El rodaje que humaniz¨® a Bu?uel
¡®Bu?uel en el laberinto de las tortugas¡¯ adapta en pel¨ªcula de animaci¨®n el c¨®mic hom¨®nimo sobre la creaci¨®n del documental ¡®Las Hurdes. Tierra sin pan¡¯
El n¨²mero de la suerte fue el 29757. El 22 de diciembre de 1932 ese 29757 se llev¨® el Gordo de la Loter¨ªa de Navidad, y entre los agradaciados en Huesca, donde cay¨® casi ¨ªntegramente, destacaba la figura de Ram¨®n Ac¨ªn, l¨ªder anarquista, profesor y artista reputado, que se llev¨® 100.000 pesetas. Meses antes, en Zaragoza, Ac¨ªn le hab¨ªa prometido a un amigo que, si le tocaba la loter¨ªa, destinar¨ªa parte del premio a producirle un documental sobre una comarca pobre del norte de Extremadura. Aquel amigo era Luis Bu?uel, el dinero fueron 20.000 pesetas y aquella pel¨ªcula, Las Hurdes. Tierra sin pan.
De aquella historia de amistad y del rodaje posterior del filme se qued¨® enganchado Ferm¨ªn Sol¨ªs, extreme?o de Madro?era. El iustrador public¨® en 2008 Bu?uel en el laberinto de las tortugas (Astiberri), c¨®mic en blanco y negro que lleg¨® a ser finalista del Premio Nacional. Una d¨¦cada despu¨¦s, la novela gr¨¢fica se ha reeditado en color (Reservoir Books) con la paleta que usa su adaptaci¨®n hom¨®nima al cine dirigida por Salvador Sim¨® y con la direcci¨®n de arte de otro grande de la ilustraci¨®n, Jos¨¦ Luis ?greda, pel¨ªcula que llega hoy a los cines tras un exitoso paso por varios festivales internacionales.
Como recuerda la periodista y profesora de la Universidad Pompeu Fabra Merc¨¨ Ibarz, "a Bu?uel cada vez que le preguntaban por Tierra sin pan le gustaba hablar de su amigo Ram¨®n Ac¨ªn". Ibarz dedic¨® su tesis doctoral -Bu?uel documental. Tierra sin pan y su tiempo (1999)- a esa pel¨ªcula y subraya que Ac¨ªn fue productor y coguionista. En Los a?os rojos de Luis Bu?uel, los historiadores Rom¨¢n Gubern y Paul Hammond aseguran que a pesar de las diferencias ideol¨®gicas, no eran raras las colaboraciones entre anarquistas y comunistas. "No creo que hubiera tantas diferencias, es m¨¢s, hab¨ªa bastantes amistades entre ambos, que se unieron ante enemigos mayores, y desde luego de las m¨¢s ¨ªntimas era la de Bu?uel y Ac¨ªn", incide Ibarz.
Porque tanto Tierra sin pan como Bu?uel en el laberinto de las tortugas hablan de dos relaciones profundas: las de ambos creadores y la que sinti¨® el cineasta cuando conoci¨® Las Hurdes. En sus memorias, Mi ¨²ltimo suspiro, escribe: "Aquellas monta?as desheredadas me conquistaron enseguida. Me fascinaba el desamparo de sus habitantes, pero tambi¨¦n su inteligencia y apego a su remoto pa¨ªs, a su 'tierra sin pan'. Por lo menos en una veintena de pueblos se desconoc¨ªa el pan tierno". Bu?uel, aun sin la financiaci¨®n cerrada, ya hab¨ªa viajado por la zona en septiembre de 1932. Retorn¨® durante un mes, de finales de abril a finales de mayo de 1933, para filmar en Las Hurdes Altas, donde hab¨ªa m¨¢s miseria, con un equipo conformado por ¨¦l, Rafael S¨¢nchez Ventura, Ac¨ªn, Pierre Unik -poeta surrealista y periodista franc¨¦s amigo de Bu?uel- y el c¨¢mara franc¨¦s de origen rumano ?li Lotar. "De aquella filmaci¨®n", cuenta Ferm¨ªn Sol¨ªs, "hab¨ªa muy poca informaci¨®n y eso me permiti¨® fantasear". Sol¨ªs recuerda que encarados sus dibujos de hace 11 a?os para la actual edici¨®n a color sinti¨® mucho la variaci¨®n de su trazo. "Me conten¨ªa en no retocar las vi?etas, pero alg¨²n cambio sutil s¨ª he realizado", dice con una sonrisa. "Me ha gustado la paleta de colores que me ha otorgado la pel¨ªcula, que por otra parte se diferencia bastante con el libro de com¨²n acuerdo con los guionistas [Sim¨® y Eligio R. Montero]". El historietista solo pidi¨® que se mantuvieran dos momentos de su libro: el momento de Bu?uel vestido de monja y la aparici¨®n de la Virgen con la cara de la madre del cineasta.
