Enganchados a Stefan Zweig
Seis t¨ªtulos se suman al resurgimiento del autor austriaco que represent¨® como pocos la idea de una Europa culturalmente unida
En su nota de suicidio firmada en febrero de 1942, Stefan Zweig ped¨ªa disculpas, por las molestias que aquello sin duda le iba a ocasionar, a la due?a de la casa que ten¨ªa alquilada en Petr¨®polis (Brasil), ciudad a la que hab¨ªa ido a parar este escritor austriaco jud¨ªo huyendo de los nazis y de la Segunda Guerra Mundial. Ten¨ªa 60 a?os. Le encontraron junto a su esposa, que tambi¨¦n se envenen¨®, impecablemente vestido, con la corbata anudada, en una habitaci¨®n perfectamente ordenada. Sus amigos, repartidos por el mundo, empezaron a recibir sus cartas de despedida los d¨ªas, las semanas siguientes.
¡°Su suicidio explica mucho de c¨®mo era esta persona educada, minuciosa, que ten¨ªa la certeza de que nunca iba a poder volver a su casa porque hab¨ªa dejado de existir, porque todo su mundo hab¨ªa dejado de existir¡±, explica el escritor y periodista Jes¨²s Marchamalo sobre aquel hombre que hab¨ªa llegado a ser extraordinariamente popular, que hab¨ªa vendido cientos de miles de libros y llenado auditorios gigantescos para escucharle hablar de literatura, que hab¨ªa sido amigo de toda la intelectualidad de la ¨¦poca ¡ªFreud, Mann, Rilke, Roth, Rolland, Gorki...¡ª y cuya vida es, en s¨ª misma, la historia de Europa, desde la tranquilidad de un mundo que parec¨ªa inamovible a finales del siglo XIX hasta su quiebra total e irreversible en los a?os treinta y cuarenta del XX.
Una vida que Marchamalo acaba de plasmar, junto a las ilustraciones de Antonio Santos, en Stefan Zweig, la tinta violeta. El libro empieza: ¡°Escrib¨ªa con una letra pulcra, redonda y firme. Una caligraf¨ªa cuidada, en folio y cuartillas de papel grueso¡¡±. Reci¨¦n publicado por N¨®rdica, esta peque?a biograf¨ªa ilustrada forma parte del aluvi¨®n de t¨ªtulos que del autor y en torno a ¨¦l se est¨¢ produciendo en Espa?a; han sido cerca de 40 entre 2014 y 2018, a los que se est¨¢n sumando otra media docena m¨¢s en este primer semestre de 2019.
Aparte del de N¨®rdica, Acantilado aporta dos vol¨²menes m¨¢s a esa lista: la biograf¨ªa Americo Vespucio (ya en las librer¨ªas) y, el pr¨®ximo mayo, Encuentros con libros, una recopilaci¨®n de sus textos sobre literatura. Con ellos, ya son 38 las obras del autor austriaco que ha publicado en formato f¨ªsico esta editorial que ha tenido mucho que ver en el renacer en Espa?a de una figura, durante muchas d¨¦cadas, olvidada.
Mark Gelber, profesor jubilado de la Universidad de Ben-Guri¨®n del N¨¦guev, en Israel, y uno de los principales especialistas en Zweig, apunta que ese olvido fue muy acusado, pero tambi¨¦n que el resurgimiento est¨¢ ocurriendo en todo el mundo, especialmente en el ¡°¨¢mbito anglosaj¨®n y la Europa central¡±, impulsado por ¡°nuevas ediciones, nuevos estudios, nuevas biograf¨ªas, pel¨ªculas¡¡±, a?ade en referencia, entre otros, al filme de 2017 de Mar¨ªa Schrader Stefan Zweig, adi¨®s a Europa. Y lo cierto es que hay mucho que rescatar, pues la suya es una obra gigantesca que super¨® en vida los 75 vol¨²menes entre poemarios, obras de teatro, novelas, cuentos, biograf¨ªas, ensayos y hasta el libreto de una ¨®pera que, junto a otros escritos, han dado lugar despu¨¦s de su muerte a un buen pu?ado m¨¢s.?
