El mineral que dio luz al Imperio romano
Miguel ?ngel Blanco explora los componentes m¨ªsticos del 'lapis specularis' en una exposici¨®n temporal en el Museo Arqueol¨®gico Nacional
Es muy poco habitual que sea un material el que protagonice una exposici¨®n: este papel suele estar reservado para artistas, personajes o acontecimientos hist¨®ricos, culturas, costumbres, libros, edificios o incluso conceptos¡ pero no para un mineral, como ocurre en Lapis specularis. La luz bajo la tierra.
La muestra que se inaugur¨® ayer mi¨¦rcoles en el Museo Arqueol¨®gico Nacional (MAN) entremezcla el espejuelo, este yeso cristalizado, con las colecciones romanas del centro. Miguel ?ngel Blanco (MAB) ¡ªel artista que ya expuso un gorri¨®n junto a Las meninas en el Prado o un ejemplar de azurita junto a El paso de la laguna Estigia, de Patinir y llev¨® al lejano Oeste al Thyssen de Madrid¡ª sit¨²a ahora un tondo de lapis specularis entre las esculturas de Livia, la m¨¢s imponente dama del Arqueol¨®gico, con permiso de la de Elche, y la de su hijo Tiberio (ambas de entre los a?os 14 y 19). Como un ¨®culo que refleja y expande la claridad y ¡°nos env¨ªa la luz subterr¨¢nea de su imperio¡±, explica el artista.
En ese espacio que es el patio romano, evocador de un foro de cualquier ciudad del imperio, entre esculturas de emperadores y sus familiares el mineral recuerda dos facetas de Roma: por un lado, su riqueza, su econom¨ªa; ciudades como Seg¨®briga (Cuenca) surgieron en torno a las minas de este material que por su caracter¨ªstica traslucidez sirvi¨® para cerramientos y ventanas, para controlar la temperatura en los interiores de viviendas. Proporcion¨® luz a los edificios del imperio. Ya Plinio el Viejo (siglo I) da buena cuenta de la riqueza y de las caracter¨ªsticas de las grutas y de este material en su Historia natural. De las minas de esta zona sur de la Pen¨ªnsula, part¨ªa el material hacia el puerto de Cartagonova (actual Cartagena, Murcia) y de ah¨ª a todas las provincias del imperio. Se ha encontrado lapis specularis hispano en yacimientos del otro extremo del Mediterr¨¢neo. El que ha usado MAB procede de la mina de Arboleas en Almer¨ªa.
Por otro lado, est¨¢ la parte m¨ªstica, natural y m¨¢gica, inherente a la obra de Blanco y al lapis specularis, de este yeso selenita, cuyo nombre irremediablemente lo vincula a la Luna (Selene es el nombre griego que recib¨ªa la diosa lunar). Y como una deidad m¨¢s, MAB instala un bloque de lapis entre el m¨¢rmol de Livia caracterizada como diosa Fortuna y el bronce de Mineva, como uno m¨¢s en el ara de los dioses, que se mimetiza, incluso ¡°parece el resto de una escultura¡±, hace notar el artista, que explica que ha espolvoreado fragmentos de espejuelo entre los emperadores al igual que hac¨ªan durante en el imperio, por ejemplo en el circo, en los grandes actos para darles esplendor y luminosidad. La ocasi¨®n lo merece: es la primera vez que en el MAN las piezas de una muestra temporal interact¨²an con las de la exposici¨®n permanente. Carmen Marcos, subdirectora del museo, se?ala que no se ha movido ninguna pieza. Parece que el lapis specularis siempre estuvo all¨ª con lo positivo y negativo que puede tener esto para los visitantes despistados.
No pod¨ªan faltar los libros-caja, el gran proyecto art¨ªstico-vital de MAB, de los 1.191 que hasta ahora componen su Biblioteca del bosque, 23 est¨¢n dedicados al lapis y todos ellos se exhiben en la muestra. Aunque para el artista su trabajo con este mineral ha finalizado, cuando el 23 de junio la muestra acabe en el Arqueol¨®gico, se expondr¨¢ en el Museo Nacional de Arte Romano, en M¨¦rida y despu¨¦s en los Institutos Cervantes de Palermo, N¨¢poles y culminar¨¢ en Roma en el templete de San Pietro in Montorio, donde MAB tiene previsto como colof¨®n del proyecto que un foco de luz desde el suelo atraviese restos de lapis specularis. Y aunque este es el culmen perfecto, reconoce que hay sinergias que ha encontrado en el MAN que tambi¨¦n son ¨²nicas. Como la de exponer en un museo que muestra la estela funeraria de un ni?o minero de cuatro a?os, Quartulus, del siglo I, representado con su pico y su cesta para recoger el material. El tama?o de los ni?os les permit¨ªa meterse en los recovecos m¨¢s dif¨ªciles de las grutas. U otra coincidencia en la que entran en juego los astros, estos los pone Urania, musa de la astronom¨ªa, cuya escultura del siglo I, encontrada en Churriana (M¨¢laga), contempla desde una sala contigua el libro-caja 1174 que contiene espejuelo (se dec¨ªa que convert¨ªa en fruct¨ªferos ¨¢rboles est¨¦riles) y cortezas de un ¨¢rbol tronchado por el viento en el jard¨ªn hist¨®rico de la Hacienda de San Javier de la misma localidad malague?a.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.