Giuseppe Scaraffia: ¡°El cine llev¨® a la Costa Azul a los ricos y a los turistas¡±
El escritor italiano convierte la Costa Azul, el espacio por el que transitaron numerosos egos literarios, en el verdadero protagonista de su ¨²ltimo libro
El verano, el calor o el mar no parec¨ªan el mejor contexto para la concentraci¨®n y el trabajo intelectual de aquel grupo de escritores. Pero a veces suceden peque?os milagros que transforman algunos lugares en espacios de efervescencia creativa. Sucedi¨® en la Costa Azul en el periodo de entreguerras. Un lugar por el que ya hab¨ªan pasado Casanova o el Marqu¨¦s de Sade sin dejar apenas un testimonio escrito de aquella experiencia, pero que se transform¨® con la llegada de los primeros ingleses y de una familia de mecenas muy particular. Thomas Mann, Jean Cocteau, Nietzsche, Stefan Zweig, Fitzgerald¡, todos encontraron entre los pinos y el mar Mediterr¨¢neo el espacio perfecto para que explotasen algunas de sus mejores obras. Giuseppe Scaraffia (Tur¨ªn, 1950), escritor y fil¨®sofo, profesor de literatura francesa en La Sapienza, entendi¨® que hac¨ªa falta contarlo y convertir el propio espacio por el que transitaron todos aquellos egos en el verdadero protagonista. Es lo que ha hecho en La novela de la Costa Azul (Perif¨¦rica).
Pregunta. ?Los 36 sitios, y no la cronolog¨ªa o los personajes, marcan la historia.
Respuesta. Pens¨¦ que daba una percepci¨®n distinta de los autores. Uno era joven en Ment¨®n, viejo en Marsella... Un arco de la vida humana. Adem¨¢s, nos permite ver a Simenon solo en una casita de Cagnes primero, y m¨¢s tarde en la villa lujosa con la mujer, a quien recompensaba cada infidelidad cono un bolso de Herm¨¦s. Es el mismo hombre, pero no lo es. Somos distintos en cada lugar donde estamos. Y en este periodo el espacio era muy importante: transformaba.
P. ?C¨®mo les transformaba a ellos?
R. Es como si el sol disolviese a esas personas. Incluso a Thomas Mann, imperturbable, que siempre llegaba con traje negro de gala, pero que poco a poco se fue dejando llevar. Digamos que la Costa Azul es un territorio de nadie en el que todos pod¨ªan hacer lo que quer¨ªan.
P. ?Qu¨¦ buscaban?
R. Todos ven¨ªan de la gran tragedia de la Guerra Mundial, a lo que se sumaba una plaga de fiebre que hab¨ªa propagado la idea de que la vida era un bien precario que deb¨ªa disfrutarse al m¨¢ximo: beber desmesuradamente, hacer el amor, perder el tiempo. Fue un cambio generacional muy fuerte. Un mundo, como explicaba Marx, liquidado m¨¢s tarde por la crisis econ¨®mica. Despu¨¦s de la crisis del 29, se vendieron 350 villas de americanos.
P. ?Qui¨¦nes fueron los primeros en llegar?
R. Los Murphy, esa pareja fant¨¢stica, herederos de una gran fortuna. ?l era un dandy muy atento con los amigos. Pintaba unos cuadros que anticiparon el pop art. Ella era una mujer muy bella que no se preocupaba de su aspecto. Hay un cuadro de Picasso que la retrata con el collar de perlas vuelto a la espalda. Su m¨¢xima era un refr¨¢n espa?ol: ¡®La mejor venganza es vivir bien¡¯. Hac¨ªan unas grandes fiestas donde mezclaban a todos aquellos personajes. Ten¨ªan la idea de que la misi¨®n de los ricos era hacer vivir bien a los artistas. Hoy piensan lo contrario.