Que los derechos de autor de las obras de Zweig hayan pasado al dominio p¨²blico en Europa (esto ocurre transcurridos 70 a?os de la muerte del creador) ayuda a ese resurgir. Y, aunque en Espa?a ese plazo de caducidad es de 10 a?os m¨¢s y no quedar¨¢n liberados hasta 2023, la cercan¨ªa hace que ¡°adquirir derechos sea mucho m¨¢s sencillo y econ¨®mico¡±, admite Rub¨¦n Hern¨¢ndez, editor de Errata Naturae. En todo caso, explica su apuesta de La revoluci¨®n interior ¡ªque, junto a las biograf¨ªas Balzac (Paid¨®s) y Magallanes (Capit¨¢n Swing), completa la lista de nuevos libros del austriaco en este primer semestre¡ª de la siguiente manera: ¡°Nos interes¨® mucho la lucidez espeluznante de Zweig, un hombre que estaba viviendo en esa ¨¦poca no solo el horror del exilio y la persecuci¨®n por parte de los nazis, sino el derrumbe del mundo tal como ¨¦l lo conoci¨® y lo am¨®, a manos del totalitarismo¡±. La revoluci¨®n interior recupera una selecci¨®n que Zweig hizo de textos poco conocidos de Le¨®n Tolst¨®i, con ensayos y ficci¨®n, incluido un cuento in¨¦dito hasta ahora en castellano del cl¨¢sico ruso titulado Nicol¨¢s Varapalo. ¡°La propuesta de lucha frontal de Tolst¨®i contra todos los excesos del Estado frente al individuo y su libertad ¨²ltima inalienable, si bien para Zweig no dejaba de ser una propuesta ut¨®pica, implicaba una defensa fundamental de todo humanismo aut¨¦ntico¡±, a?ade el editor.
Gran admirador de Tolst¨®i, Zweig fue invitado en 1928 a la Uni¨®n Sovi¨¦tica para la celebraci¨®n del centenario del escritor ruso y all¨ª logr¨® llenar un auditorio de Mosc¨² de 4.000 personas ¡°que pagaron para escuchar una conferencia suya¡±, se?ala Marchamalo. Fue, probablemente, el punto ¨¢lgido de su carrera: inmensamente popular, sus libros se hab¨ªan traducido a 50 idiomas y se vend¨ªan a centenares de miles;?viajero empedernido ¡ªhab¨ªa recorrido la India y visitado Norteam¨¦rica-, se mov¨ªa por Europa como si fuera el sal¨®n de su casa.?
Pero tambi¨¦n fue aquella la v¨ªspera del inicio del fin. Jud¨ªo y antibelicista militante ¡ªparticip¨® en la Primera Guerra Mundial como cronista propagandista¡ª, el ascenso del nazismo al poder signific¨® la inclusi¨®n en la lista de libros prohibidos de 15 de sus obras; algunas fueron quemadas en las calles. ¡°Zweig se consagr¨® a ¡®la idea europea¡¯, es decir, a una Europa culturalmente unida, y sus escritos se caracterizan por el pensamiento global y la b¨²squeda de la paz mundial¡±, explica el profesor Gelber. El d¨ªa de febrero de 1934 que la polic¨ªa registr¨® su casa de Salzburgo, con la excusa de buscar armas, comprendi¨® definitivamente que su fama no le iba a proteger.
Comenz¨® entonces un angustioso peregrinar ¡ªLondres, Par¨ªs, Nueva York, Buenos Aires¡¡ª junto a Lotte Altmann ¡ªque se convertir¨ªa en su segunda esposa¡ª mientras ve¨ªa c¨®mo se iba quedando solo ¡ªJoseph Roth muri¨® en Par¨ªs en mayo de 1939; Sigmund Freud, en Londres pocos meses despu¨¦s¡ª y c¨®mo el fascismo iba sumiendo Europa en el horror. Ese es el paisaje desolador en medio del cual lleg¨® a Brasil en el verano de 1941. Apenas seis meses despu¨¦s, ¨¦l y Altmann se suicidaron tomando una buena cantidad de un somn¨ªfero llamado Veronal.
Ah¨ª termina Stefan Zweig, la tinta violeta, con las cartas de despedida enviadas a sus amigos ¡ª¡°Ojal¨¢ puedan ver el amanecer despu¨¦s de esta larga noche. Yo, demasiado impaciente, me voy de aqu¨ª antes que ellos¡±, escribi¨®¡ª y con el sobre que dej¨® en la mesilla con un reloj, unos gemelos, un anillo y un alfiler de corbata que legaba a un sobrino de su primera esposa. ¡°Mi aspiraci¨®n cuando escribo estas biograf¨ªas es que cuando alguien las termine tenga ganas de leer la obra del autor¡±, confiesa Marchamalo. Para empezar con Zweig, recomienda su autobiograf¨ªa, Un mundo de ayer. Gelber, por su parte, se?ala como un encuentro ¨®ptimo Novela de ajedrez.
Babelia
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