Sol¨ªs asegura que en esta ¨²ltima d¨¦cada se ha modificado la percepci¨®n de Tierra sin pan en Las Hurdes: "Hoy all¨ª ya saben que Bu?uel no fue a hacer da?o, sino a realizar una cr¨ªtica de la situaci¨®n. Y que pensaba hacer m¨¢s documentales parecidos en otras zonas de Espa?a e incluso en ?frica. La Guerra Civil trunc¨® aquel impulso". Y el autor solo se arrepiente de un detalle: "Elimin¨¦ para quedarme con cuatro personajes a S¨¢nchez Ventura. Si llego a saber lo lejos que ha llegado el c¨®mic no me hubiera atrevido". Sol¨ªs agradece que Bu?uel dejara tan poco escrito en Mi ¨²ltimo suspiro sobre una pel¨ªcula tan importante: "No s¨¦ si no hay referencias al documental por las cr¨ªticas posteriores tan negativas o porque lo asoci¨® a momentos tristes de su vida. Yo us¨¦ descartes archivados en la Filmoteca, alg¨²n libro y mucha inventiva para comprimir el imaginario pasado y futuro de Bu?uel en ese personaje".
El director Salvador Sim¨® -con gran experiencia en departamentos de animaci¨®n de grandes taquillazos-? recibi¨® el encargo y decidi¨® que su Bu?uel fuera m¨¢s emocional: "Ven¨ªa de ¨¦xitos envenenados, de filmes que se hicieron populares por sus prohibiciones, y no encontraba productores. Junto a todo ese bagaje, su paso por Las Hurdes le humaniz¨®, su cine se transform¨®". Sim¨® quiso alejarse de los temas m¨¢s ideol¨®gicos y art¨ªsticos para contar el momento hist¨®rico "a trav¨¦s de los di¨¢logos entre los personajes". Para dar "cierta sequedad, dureza" a los movimientos de sus secuencias (y de paso apurar el presupuesto), Sim¨® rompi¨® una regla de la animaci¨®n que propone un dibujo nuevo cada uno o dos fotogramas y se fue a un dibujo cada tres o cada cuatro fotogramas. Lo que le da m¨¢s fuerza a la direcci¨®n de arte. Su responsable, ?greda, explica: "He buscado con los colores que acabes queri¨¦ndole, pero sin ablandar su historia". ?l mismo investig¨® y dedic¨® mucho tiempo en encontrar referencias que hicieran cre¨ªble el filme, "y que el espectador no se sienta expulsado por objetos que no le parezcan de verdad". De ah¨ª, la efectiva apuesta de incluir im¨¢genes del original de Bu?uel en el metraje animado.
Bu?uel rod¨® Tierra sin pan influido en el fondo por el estudio que en 1926 realiz¨® de la zona el franc¨¦s Maurice Legendre y en la forma por documentales como Nanuk, el esquimal (1922), en el que Robert J. Flaherty apostaba por la manipulaci¨®n de las acciones para realzar la verosimilitud de lo narrado, para acentuar los sentimientos en el espectador. Bu?uel en el laberinto de las tortugas no ser¨¢ exacta en la realidad ("Somos una ficci¨®n", subraya Sim¨®), pero puede que nunca Bu?uel sea tan cierto como en su versi¨®n animada.
Babelia
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