¡°La crisis econ¨®mica liquid¨® aquel mundo de escritores. Tras el 29 se vendieron 350 villas de estadounidenses¡±
P. Un contexto de verano, mar y fiestas no parece el mejor sitio para escribir. Pero de ah¨ª salieron grandes obras.
R. Solo Ch¨¦jov dec¨ªa que la Costa Azul era mejor para leer que para escribir. El resto trabajaban much¨ªsimo. Me impact¨® la imagen de Nietzsche que paseaba y se iba parando para escribir bajo una sombrilla. Fitzgerald empez¨® ah¨ª El gran Gatsby y Suave es la Noche. Camus, El hombre rebelde. Los hermanos Mann escribieron que ¡®ir a trabajar ah¨ª era lo m¨¢s bonito¡¯. Cocteau dec¨ªa que las flores crecen en Par¨ªs, pero nacen en la Costa Azul.
P. Los Murphy tambi¨¦n trajeron a los Francis-Scott Fitztgerlad y su esposa Zelda. En su vertiente m¨¢s autodestructiva.
R. Ella ten¨ªa la man¨ªa de conducir a toda velocidad por las curvas de la Gran Cornisa y en la curva m¨¢s peligrosa le ped¨ªa a su marido que le encendiera un cigarro para que condujese con una mano. Siempre dec¨ªan que no estaban especializados en el instinto de conservaci¨®n. Rompieron un poco esa estabilidad de los Murphy.
P. Eran todos muy j¨®venes, pero no descuidaron su trabajo.
R. Todos estaban alrededor de los 30. Hoy parecer¨ªa imposible. Una capacidad de trabajo incre¨ªble. Cocteau se encerraba en el hotel a tomar opio, pero consegu¨ªa sacar adelante todo el trabajo. No se perd¨ªa ni una fiesta, pero dec¨ªa que qui¨¦n iba, en realidad, era un doble.
P. Tambi¨¦n gente menos exc¨¦ntrica como Walter Benjamin tuvo sus excesos.
R. Tuvo una experiencia con el hach¨ªs. Contaba que hab¨ªa perdido el relieve del techo.
P. Cuenta que Benjamin se jug¨® el dinero de un viaje en el casino y gan¨®. ?Qu¨¦ papel ten¨ªa la ruleta en toda esta historia?
R. Importante. Era un punto en que la vida se pon¨ªa en juego. Ch¨¦jov, de hecho, construy¨® una ruleta en miniatura para practicar y descubrir el secreto de la fortuna. Pero Benjamin fue el ¨²nico que gan¨®.
P. ?Hoy queda algo as¨ª en el Mediterr¨¢neo?
R. No creo. Capalbio (en la Toscana) era una caricatura, artistas falsos y ricos aut¨¦nticos. Capri s¨ª fue algo parecido. Ah¨ª se fueron muchos de la Costa Azul: Graham Green, Fitzgerald, Wilde, o el propio Malaparte¡ tambi¨¦n hicieron sus gamberradas ah¨ª.
P. ?El turismo tuvo que ver con el final de aquel esplendor cultural?
R. Entonces todav¨ªa hab¨ªa muy poco, era el inicio. Estaba m¨¢s en Montecarlo o Niza, y fue el cine el que lo trajo. En realidad, aquella era una Costa Azul donde el ¨²nico factor de molestia eran ellos. Ven¨ªan algunas ¨¦pocas y luego desaparec¨ªan.
P. La libertad sexual, tambi¨¦n entre hombres, deb¨ªa ser uno de los alicientes.
R. En Capri la homosexualidad entr¨® m¨¢s. En la Costa Azul el ¨²nico caso visible fue Wilde, que de hecho se hizo novio de un pescador. Pero era una sociedad abierta, no hab¨ªa ning¨²n problema con la homosexualidad o la droga. Mire, quiz¨¢ era m¨¢s abierta que la actual.
P. Entonces, ?c¨®mo se termin¨® todo?
R. Dur¨® hasta los a?os 30, cuando los alemanes empezaron a invadir Francia. Se crearon grandes problemas. Luego qued¨® devastado, se convirti¨® en otra Costa Azul m¨¢s ligada a lo mundano. Y los ricos, entonces, s¨ª, empezaron a ser mayor¨ªa.
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