El hombre que invent¨® a Emilio Lled¨®

¡°?l es el autor. Este hombre ha inventado a Emilio Lled¨®¡±, proclamaba en voz bien alta este martes el propio Emilio Lled¨® (Sevilla, 1927), fil¨®sofo, uno de los pensadores espa?oles contempor¨¢neos m¨¢s importantes, al t¨¦rmino la conferencia de prensa en la que se acababa de presentar en Madrid Palabras en el tiempo, de Cipriano J¨¢tiva. A ¨¦l se refer¨ªa Lled¨® y al libro que recoge en forma de diccionario su pensamiento, a base de textos escogidos del maestro, en torno a palabras ordenadas alfab¨¦ticamente, precedidas cada una por una introducci¨®n de J¨¢tiva y encabezado todo ello por una introducci¨®n que es, en realidad, ¡°una aut¨¦ntica monograf¨ªa¡±, ha dicho Lled¨® durante la presentaci¨®n.

Y tambi¨¦n ha explicado lo de verse inventado, o al menos reinventado, a trav¨¦s de los ojos de J¨¢tiva, con frases como estas: ¡°?l es el autor; yo soy aqu¨ª el sujeto paciente y feliz¡±; ¡°Yo me he descubierto, me he visto en este libro como un personaje extra?o en las manos de Cipriano, y que yo he asumido por las manos que me lo ofrec¨ªan y porque no me parec¨ªan disparatadas las cosas que ¨¦l hab¨ªa seleccionado de ese se?or que hab¨¦is llamado don Emilio¡±; ¡°Me ha descubierto a m¨ª, y lo digo sin la menor exageraci¨®n, me he descubierto a m¨ª mismo y me ha hecho reflexionar¡±; ¡°[Con esta obra] he tenido sensaciones originales en el sentido etimol¨®gico de la palabra origen, porque era yo entreverado en un libro que rezuma amistad¡±.

Amistad ha sido una de las palabras m¨¢s repetidas en la presentaci¨®n del texto, editado por la Fundaci¨®n Jos¨¦ Manuel Lara en colaboraci¨®n con el Centro de Estudios Andaluces de la Junta de Andaluc¨ªa. ¡°Quiero darle las gracias por haber sido mi maestro en el m¨¢s amplio y en el mejor sentido de la palabra, por haber por haberme dado de una manera absolutamente de generosa su amistad desde que nos conocemos¡±, ha dicho J¨¢tiva, que hace casi dos d¨¦cadas firm¨® la tesis titulada Historia y raz¨®n po¨¦tica en Mar¨ªa Zambrano, dirigida por Emilio Lled¨®. J¨¢tiva (Albacete, 1959) ha compaginado su labor como docente con la escritura de obras como La extra?eza de cerca (2001) y Anhelo de los puentes (2005).

Ahora, sobre Palabras en el tiempo, ha explicado: ¡°El otro d¨ªa le¨ª unos versos de Roberto Juarroz que creo que resume lo que he intentado: ¡®El oficio de la palabra/ mas all¨¢ de la peque?a miseria/ y la peque?a ternura de designar esto o aquello/ es un acto de amor: crear presencia¡¯. Yo he intentado crear presencia¡±. El di¨¢logo, ha a?adido, seg¨²n lo describe su maestro, se fundamenta ¡°en la escucha, en la capacidad escuchar a los dem¨¢s¡±. ¡°Creo que esa es una de las cosas que quiz¨¢ m¨¢s nos falten en nuestros tiempos; escuchar a otros es el principio. Eso est¨¢ en el pensamiento de Lled¨® y eso es lo que he intentado: que estas palabras que he elegido sirvan para escucharlo mejor, m¨¢s cercano y facilitar que lectores j¨®venes ¡ªo menos j¨®venes¡ª, vuelvan a los libros de Emilio y sigan con otros libros¡±.

Junto a amistad ¡ª¡°Solo los amigos entienden¡±, ha citado Lled¨® a Arist¨®teles¡ª, di¨¢logo ha sido la otra palabra m¨¢s repetida. ¡°Quiero decir algo que tiene que ver con el di¨¢logo y con la filosof¨ªa y que se suele olvidar: el primer bloque genial filos¨®fico de eso que se llama cultura occidental son los Di¨¢logos?de Plat¨®n¡±, el autor que ¡°invent¨® el di¨¢logo como forma de comunicaci¨®n filos¨®fica¡±, ha explicado Lled¨®. Por eso, sigue defendiendo a los cl¨¢sicos: ¡°Yo todav¨ªa me enriquezco leyendo a los cl¨¢sicos, a Plat¨®n, a Arist¨®teles y el Quijote, que lo he le¨ªdo m¨¢s de 15 veces porque cada vez aprendo m¨¢s y me dejo llevar menos por mis propias ideas y m¨¢s por ese di¨¢logo¡±.

Y para intentar facilitar ese di¨¢logo con el autor, entre muchos otros, de Memoria de la ¨¦tica, El silencio de la escritura, Elogio de la infelicidad o La memoria del logo, premio Princesa de Asturias de Comunicaci¨®n y Humanidades, aqu¨ª va este Palabras en el tiempo, abecedario filos¨®fico de Emilio Lled¨®?¡ªaunque no pueda, ojo, sustituir la lectura directa de sus textos, advierte el propio J¨¢tiva¡ª.?