su imparable poder de creaci¨®n se han fundido a silencio este mi¨¦rcoles por la tarde en su tierra natal, en Zimbabue. La leyenda del afro-jazz ¨Cconocido afectivamente como Tuku-, ha fallecido en un hospital de Harare, con m¨¢s discos que a?os y en una fecha, el 23 de enero, que el a?o pasado ya qued¨® marcada por una gran ausencia musical. Caprichos de la historia, Tuku ha muerto a los 66 a?os, justo un a?o despu¨¦s de que nos dejara otro gigante del jazz florecido en el ?frica Austral: el sudafricano Hugh Masekela. Amigos cercanos y unidos por su visi¨®n del mundo, adem¨¢s de la m¨²sica, Mtukudzi se ha ido en su primer aniversario. ¡°Mtukudzi ha sucumbido despu¨¦s de una larga batalla contra la diabetes¡±, ha informado el peri¨®dico Herald.
Durante d¨¦cadas Mtukudzi ha llenado salas y emociones. Y aunque su fr¨¢gil salud provoc¨® cancelaciones de conciertos en los ¨²ltimos tiempos, Tuku no dej¨® que los achaques le retiraran de la m¨²sica, que respiraba y transpiraba. Empez¨® a los 21 a?os, cuando Zimbabue a¨²n se llamaba Rodhesia y estaba bajo un gobierno racista, tocando con los Wagon Wheels junto a Thomas Mapfumo. Y a los 23 ya grababa su primer ¨¢lbum. Desde entonces, con su guitarra, sus movimientos en el escenario y su banda, los Black Spirits, no ha deja de producir, de girar y de tocar, esculpiendo un estilo propio que, bebiendo de la Chimurenga de su pa¨ªs e influencias de la vecina Sud¨¢frica, se ha bautizado como la ¡°Tuku music¡±. En 1980, Mtukudzi celebr¨® la independencia de Zimbabue cantando el nuevo himno del pa¨ªs, Ishe Kimborera Africa (Dios bendiga ?frica) con un toque de reggae.
Autor de grandes t¨ªtulos convertidos en himnos como Todii?o Neria (una cr¨ªtica a las leyes que dejan desamparada a una mujer), y de 67 ¨¢lbumes que deja como legado, Tuku es considerado uno de los 10 m¨²sicos africanos ¡°m¨¢s rentables¡±, seg¨²n clasificaba la revista Forbes en 2017. Autodidacta, perseverante y apasionado, sus tonadas se han convertido en imprescindibles y, a menudo en directo en las salas del sur de ?frica y siempre presente en los altavoces de las veladas locales, Mtukudzi se va dejando su nombre en el pedestal del m¨²sico m¨¢s reconocido de la historia de Zimbabue. En unos d¨ªas, justamente, en los que el pa¨ªs pasa por un tramo ¨Cotro- complicado.
Pero adem¨¢s de las decenas de t¨ªtulos m¨ªticos y memorias de tantas noches de directo, Mtukudzi deja una nueva generaci¨®n. El m¨²sico quiso transmitir su pasi¨®n y abrir camino a los nuevos talentos creando un espacio para el desarrollo art¨ªstico de los j¨®venes. Sin tasa de inscripci¨®n, ni clases, ni profesores, Mtukudzi fund¨® en 2004 en una antigua zona industrial, el centro Pakare Paye, a 50 km de la capital, Harare. Lo bautiz¨® como uno de sus grandes hits?Pakare Paye ¨C que significa ¡°siempre la misma canci¨®n¡± en la lengua shona- y abri¨® el espacio para que los m¨²sicos pudieran ensayar, escuchar, probar y tambi¨¦n grabar. Pakare tiene un estudio. El espacio abierto a todo el mundo a menudo contaba con la presencia del propio Mtukudzi y ha visto germinar a grandes m¨²sicos de la nueva generaci¨®n como la Tsevete band o Munyaradzi Mataruse.
Las condolencias est¨¢n lloviendo en Zimbabue por la ausencia del icono, del maestro. Y tanto en las redes como en el hospital donde ha fallecido, los tributos le reconstruyen a base de canci¨®n.
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