Dos visitantes rompen por accidente sendas esculturas del Reina Sof¨ªa expuestas en el Palacio de Cristal
El museo paga 13.700 euros para reconstruir las obras de la artista iran¨ª Nairy Baghramian deterioradas en agosto, que no estaban aseguradas
Dos visitantes de la exposici¨®n de Nairy Baghramian (Isfah¨¢n, 1971) destruyeron el pasado agosto dos obras del montaje de la artista iran¨ª, en el Palacio de Cristal del parque del Retiro, en Madrid. El primer accidente tuvo lugar el d¨ªa 2 a las ocho de la tarde: ¡°Una turista¡± realizaba una fotograf¨ªa y tropez¨® con una de las piezas de la artista. ¡°El vigilante lo vio y salt¨® para evitar la ca¨ªda sobre la obra, pero no lleg¨® a tiempo¡±, cuenta Jorge Garc¨ªa G¨®mez-Tejedor, jefe de restauraci¨®n del Museo Reina Sof¨ªa, de quien depende este espacio expositivo. El informe elaborado un d¨ªa despu¨¦s por el museo recoge la ¡°rotura integral¡± de la misma.
¡°La artista nos pidi¨® que lo recogi¨¦ramos con urgencia. No quer¨ªa que se vieran los cristales rotos¡±, asegura Jorge Garc¨ªa. ¡°Las obras est¨¢n hechas de un material muy delicado. Tuvimos que manipularlas con cuidado extremo. No me extra?ar¨ªa que le hubiera pasado m¨¢s veces¡±, relata.
10 d¨ªas m¨¢s tarde un nuevo accidente acab¨® con otra de escultura de cristal, compuesta por cuatro unidades, colocada a la izquierda de la entrada y fijada al suelo. ¡°Mientras el vigilante informaba por tel¨¦fono al jefe de seguridad de otro incidente, una ni?a se sent¨® sobre la pieza, causando la rotura y muchos fragmentos¡±, cuenta el segundo informe al que ha tenido acceso este peri¨®dico. La ni?a no result¨® herida.
Sin seguro
¡°Es pasta de cristal y una estructura de aluminio. Todo es muy delicado. Le dijimos que esto podr¨ªa pasar. Eran obras muy delicadas y la artista jug¨® a mimetizarse con el espacio y se camufl¨® con el espacio. Esto tampoco ayud¨®¡±, reconoce Jorge Garc¨ªa G¨®mez-Tejedor. ¡°No me gusta que ocurran incidentes as¨ª, que ocurra es grave, no es algo anecd¨®tico. Pero un accidente siempre puede ocurrir, aunque seamos muy previsores¡±, comenta el responsable de la conservaci¨®n y restauraci¨®n de las obras del museo Reina Sof¨ªa.
La rotura de las obras costar¨¢ a las cuentas del Estado 13.700 euros, porque no est¨¢n aseguradas. Ser¨¢ el asistente del taller habitual de la artista quien se encargar¨¢ de producir de nuevo las obras. Desde el museo se explica que se firma un contrato en el que se paga la producci¨®n del proyecto espec¨ªfico para el espacio, pero no se asegura por las peculiaridades del lugar de exhibici¨®n. Cualquier obra de las otras sedes del Museo Reina Sof¨ªa est¨¢ asegurada, salvo todo lo que se monte en el Palacio de Cristal.
Al ser un espacio con filtraciones, p¨¢jaros que se cuelan y manchan las obras, el presupuesto del seguro "ser¨ªa alt¨ªsimo". "Adem¨¢s, nos impondr¨ªan una serie de condiciones (como catenarias, recorridos, etc¨¦tera) con los que no estar¨ªan de acuerdo en la mayor¨ªa de los casos los artistas o los comisarios. Lo que hacemos es un contrato con los artistas en el que se determina que, de producirse alg¨²n da?o, como ha ocurrido en este caso, el museo se hace cargo asumiendo un gasto much¨ªsimo menor", a?aden desde la instituci¨®n. En el caso de la artista iran¨ª el proyecto suma un total de 94.000 euros (se han incluido los casi 14.000 euros de las nuevas obras).
Invisibles
Las esculturas jugaban con los mismos materiales que el lugar, es decir, cristal y metal. Muy camufladas con el entono para plantear un debate sobre la privacidad y la exhibici¨®n, sobre lo interior y lo exterior. La propia Baghramian ya advirti¨® en su paso por Madrid que los colores inspirados en el entorno hac¨ªan que la obra fuera ¡°invisible¡±. ¡°Sus esculturas generan formas org¨¢nicas con protuberancias y cavidades¡±, define el museo a la creadora.
La obra de la iran¨ª es, adem¨¢s, fr¨¢gil y po¨¦tica. Tambi¨¦n el Palacio de Cristal, que fue construido a finales del XIX como invernadero para exponer el exotismo de las especies de las Islas Filipinas. De acceso gratuito, recibi¨® el pasado a?o?1.641.160 personas. Por la sede central del Reina Sof¨ªa, en el edificio Sabatini, desfilaron 1.694.296.?
Jorge Garc¨ªa G¨®mez-Tejedor explica que se monta un protocolo de seguridad d¨ªas antes de la inauguraci¨®n, para decidir el n¨²mero de operativos que deben atender la afluencia. ¡°Como m¨ªnimo hay dos vigilantes y otras dos personas encargadas de informaci¨®n. Pero todo depende de la pieza¡±.
En el mismo Palacio de Cristal hubo montajes con menos riesgo. Por ejemplo, la obra de Danh Vo (B¨¤ Ria, Vietnam, 1975), en 2016, colgaba del techo. El mismo a?o, el alem¨¢n Lothar Baumgarten (1944-2018) instal¨® una pieza sonora de dos horas a partir de las grabaciones que hizo del deshielo de las orillas del r¨ªo Hudson (EE UU); tambi¨¦n los registros solares de Rosa Barba (Agrigento, Italia, 1972) volaban sobre las cabezas de los visitantes. Y despu¨¦s de las piezas de Nairy Baghramian, Doris Salcedo (Bogot¨¢, 1958) hizo emerger y desaparecer del suelo agua que escrib¨ªa los nombres de emigrantes fallecidos.
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