Ray Loriga: ¡°El infierno no son los otros. Soy yo¡±
El escritor publica una novela sobre la culpa despu¨¦s de ganar el Premio Alfaguara hace dos a?os
Hace veinticinco a?os Ray Loriga (Madrid, 1967) a¨²n no hab¨ªa cumplido los treinta y su imagen de joven escritor rebelde arrasaba en la prensa. El ¨¦xito de sus primeras novelas en los noventa le llev¨® a una larga gira de promoci¨®n por Latinoam¨¦rica que recuerda ¡°emocionante, divertida y algo acelerada¡±. Su brillo medi¨¢tico mengu¨® con el nuevo siglo, pero en 2017 gan¨® el Premio Alfaguara con Rendici¨®n y el pasado volvi¨®: entrevistas, actos sociales y otra gira de M¨¦xico a la Patagonia tan intensa como aquella. ¡°Es lo mismo pero diferente. Antes me enredaba en todos los l¨ªos, todas las fiestas. Ahora lo he vivido con m¨¢s tranquilidad y me he enterado m¨¢s. Tambi¨¦n lo he valorado m¨¢s: uno puede ser autor de un hit y ya est¨¢, por suerte no me ha pasado eso¡±, dice.
Esa tranquilidad que le ha dado la edad le ha permitido mantener la cabeza despejada durante la gira para escribir una nueva novela, S¨¢bado, domingo, que parece tener relaci¨®n con su propio momento vital: su protagonista revive tambi¨¦n un episodio sucedido hace veinticinco a?os. ?Es inevitable a los cincuenta echar la vista atr¨¢s? ¡°Me pasaron muchas cosas demasiado joven y no tuve tiempo de asimilarlas. Siempre tuve la sensaci¨®n de que lo iba a analizar despu¨¦s, en parte porque el oficio de escribir te obliga a estar siempre revis¨¢ndote a ti mismo¡±, responde. Pero aclara: ¡°Voy hacia mi atr¨¢s, pero no hacia mis circunstancias. Mi personaje habita en un tiempo pasado que es el m¨ªo, incluso vive situaciones o conoce personas parecidas a las que yo conoc¨ª, pero no es un libro de autoficci¨®n¡±.
Mi personaje habita en un tiempo pasado que es el m¨ªo, incluso vive situaciones o conoce personas parecidas a las que yo conoc¨ª, pero no es un libro de autoficci¨®n
S¨¢bado, domingo (Alfaguara) es en esencia un libro sobre c¨®mo el pasado, cuando no se cierra bien, siempre acaba volviendo. ¡°Todo el mundo tiene un recuerdo oscuro, una medusa tenebrosa que, en perfecta simetr¨ªa, mancha el futuro de su existencia¡±, reflexiona su protagonista. Se estructura en dos tiempos: en el primero, a finales de los ochenta, el personaje es un adolescente que vive una situaci¨®n inc¨®moda con una mujer de la que solo sabe salir huyendo; en el segundo, veinticinco a?os despu¨¦s, se ve obligado a revivir aquella situaci¨®n y examinar su comportamiento. Despu¨¦s del s¨¢bado, siempre llega el domingo.
¡°Esta es una novela sobre la culpa. Una historia en la que el juez, el testigo, el fiscal, el detective, el abogado, el culpable y la v¨ªctima son la misma persona¡±, resume el escritor. El Loriga existencialista, ese que se ha manifestado en casi todas las novelas, se revela ahora m¨¢s sofisticado: ¡°El infierno no son los otros. El infierno soy yo¡±.
Otro hilo sutil recorre subterr¨¢neamente este libro. Tiene que ver con las relaciones hombre-mujer y unos patrones de comportamiento en los que es dif¨ªcil no caer si se vive en una sociedad patriarcal. ?Le ha inspirado la nueva ola feminista que vivimos? ¡°En absoluto. Esta novela la ten¨ªa pensada desde hace mucho y la he rematado ahora porque en medio de la promoci¨®n de la anterior me resultaba m¨¢s f¨¢cil agarrarme a algo que ten¨ªa medio hecho que empezar algo nuevo. Me vino bien porque as¨ª por las noches ten¨ªa algo a lo que agarrarme: uno no se siente escritor mientras habla de escritura, se siente escritor cuando escribe. Cuando hablas y hablas pero no escribes, te sientes un impostor. Te consumes¡±, asegura Loriga.
Cuando hablas y hablas pero no escribes, te sientes un impostor. Te consumes
En todo caso, el escritor no se siente ajeno a la ola feminista. ¡°Es algo que ten¨ªa que estallar en alg¨²n momento", contin¨²a. "Es una cuesti¨®n de presi¨®n-descompresi¨®n. Bienvenida sea la ola. Eso s¨ª: me molesta que se olviden luchas y logros del pasado, como si esto fuera algo que naciera ahora. Mi abuela se enfad¨® mucho cuando Mary Quant se atribuy¨® la creaci¨®n de la minifalda, cuando ella ya llevaba faldas cortas en los a?os veinte¡±.
?Le ha condicionado el ¨¦xito de su anterior novela a la hora de escribir esta? ?Ha sentido de nuevo el v¨¦rtigo de la fama? Loriga parece ya inmune: ¡°Es cierto que la validaci¨®n que te das a ti mismo cuando est¨¢s solo, de noche en la cama, depende mucho de lo que piensen los dem¨¢s. Y todo lo que oyes sobre ti te hace dudar mucho de ti mismo. Por suerte, cuando me pongo a escribir, he aprendido a cerrarme como una tortuga¡±.?
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