El karma y la calma
La pel¨ªcula de Gabriel Vel¨¢zquez no puede estar m¨¢s enraizada en una tierra y una memoria concretas, pero lo que cuenta es tan universal
En enero de 1928 la escritora y folclorista afroamericana Zora Neale Hurston film¨® a Cudjo Lewis en el porche de su hogar en Alabama. Era el ¨²nico superviviente del ¨²ltimo barco de esclavos que desembarc¨® en costas estadounidenses y su imagen no fue inmortalizada para proyectarse en ninguna sala de cine: formaba parte del trabajo de campo de la autora en el curso de sus investigaciones antropol¨®gicas para la universidad de Columbia. Esos fragmentos en bruto encarnan una de las m¨¢s relevantes potencialidades del cine: levantar acta de lo que se halla al borde de la desaparici¨®n.
ZANIKI
Direcci¨®n: Gabriel Vel¨¢zquez.
Int¨¦rpretes: Eusebio Mayalde, Beltr¨¢n Mayalde, Pilar Mayalde, Arturo Mayalde.
G¨¦nero: docuficci¨®n. Espa?a, 2018.
Duraci¨®n: 76 minutos.
Gabriel Vel¨¢zquez, que en su anterior trabajo ¨CAn¨¢lisis de sangre azul (2016), codirigido junto a Blanca Torres- propuso un estimulante juego metaling¨¹¨ªstico en torno a unas supuestas filmaciones encontradas en los Pirineos de car¨¢cter m¨¦dico y antropol¨®gico, ahonda en Zaniki en la alianza entre cine y memoria, a trav¨¦s de una cristalina fusi¨®n de documental y ficci¨®n que se va transformando, progresivamente, en una suerte de w¨¦stern espiritual. Su material humano de partida es el Grupo Mayalde, formaci¨®n familiar consagrada a la preservaci¨®n del folclore y la memoria etnomusical salmantina, pero su relato se focaliza en el ritual inici¨¢tico de transmisi¨®n de esos saberes ancestrales del abuelo, Eusebio Mayalde, al nieto, Beltr¨¢n, apodado Zaniki.
La pel¨ªcula de Vel¨¢zquez no puede estar m¨¢s enraizada en una tierra y una memoria concretas, pero lo que cuenta es tan universal que, en el fondo, servir¨ªa para una historia ambientada en el Polo Norte o la estepa mongola. La inminencia de un final propicia un ritual de relevo que da pie a remansos reflexivos con un punto zumb¨®n ¨Cla conversaci¨®n sobre el karma y la calma-, momentos de lacerante, impecable econom¨ªa narrativa ¨Cla quema del informe m¨¦dico- y valiosos detalles cargados de conmovedores ecos, libres de falso sentimentalismo ¨Cese beso que adensa su significado en la mejilla de la abuela-. Zaniki hermana testimonio y relato, reduplicando en el espectador lo que sucede en la pantalla: la transmisi¨®n de una cultura en peligro de extinci¨®n, que sobrevivi¨® hasta el presente en los fr¨¢giles canales de la oralidad popular.
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