Sophie Auster se mira en el espejo de las grandes cantautoras
La cantante y modelo neoyorquina se reconcilia con los hombres en su tercer disco, ¡®Next time¡¯, donde actualiza el legado de Carly Simon, Dusty Springfield o Annie Lennox
Igual les cuesta creerlo, pero ya hay ocasiones en que a Sophie Auster (Nueva York, 1987) no le preguntan por la familia. ¡°Llevo alguna entrevista en que mis padres no salen en la conversaci¨®n¡±, se carcajea con gesto de alivio la hija de los ilustr¨ªsimos novelistas Paul Auster y Siri Hustvedt, tan orgullosa de su ascendencia como fatigada de no poder hablar, simple y llanamente, sobre ella misma. Y dispone de argumentos suficientes, desde luego, para nutrir una charla sustanciosa en primera persona: es cantante, compositora, modelo ocasional, depositaria de alg¨²n premio de post¨ªn y firmante ahora de un tercer ¨¢lbum, Next time, con el que parece en condiciones de protagonizar el gran salto en el pop adulto. ¡°Ya s¨¦ que todo el mundo piensa que su ¨²ltimo disco es el mejor, pero en este caso creo que estoy en lo cierto¡¡±, resume la cantante, que el domingo comnez¨® en Bilbao una gira por Espa?a que le llevar¨¢ a Madrid (hoy), Barcelona, M¨¢lga y Orense hasta el pr¨®ximo domingo.
Sophie se ha levantado a las seis y media de la ma?ana ¡ª¡°?Esa parte de la vida del artista no se suele contar!¡±¡ª, pero ni las ojeras ni el cansancio le eclipsan el encanto personal, la cordialidad emp¨¢tica, ese estilazo con el que ¡ªfaltar¨ªa m¨¢s¡ª?luce la combinaci¨®n para este caf¨¦ de mediod¨ªa a la sombra de la Puerta del Alcal¨¢: traje azul marino, camisa blanca, lacito oscuro. La sonrisa se le acent¨²a al advertirle sobre posibles influencias en sus canciones, que ella en ning¨²n caso desmentir¨¢: Texas (My baby), Everything But The Girl (Dollar man), Annie Lennox (Let it go), Dusty Springfield o Carly Simon, en el caso de Dance with me.
¡°?Carly fue a la misma universidad que yo!¡±, interrumpe, como garant¨ªa a?adida. ¡°Supongo que me ha terminado saliendo un ¨¢lbum en el que homenajeo sutilmente a las grandes cantautoras con las que siento conexi¨®n, sobre todo las de los a?os sesenta y setenta¡±, corrobora. ¡°Ellas ya ten¨ªan por entonces un cierto carisma de femme fatale. Es una manera de mirar atr¨¢s para tomar impulso a la hora de seguir hacia adelante. Reflexionar sobre de d¨®nde venimos ayuda mucho para escribir un nuevo cap¨ªtulo¡±.
Las cosas tambi¨¦n han cambiado en el coraz¨®n de Auster desde Dogs and men (Perros y hombres), su demoledor trabajo de 2015, en el que ajustaba cuentas tras una relaci¨®n tormentosa. ¡°?Hoy soy una mujer felizmente comprometida!¡±, anuncia mientras presume de un flamante anillo en el anular de la mano izquierda. ¡°Como puede imaginar, no ten¨ªa ning¨²n problema global con el g¨¦nero masculino, sino con un tipo concreto junto al que viv¨ª una mala experiencia. Pero, como buena feminista, creo firmemente en la igualdad. Y me alegro de que el movimiento #MeToo haya llegado en el momento preciso, porque desde el a?o pasado no volver¨¢ a haber impunidad ni indiferencia¡±.
Las incertidumbres o la manera de sacar provecho de nuestros inevitables errores han servido tambi¨¦n como carburante creativo para este nuevo repertorio. ¡°Supongo que la inseguridad es consustancial al hecho art¨ªstico, pero acumular experiencia no me ha servido para encontrarme del todo¡±. Y se sincera: ¡°A¨²n hoy sigo busc¨¢ndome, para ser honesta. Solo he ganado un poco de confianza y aprendido a distinguir algo bueno de lo que no lo es. Ah, ?y tambi¨¦n he descubierto que pedir demasiadas opiniones es un desastre!¡±. Y todo ello, a pesar de que la avala desde hace algunos meses la conquista del premio de composici¨®n que lleva el nombre de John Lennon. ¡°Mi novio se puso muy contento porque es de los que adora a Lennon y no soporta a McCartney¡±, desvela, divertida. ¡°Y eso termina siendo motivo de discusi¨®n. A m¨ª de los Beatles me gusta todo, ?hasta Ringo! Y en solitario, por supuesto, me quedo con George Harrison¡¡±.
Parad¨®jicamente, la composici¨®n menos af¨ªn a las directrices de la canci¨®n de autor, Mexico, ha servido como apertura y tarjeta de presentaci¨®n de Next time. Auster la escribi¨® inspir¨¢ndose en un viaje a Yucat¨¢n y en una vieja pel¨ªcula de Robert Mitchum, La mujer de mi pasado (1947), pero sus arreglos para metales le confieren un sabroso regusto fronterizo. Y a la autora le agrada que eso suceda precisamente ahora, cuando tantos l¨ªderes mundiales parecen recelar de las fronteras. ¡°En realidad, compuse Mexico antes siquiera de que Donald Trump llegara a la Casa Blanca. Era una canci¨®n originalmente divertida, desenfadada, pero no me importa que adquiera un significado diferente. Trump es un monstruo grotesco, un tipo al que no le importa destrozar la econom¨ªa ni gobernar a golpe de noticias falsas. Y todo esto ya no tiene ninguna gracia: empezamos a estar un poquito cansados¡¡±.
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