Las mujeres piden paso en la ¨®pera del siglo XXI
El Teatro Real, el Espa?ol y el Lliure coproducen 'Je suis narcissiste', una obra compuesta y dirigida mayoritariamente por creadoras
Este mi¨¦rcoles se estren¨® en el Teatro Espa?ol de Madrid la ¨®pera Je suis narcissiste, concebida por la compositora Raquel Garc¨ªa-Tom¨¢s, la libretista Helena Tornero y la directora de escena Marta Pazos. Solo un hombre aparece en la cabecera del equipo art¨ªstico, Vinicius Kattah, al frente de la orquesta. El porcentaje, inusual en el mundo de la l¨ªrica, no parece mera casualidad: una nueva generaci¨®n de creadoras est¨¢ pidiendo paso en un g¨¦nero que avanza m¨¢s lento en la incorporaci¨®n de firmas femeninas que otras disciplinas esc¨¦nicas como el teatro o la danza.
Desde la reinauguraci¨®n del Teatro Real en 1997, revisando ¨²nicamente las grandes producciones, el gran coliseo madrile?o solo ha programado cuatro obras compuestas por mujeres (Pilar Jurado en 2011, Raquel Garc¨ªa-Tom¨¢s en 2017, Elena Mendoza en 2017 y Kaija Saariaho en 2018), mientras que el porcentaje de firmas femeninas en la direcci¨®n de escena ha sido m¨ªnimo con respecto al de hombres (ocho en total, la primera N¨²ria Espert en 2004, a la que se han sumado en las ¨²ltimas temporadas otros grandes nombres como Irina Brook o Deborah Warner) e ¨ªnfimo en la direcci¨®n musical (solo Eun Sun Kim en 2010).
En el Liceu de Barcelona, el otro gran templo del g¨¦nero en Espa?a, no se ha programado ninguna pieza de ninguna compositora desde el estreno en 1974 de Vinatea, de la valenciana Matilde Salvador. S¨ª se ha notado un incremento paulatino de directoras de escena (14 desde la reapertura en 1999, tres de ellas esta temporada: Carme Portaceli, Annilese Miskimmon y Lotte de Beer) y, m¨¢s lentamente, de directoras musicales (cuatro en el mismo periodo).
Varios factores explican este lento avance de la mujer en la l¨ªrica. ¡°El mundo de la ¨®pera es muy conservador. Cuesta introducir nuevas obras en el repertorio tradicional: Mozart, Wagner, Verdi, Bizet, Puccini... Es decir, el problema no es que el compositor sea hombre o mujer, sino que sea contempor¨¢neo¡±, apunta Joan Matabosch, director del Teatro Real. ¡°Las instituciones sabemos que tenemos que dar pasos para que esto cambie, en ello estamos, pero tambi¨¦n somos conscientes de que esto no se invierte de un d¨ªa para otro¡±, a?ade. No obstante, es optimista: ¡°La nueva generaci¨®n viene cargada de mujeres talentosas y esto se ver¨¢ reflejado muy pronto en las programaciones¡±.
Raquel Garc¨ªa-Tom¨¢s, autora de Je suis narcissiste, una coproducci¨®n del Teatro Espa?ol, el Real y el Lliure de Barcelona, forma parte de esa nueva generaci¨®n que pide paso. ¡°Cuando yo estudiaba en el conservatorio hace diez a?os era la ¨²nica chica en el departamento de composici¨®n. Ahora que doy clase, tengo un 25% de alumnas¡±, subraya. Y coincide con Matabosch en que el hecho de ser joven (naci¨® en Barcelona en 1984) es un obst¨¢culo mayor para estrenar que el de ser mujer. ¡°Ninguna de las dos cosas encaja en los c¨¢nones de la ¨®pera. Pero precisamente por eso es importante que se nos haga hueco: podemos aportar nuevos ¨¢ngulos, permitirnos ser m¨¢s irreverentes, conectar con nuevos p¨²blicos¡±, a?ade Garc¨ªa-Tom¨¢s.
