Los Oscar, pura pol¨ªtica
La ceremonia de entrega de Premios de la Academia han sido un acontecimiento pol¨¦mico durante toda su historia, empezando por los a?os de la Gran Depresi¨®n. La presidencia de Trump ha a?adido gasolina
De la protesta de Marlon Brando por el trato a los indios americanos, a la de Jane Fonda por la guerra de Vietnam o la sentada por el galard¨®n honor¨ªfico a Elia Kazan ¡ªdelator durante la caza de brujas¡ª, la de la gala de los Oscar siempre ha sido una historia pol¨ªtica. La incendiaria presidencia del republicano Donald Trump solo ha envalentonado m¨¢s a un basti¨®n liberal como el Hollywood, que en los ¨²ltimos a?os tambi¨¦n se ha volcado en el reconocimiento al cine de un pa¨ªs con el que el mandatario se ceba especialmente: M¨¦xico. El desamor es mutuo: el a?o pasado, molesto con las cr¨ªticas contra sus pol¨ªticas, se mof¨® de los malos datos de audiencia de la ceremonia. "Los Oscar con menor audiencia de la HISTORIA. El problema es que ya no tenemos estrellas, excepto vuestro presidente (es broma, por supuesto)", escribi¨® en su cuenta en Twitter.
No es broma que para esa misma velada del a?o anterior, reci¨¦n llegado a la Casa Blanca, Trump trat¨® de contraprogramar la ceremonia convocando una gran fiesta en la residencia presidencial. Seis de cada 10 de sus votantes cambian de canal cuando los discursos de los galardonados se ponen en modo pol¨ªtico. El a?o pasado, en el momento en que Common y Andra Day interpretaron una de las canciones nominadas al Oscar, subieron al escenario un rosario de activistas entre los que figuraban el chef espa?ol Jos¨¦ Andr¨¦s, portando una bandera de Puerto Rico; Tarana Burke, del MeToo contra el acoso, o Patrice Cullors, del movimiento de protesta afroamericano Black Lives Matters. Todos con algo en com¨²n, la oposici¨®n a Trump.
Dice el historiador de cine Jonathan Kuntz, profesor en la UCLA, que estos no han sido, sin embargo, las ceremonias m¨¢s controvertidas ni de lejos. ¡°Quiz¨¢ algunas de las pol¨¦micas m¨¢s graves que ha habido jam¨¢s fueron las de principios de los a?os 30 [al poco de nacer la gala], durante la Gran Depresi¨®n, cuando hab¨ªa mucha gente de la industria en Hollywood, actores, directores y escritores, que quer¨ªan boicotear los premios de la Academia porque consideraban que los productores, que controlaban la academia, estaba recortando sus salarios de forma injusta¡±, explica por tel¨¦fono.
En 2016, cuando por segundo a?o consecutivo hab¨ªa un ¨²nico int¨¦rprete afroamericano nominado, tambi¨¦n hubo un llamamiento al boicoteo por parte de estrellas como Spike Lee. El trauma racial acompa?a la historia de unos premios nacidos hace casi un siglo, cuando todav¨ªa habr¨ªa negros que hab¨ªan nacido esclavos e imperaban las leyes de segregaci¨®n. La protesta no solo ha venido de la mano de los afroamericanos. La ausencia de Marlon Brando en la recogida de su Oscar a mejor actor en 1973 por El Padrino figura en el top ten de los momentos pol¨ªticos de Hollywood, al cederle el honor a una ya para siempre famosa india americana que se present¨® como Sacheen Littlefeather y denunci¨® el mal trato a los indios americanos en el cine.
Y este, el cine, tambi¨¦n conlleva una profunda carga pol¨ªtica, como los premios, seg¨²n se?alan algunos expertos, entre ellos Claudia Puig, de la asociaci¨®n de cr¨ªticos de Los Angeles. ?Ten¨ªan los premios a Coco o a La forma del Agua algo tambi¨¦n de declaraci¨®n pol¨ªtica? ¡°Algunos premios tienen algo m¨¢s que una dosis de pol¨ªtica. Coco era la mejor pel¨ªcula animada del a?o pasado, pero premiar una cinta que celebraba la cultura y las tradiciones mexicanas en un momento en el que el presidente difamaba horriblemente a los inmigrantes de dicho pa¨ªs era algo que la Academia tambi¨¦n ten¨ªa ganas de hacer¡±, explica por correo electr¨®nico. Roma, del Afonso Cuar¨®n, con una ristra de nominaci¨®n, es para Puig ¡°una obra maestra¡±. Tambi¨¦n, no obstante, significar¨¢, si gana, poner luz sobre la lucha de clases. Nada nuevo desde al menos Charles Chaplin y esas secuencias de obreros en una cadena de montaje.
Babelia
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