Las tablas flamencas que los jesuitas subastan y Cultura permiti¨® exportar por error
Una empresa compr¨® las pinturas por 43.000 euros y se las tasaron en Londres por 750.000. Un juzgado decidir¨¢ si anula la operaci¨®n
Hace cuatro a?os los?jesuitas de Toledo decidieron poner a la venta varias obras de arte. Tras casi cinco siglos en la ciudad, la Compa?¨ªa de Jes¨²s perdi¨® todas sus vocaciones y en 2012 cerr¨® la casa que a¨²n manten¨ªa, donde se alojaban los ¨²ltimos tres sacerdotes. Tambi¨¦n decidi¨® sacar a subasta sus bienes art¨ªsticos, pese a que el art¨ªculo 28 de la Ley de Patrimonio Hist¨®rico proh¨ªbe a la Iglesia hacerlo. Las obras, una Magdalena penitente del taller del?Greco (siglo XVII) y dos puertas de un tr¨ªptico del Maestro Johannes (de 1510), fueron retiradas del Museo de la Santa Cruz (Toledo), donde permanec¨ªan en dep¨®sito desde 1964, y entregadas, en agosto de 2015, a la casa de subastas Segre (Madrid). En octubre, los jesuitas y Segre decidieron sacarlas al mejor postor.?
Por la Magdalena la empresa italiana Milani Anticipa pag¨® 6.631 euros y la traslad¨® a Roma. Un a?o despu¨¦s fue vendida en Christie¡¯s Londres por 6.588 euros. Las puertas del tr¨ªptico (con la Visitaci¨®n de la Virgen, san Andr¨¦s y Santiago, pertenecientes a la escuela flamenca) fueron adjudicadas en la misma jornada a Casacuberta Marsans, que abon¨® 43.405 euros. Su finalidad era la venta en el extranjero, para lo que contaban con el permiso de exportaci¨®n de Cultura.
Las tablas se enviaron al Museo de Groninger (Pa¨ªses Bajos), donde verificaron la autor¨ªa, y a continuaci¨®n se depositaron en Sotheby¡¯s Londres para tasarlas. El precio podr¨ªa multiplicarse hasta los 750.000 euros, seg¨²n alegan los nuevos due?os en un documento judicial al que ha tenido acceso este diario.
Jaime Badiola, administrador de la Provincia de Espa?a de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, asegura que actuaron as¨ª ¡°por ignorancia de la limitaci¨®n legal de poder venderlo a toda entidad que no sea la Administraci¨®n p¨²blica u otra entidad eclesial¡±. Y a?ade: ¡°En un sondeo r¨¢pido que hice con unas pocas personas, no se ve¨ªa con claridad que nadie en nuestras iglesias u obras apost¨®licas estuviera interesado en tenerlas¡±. Badiola apunta que no vio por ning¨²n lado, ni por el compa?ero jesuita ¡°entendido en arte¡± que le recomend¨® la casa de subastas, ni por Segre, ¡°indicios de que eso no se pudiese hacer¡±.
La?Ley de Patrimonio deja claro que los bienes pertenecientes al patrimonio hist¨®rico espa?ol con m¨¢s de un siglo de antig¨¹edad solo pueden salir del territorio con una autorizaci¨®n que concede la Junta de Calificaci¨®n, Valoraci¨®n y Exportaci¨®n del Ministerio de Cultura. Este organismo concedi¨® el permiso a las tablas. Pero un a?o despu¨¦s, consciente del error, lo revoc¨®. Los expertos de la Junta descubrieron el fallo en 2016 cuando un investigador particular denunci¨® el caso. No encontraba en el museo las piezas y escribi¨® a la Junta para alertar de su ausencia. Desde el ministerio dicen que el asunto est¨¢ sub iudice y que no pueden aclarar por qu¨¦ concedieron el permiso.
En junio de 2018 la Junta mand¨® a la Fiscal¨ªa de Madrid de Medio Ambiente un expediente en el que denunciaba la venta de dos ¡°cuadros antiguos de valor hist¨®rico¡± y su salida del territorio nacional, vulnerando la normativa del patrimonio. Las obras fueron reclamadas y devueltas. En este momento descansan en el Museo de la Santa Cruz. La Fiscal¨ªa interpuso una querella contra M. M. S., la directora de Segre; E. P. T., su especialista en pintura antigua, y la propia empresa por ¡°delito continuado de contrabando de bienes culturales¡±.
El caso ha desembocado en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 43, cuyo magistrado debe decidir si lo archiva, si declara la venta como nula y tambi¨¦n si acepta la denuncia de Casacuberta Marsans por lucro cesante (es decir, por el dinero que pudieron haber ganado con la revalorizaci¨®n de las tablas). Seg¨²n el fiscal, tanto Segre como los jesuitas sab¨ªan que el destino final de estas obras estaba lejos de las fronteras espa?olas. Por eso cumplieron con los tr¨¢mites y pidieron la licencia de exportaci¨®n. En el escrito tambi¨¦n se apunta que hubo intenci¨®n de burlar las restricciones. ¡°El mismo d¨ªa de la venta¡± Segre declar¨® ante el Ministerio que el destino era el Reino Unido, pero, seg¨²n el fiscal, ocult¨® ¡°la verdadera titularidad de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, a la cual no se le comunic¨® la solicitud de exportaci¨®n¡±. Como titular figuraba la casa de subastas. Esta ¡°ocultaci¨®n¡± permiti¨® que la Junta de Calificaci¨®n concediera la autorizaci¨®n un mes despu¨¦s. Una resoluci¨®n que el fiscal considera ¡°nula¡±.
Desde Segre aclaran que hacer constar la titularidad a nombre de la casa de subastas es el tr¨¢mite habitual. Y se?alan que las piezas no estaban catalogadas ni inventariadas por la Iglesia. El mayor problema al que se enfrenta el patrimonio eclesi¨¢stico es la inexistencia del cat¨¢logo de bienes en su poder: ¡°No consider¨¢bamos que estuviera pendiente de inventario. Si se declara la venta nula, no tenemos problema en devolver nuestra parte¡±. Para argumentar su interpretaci¨®n de que las tablas no eran un bien hist¨®rico de la Iglesia, explican que fueron donadas por el Marqu¨¦s de Salamanca ¡ªapasionado coleccionista de mitad del siglo XIX¡ª y por eso las sacaron a la venta.
Babelia
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