Otra vez ¡®Gloria¡¯. ?Y?

Me mosqueo casi siempre con esa moda tan antigua del remake. Ning¨²n cl¨¢sico precisa de nuevas adaptaciones. Por razones obvias. Es imposible superar lo que es perfecto. Y muy arriesgado jugar con las memorables sensaciones que provoc¨® el modelo original en la memoria de los fascinados espectadores. Supongo que obedece exclusivamente a razones comerciales, seguir haciendo caja con la copia de aquellas pel¨ªculas que fueron un ¨¦xito art¨ªstico o taquillero, o ambas cosas. Solo deber¨ªan de hacer remakes de cine infame. Sospecho que nadie se sentir¨ªa decepcionado.

Hay pocos casos en los que celebre que un autor retorne a lo que rod¨® a?os antes. Michael Mann realiz¨® a lo largo de 19 d¨ªas en 1989 un telefilme titulado con escasa originalidad Corrupci¨®n en Los ?ngeles y seis a?os m¨¢s tarde retorn¨® a ese argumento, con infinitos medios, con dos actuaciones impresionantes de Al Pacino y Robert De Niro ¡ªera la primera vez que un director lograba ponerles frente a frente en una secuencia inolvidable; para mi gusto no han levantado cabeza desde entonces, no les aguanto¡ª, en una obra maestra llamada Heat.

Y existen historias curiosas sobre el m¨¢s prestigioso cine de autor europeo que Hollywood se empe?¨® en adaptar. Hablo de la tenebrosa Funny Games, dirigida por Michael Haneke y que describe el asalto, tortura y ejecuci¨®n que sufre una familia muy normal a manos de dos s¨¢dicos juveniles con apariencia inmaculada que se ceban con el pr¨®jimo por placer, sin piedad, sin el m¨ªnimo sentimiento de culpa. A?os despu¨¦s, el muy puro y radical Haneke acept¨® rodar en Estados Unidos Funny Games, protagonizada por Naomi Watts y Tim Roth. Y Haneke copi¨® plano a plano el modelo original. Cuentan que Naomi Watts se rebot¨®. Normal. ?Y qu¨¦ sentido tiene hacer algo id¨¦ntico a lo que creaste antes? Alg¨²n irrenunciable fan del director austriaco tal vez deduzca que fue una propuesta revolucionaria. A m¨ª, que soy ruin, solo se me ocurre pensar en la cuenta corriente de Haneke.

Creo haber visto la pel¨ªcula chilena Gloria hace seis o siete a?os en una insoportable edici¨®n de la Berlinale. Y fue una bocanada de aire fresco. El director Sebasti¨¢n Lelio narraba con originalidad, humor agridulce y talento la historia de una cincuentona divorciada, empe?ada en llevarse bien con la vida, con afectos familiares pero ¨ªntimamente sola, con razonables miedos e inseguridades, aficionada a salir a bailar por las noches, sola o acompa?ada y a ponerse guapa de copas. La vida le da sorpresas a Gloria y lo que parec¨ªa un milagro se torna en progresiva ruina. Interpretaba admirablemente a esta superviviente positiva la actriz chilena Paulina Garc¨ªa. Recuerdo haber salido muy contento del cine.

Sebastian Lelio vuelve a contar la historia de esta ins¨®lita y desconcertada se?ora. Se desarrolla en Los ?ngeles. Gloria habla ingl¨¦s. Y la interpreta esa actriz excelsa y atractiva mujer llamada Julianne Moore. Un poquito afeada, con gafas. Lelio no ha hecho lo que Haneke. No se ha copiado plano a plano, pero tampoco hay ning¨²n desv¨ªo argumental. Y la veo y escucho con agrado. Pero ya me la s¨¦. Y me sigo preguntando: ?para qu¨¦?