Con esa misma actitud de renovaci¨®n afronta Marta Pazos su debut en la ¨®pera como directora de escena de Je suis narcissiste. Fundadora de Voadora, una de las compa?¨ªas m¨¢s singulares de la vanguardia teatral espa?ola, se acerca al g¨¦nero con respeto pero sin temor. ¡°La ¨®pera es el espect¨¢culo total, todo se hace a lo grande, con unos c¨®digos muy rigurosos. Quiz¨¢ por eso a las mujeres nos est¨¢ costando m¨¢s entrar. Mi receta es abordarlos con naturalidad, sin sacralizarlos¡±, afirma. Pazos prepara para oto?o otra ¨®pera, La amnesia de Clio, basada en la biograf¨ªa de la ic¨®nica estrella porno y pol¨ªtica italiana Cicciolina, que contar¨¢ con la participaci¨®n de la propia actriz.
El peso de la historia es evidente, pero tambi¨¦n la inercia social. Carme Portaceli, actual responsable del Teatro Espa?ol de Madrid y una de las tres directoras de escena programadas este a?o en el Liceu (L¡¯enigma di Lea, estrenada en febrero), lo explica as¨ª: ¡°La ¨®pera vale mucho dinero y parece que cuando se manejan presupuestos tan grandes no se piensa de entrada en mujeres para gestionarlos. Los hombres est¨¢n acostumbrados a ocupar mucho espacio y eso nos quita visibilidad. Queda mucho por hacer¡±.
Puede que el nombramiento en 2014 de una mujer en la direcci¨®n art¨ªstica del Liceu, Christina Scheppelmann, cuyo mandato concluye este a?o, haya influido en el aumento de mujeres en las ¨²ltimas temporadas de esta instituci¨®n. ¡°No creo que sea eso tanto como que hay cada vez m¨¢s mujeres preparadas. Mi criterio es siempre el de la calidad, no el hecho de que un artista sea hombre o mujer. Espa?a va con un poco de retraso en este sentido, en EE UU hay m¨¢s profesionales y eso se refleja en las programaciones. Pero es que all¨ª hace mucho que empezaron a trabajar desde abajo para que esto ocurriera. Los compositores no nacen de la nada, tienen que probarse en espacios y producciones peque?as antes de saltar a los grandes presupuestos. Eso lo estamos haciendo ahora en Barcelona con el ciclo Off Liceu¡±, se?ala.
La directora del Liceu, que tiene una larga experiencia en grandes instituciones tanto en Europa como en EE UU, cree que la apertura en la ¨®pera es enriquecedora. "Hay que tener en cuenta que el repertorio tradicional es bastante machista. Es interesante que una mujer del siglo XXI ofrezca una relectura de esas historias". Scheppelmann, por su parte, asegura que no se ha encontrado con grandes obst¨¢culos en el ejercicio de su cargo por el hecho de ser mujer, pero s¨ª algunas actitudes condescendientes muy molestas: ¡°?A veces te tratan como si fueras menor de edad aunque seas la directora!¡±.
Irreverencia y humor
Je suis narcissiste es, como su t¨ªtulo anuncia, es una obra sobre el narcisismo. Su protagonista es una organizadora de eventos culturales a la que le van sucediendo todo tipo de infortunios que ponen de relieve su personalidad eg¨®latra. Tanto la m¨²sica como el libreto y la puesta en escena est¨¢n cargadas de humor negro y la irreverencia justa para merecer el calificativo de ¨®pera bufa. "Tiene un punto de locura, mucho color, referencias cinematogr¨¢ficas, los programas radiof¨®nicos de los a?os 1950, a las pel¨ªculas de Doris Day y las cintas de animaci¨®n de Tom y Jerry", explica la directora de escena, Marta Pazos.
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