Las intimidades de Padura y Mario Conde entusiasman en el Hay Festival
El escritor cubano deleita en Cartagena con an¨¦cdotas y secretos sobre vida, su trabajo narrativo y el protagonista de sus novelas
La edad, la religi¨®n, el sexo o la frustraci¨®n revolucionaria. Divertido, fresco y espont¨¢neo, Leonardo Padura (La Habana, 1955) se meti¨® al p¨²blico del Hay Festival en el bolsillo, que termin¨® aplaudiendo puestos en pie al escritor cubano, durante una de las presentaciones m¨¢s esperadas de la cita cultural que se celebra en Cartagena, en el caribe colombiano.
Con una sucesi¨®n de an¨¦cdotas sobre su trabajo creativo y la huella de los a?os a trav¨¦s de sus libros, el autor de El Hombre que amaba los perros encandil¨® a los cientos de asistentes que abarrotaban el Centro de convenciones recordando las vivencias de Mario Conde, el borracho y ca¨®tico detective protagonista de sus novelas y de las arrugas que este ha dejado en su creador.
Conducida por Javier Moreno, director de EL PA?S Am¨¦rica, la charla form¨® parte de las conversaciones que promueve en el peri¨®dico con algunas de las voces m¨¢s destacadas del momento.
Moreno, que defini¨® a Padura como el escritor cubano vivo "m¨¢s conocido y querido¡±, repas¨® algunas de las intimidades creativas del autor cubano con quien revis¨® la realidad pol¨ªtica y social en Cuba desde 1989-cuando apareci¨® el primer Mario Conde- hasta 2018 fecha en que se ubica su ¨²ltimo libro La transparencia del tiempo. Es una obra que Padura describi¨® como ¡°ag¨®nica o apocal¨ªptica¡± y que repasa un momento y un estado an¨ªmico ¡°que comenz¨® con la esperanza de la llegada de Obama a Cuba y se revierte con la tensi¨®n y el regreso de la ret¨®rica del enemigo tras la victoria de Donald Trump¡±, dijo Padura.
Padura, Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras, reconoci¨® que uno de los halagos m¨¢s ilusionantes fue el que recibi¨® del jurado del Premio Barcino de novela hist¨®rica cuando dijo que ¡°gracias a las novelas de Conde se puede entender el proceso revolucionario de Cuba al igual que es posible entender la transici¨®n espa?ola en las novelas de V¨¢zquez Montalb¨¢n".
¡°A lo largo de estas d¨¦cadas, ?qu¨¦ se ha hecho mal?¡±, pregunt¨® Javier Moreno en referencia a la pobreza y la miseria que acompa?an a las ciudades en Am¨¦rica Latina. ¡°La repartici¨®n de la riqueza y la corrupci¨®n¡± resumi¨® el escritor. Sin embargo, ¡°en Cuba se ha luchado contra esa desigualdad. En los a?os 80 crecieron mucho las expectativas para alcanzar un reparto equitativo de la riqueza, o de la pobreza¡±, matiz¨® ir¨®nicamente. ¡°Mi generaci¨®n tuvo solo un par de zapatos, un pantal¨®n y una camisa, pero ten¨ªamos una carrera universitaria. La riqueza estaba compensada con el acceso a la universidad y mis compa?eros del barrio son m¨¦dicos, ge¨®grafos¡¡± record¨®.
Sin embargo, ¡°la crisis de los a?os 90 quebr¨® esa sociedad (¡) y ahora empiezan a aparecer destellos de riqueza (¡) y hay sectores que se han empobrecido a¨²n m¨¢s. Y eso envilece a las personas¡±, retrat¨® Padura a la hora de hablar de una etapa que defini¨® como frustrante.
Sobre el peso de la experiencia y de la edad en sus textos, Padura, de 63 a?os, dijo que perjudica ¡°el detector innato de mierda¡±, brome¨® recordando Ernest Hemingway ¡±porque los viejos van perdiendo ese olfato¡±, en referencia a la calidad literaria. ¡°Cada novela hay que entenderlo como un reto que Saramago supo afrontar muy bien hasta el final¡±, dijo.
Padura admiti¨® el peso de lo que llam¨® ¡°la obscena llegada de la vejez¡±. "En mis libros se unen un factor externo: la experiencia acumulada y otro externo: el paso del tiempo. El escritor que empieza hoy una novela, cuando la termina, dentro de 3 ¨® 4 a?os, es otra persona¡±, dijo parafraseando a Milan Kundera.
Al preguntarle por los amigos y los afectos, Padura admiti¨® que ¡°a Mario Conde lo sostiene el mundo de los amigos que beben y son tan desastrosos como ¨¦l. Pensar que se van es otra cat¨¢strofe y otro apocalipsis¡±. Precisamente Padura revel¨® que trabaja en un nuevo libro sobre la di¨¢spora y los efectos que dej¨® fen¨®menos como el ¨¦xodo del Mariel en el que salieron 130.000 cubanos en menos de dos meses. ¡°Tengo m¨¢s amigos en Miami que en Cuba y en Madrid no puedo hacer nada porque me la paso viendo a amigos. Y quiero verlos a todos porque lo que m¨¢s me doler¨ªa en el mundo es que pensaran que no los veo porque me hice famoso¡±, dijo con dolor.
Sobre la religi¨®n, Padura se defini¨® ¡°como un ateo que cree que Dios existe¡±, brome¨®. El escritor nacido en La Habana y criado en el barrio de la V¨ªbora brome¨® sobre la esquizofr¨¦nica relaci¨®n entre comunismo y religi¨®n y dijo que ¡°la gente necesita creer para resistir. Y puso la imagen de un jugador cubano que durante los a?os ochenta hac¨ªa un extra?o gesto en el aire antes de cada partido hasta que a partir de los a?os noventa aquello se normaliz¨® y pudo persignarse marcando la cruz con claridad sobre el cuerpo.
Padura reconoci¨® que asisti¨® a cursos de ate¨ªsmo durante su juventud. Hoy, una sana distancia de esas circunstancias, le permiten asegurar que ¡°el opio es la religi¨®n de los chinos¡±, dijo en medio de las carcajadas. Los asistentes terminaron en pie aplaudiendo al hombre que mostr¨® Cuba entre risas y los tragos de ron barato de Mario Conde.
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