La paciente revoluci¨®n de una n¨®mada
La donostiarra Elena Seti¨¦n culmina con su estreno para el sello Thrill Jockey el tr¨¢nsito desde la formaci¨®n cl¨¢sica y el jazz hasta un pop de autor y proyecci¨®n internacional
Asunci¨®n de una b¨²squeda camale¨®nica la de Elena Seti¨¦n (San Sebasti¨¢n, 1977): ¡°El cambio va a resultar uno de mis motores, igual s¨ª: mientras est¨¢s movi¨¦ndote, est¨¢s vivo¡±, admite relajada en un sof¨¢ de la sede de su distribuidora en Madrid. Bastar¨ªa con un vistazo a su camino desde que cumpli¨® los 18 a?os: estudiante de viol¨ªn en Londres, de canto cl¨¢sico en Barcelona, casi tres lustros brillando en la escena jazz¨ªstica e improvisadora danesa con el d¨²o Little Red Suitcase, y, ahora, de vuelta a San Sebasti¨¢n, reconversi¨®n en cantautora pop de aliento aventurero.
Y con esa exploraci¨®n se agiganta: ¡°?Que nos dejen conservar la libertad art¨ªstica, por favor!¡±, suelta a prop¨®sito de su proceso para encontrar discogr¨¢fica, ¡°el de un m¨²sico indie que ya se ha autoeditado y quiere algo m¨¢s de proyecci¨®n sin entrar en compromiso¡±. No le pudo salir mejor: Thrill Jockey, el prestigioso sello alternativo de Chicago, casa de Tortoise o Mouse On Mars, publica el 15 de febrero su tercer disco como solista, Another Kind Of Revolution. ¡°Hice amistad con Colleen, una artista electr¨®nica parisiense casada con un pintor donostiarra, y ella, a la que le encant¨® mi demo, me hizo de embajadora¡±. Colleen lleva desde 2015 grabando para Thrill Jockey; Elena Seti¨¦n aspira a seguir creciendo con ellos. ¡°Ir haciendo carrera. Me encantan su variedad y su no exclusivismo. Miras otros sellos indies y muchos pecan de postureo, de cara lavada. Thrill Jockey no teme ensuciarse ni fallar o seguir apostando por algo que los medios no acepten¡±.
En Another Kind Of Revolution cumple a rajatabla el consejo que le dio Laurie Anderson en 2017: ¡°Hacer algo libre y bello¡±
Seti¨¦n ha recibido el premio vasco de la m¨²sica (Musika Bulegoa Sariak 2017) y antes varios en Copenhague, entre el jazz y el crossover. ¡°Al igual que la formaci¨®n cl¨¢sica me encorsetaba, nunca he podido ce?irme a un estilo, pero s¨ª tengo la melod¨ªa en mi organismo, me sale de forma compulsiva porque me he criado escuchando m¨²sica muy mel¨®dica: cl¨¢sicos barrocos, los Beatles, Billie Holiday¡¡±. Lo que ella define como ¡°un esqueleto mel¨®dico muy claro en sus canciones¡± permanece en su tercer ¨¢lbum. Twelve Sisters (debut en solitario, a¨²n en Dinamarca) fue ¡°el m¨¢s pop¡±, mientras que el tema que titula Dreaming Of Earthly Things (su obra previa, ya en San Sebasti¨¢n) albergaba la semilla del nuevo. ¡°Vi clar¨ªsima la necesidad de m¨¢s planos, capas con mucho espacio para lograr profundidad, la sensaci¨®n de que entras en la m¨²sica¡±.
Ha coproducido este tercero, como el anterior, su paisano Mikel Azpiroz, cuyo papel mengua: Seti¨¦n toca casi todos los instrumentos, aunque hay un par de cameos exquisitos de Steve Gunn a las seis cuerdas (¡°me maravilla su encaje con mi voz¡±). Y Another Kind Of Revolution se erige como un triunfo en el que cumple a rajatabla el consejo que le dio Laurie Anderson en 2017: ¡°Hacer algo libre y bello, la manera de poder ser artista en tiempos tan dif¨ªciles¡¯, me dijo en un festival dan¨¦s. Participamos en un canto colectivo de canciones populares, algunas del fallecido Lou Reed, del que ella a¨²n hablaba en presente¡±.
Las letras no encierran un cariz pol¨ªtico a la manera de Anderson. ¡°De momento no, aunque aqu¨ª hayamos crecido con el componente superpol¨ªtico. En mis historias persigo lo mismo que en la realidad: ver qu¨¦ siente esa persona que me mira, qu¨¦ hay detr¨¢s de su cara. A veces la verdad est¨¢ delante de nuestras narices¡±. ?Pero cu¨¢l es la revoluci¨®n a la que alude el disco y conecta sus letras? ¡°La que reivindica a las minor¨ªas en general, a los anarquistas del coraz¨®n y a todas esas sabias, m¨ªsticas, historiadoras o artistas que permanecen injustamente en las sombras¡±.
Los a?os escandinavos de Seti¨¦n dieron para jugosos encuentros de vanguardia. ¡°Fred Frith [icono experimental desde los setenta] actu¨® en Copenhague y no dud¨¦ en escribirle para una master class. Comimos juntos y luego nos llev¨® [a Little Red Suitcase, su d¨²o con la alemana Johanna Borchert] a tocar a Nueva York¡±. Y en un caj¨®n permanece el registro de su fugaz alianza con Cooper-Moore: ¡°Un improvisador legendario. No nos conoc¨ªamos de nada y nos pusieron a tocar juntos. Hay un v¨ªdeo en YouTube¡±.
Adem¨¢s de diversos teclados y el viol¨ªn, Elena Seti¨¦n se encarga de la percusi¨®n en su nuevo ¨¢lbum. ¡°No la domino en absoluto, pero quer¨ªa verla como algo poco habitual, seguir un impulso, buscar una energ¨ªa¡±. Dicho enfoque proviene tanto de la energy music predicada por algunos improvisadores como de su admiraci¨®n por Angus MacLise, el primer bater¨ªa de The Velvet Underground y colaborador, entre otros, de La Monte Young. ¡°Un esp¨ªritu libre, que rechazaba cobrar por los bolos y tocaba metido en su mantra y muy ligado a la naturaleza. Mi m¨²sica tambi¨¦n tiene mucho que ver con ella¡±.
De hecho, el paisaje donostiarra, ¡°el mar y las mareas¡±, era de lo que m¨¢s a?oraba en Dinamarca. ¡°Y cambiar una capital por San Sebasti¨¢n y su ritmo m¨¢s calmado provoc¨® hasta que mis canciones se alargaran cuando las interpretaba¡±. Su gran voz tambi¨¦n ha evolucionado con el tiempo: ¡°Empec¨¦ cinco octavas m¨¢s arriba¡±. Inquieta, ya ha compuesto para el cine, junto a Ignacio Bilbao (Oreina, de Koldo Almandoz), y planea musicar al poeta maldito Jon Mirande. Mientras, con gira europea a la vista y estadounidense en mente, disfruta en ¡°el lugar fuera del espacio-tiempo al que te traslada la m¨²sica. Mi padre, un arquitecto mel¨®mano, siempre repet¨ªa que era su religi¨®n. No se me olvida¡±.
Another Kind Of Revolution. Elena Seti¨¦n. Thrill Jockey, 2019. A la venta el 15 de febrero.
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