El amor es bestia

Condenado a treinta a?os de c¨¢rcel por trece casos de asalto y violaci¨®n, Edward John Louis Paisnel fue bautizado como la Bestia de Jersey por los medios de comunicaci¨®n que articularon un sostenido discurso de paranoia durante los once a?os que dur¨® su actividad criminal. El director Michael Pearce todav¨ªa no hab¨ªa nacido cuando Paisnel dio forma a su leyenda oscura entre 1960 y 1971, pero ese episodio de la cr¨®nica negra local se ha convertido en germen de su primer largometraje, que, desde la propia tipograf¨ªa del t¨ªtulo, intenta proponer un v¨ªnculo, aparentemente contra natura, entre esa historia real y la din¨¢mica de los cuentos de hadas.

En Beast, una joven problem¨¢tica, encerrada en el castillo de un orden disciplinario familiar orquestado por su madre severa, cree reconocer al pr¨ªncipe azul que la liberar¨¢ de su encierro en la figura de un joven que podr¨ªa ser, al mismo tiempo, el asesino que aterroriza la regi¨®n. Pearce imprime una visceral voluptuosidad a sus movimientos de c¨¢mara ¨Cuna c¨¢mara que parece revolcarse felizmente en el fango- cuando los cuerpos de los amantes se encuentran en el lenguaje com¨²n del goce. El modo en que se introducen precisas notas de inquietud ¨Cel primer atisbo de la fragilidad del joven, la frase de la polic¨ªa interrogadora sobre la ¡°guerra contra el mundo¡± de la protagonista- contrapesa las prescindibles ¨Cy obvias- escenas on¨ªricas en este trabajo que, compartiendo campo sem¨¢ntico con la reciente Border, no alcanza el nivel de perturbaci¨®n de la pel¨ªcula sueca.