Renacimiento de una joven t¨¢rtara
Guzel Y¨¢jina se estrena en la novela y narra con una prosa cinematogr¨¢fica una tragedia del siglo XX: una historia de abuso y liberaci¨®n durante la Gran Purga estalinista
Zuleij¨¢ abre los ojos es la ¨®pera prima de Guzel Y¨¢jina, escritora y guionista de expresi¨®n rusa, aunque de ra¨ªces t¨¢rtaras. Y¨¢jina, cuya lengua materna es el t¨¢rtaro, naci¨® en 1977 en Kaz¨¢n, capital de Tartaria, y bas¨® su novela, galardonada con varios premios rusos e internacionales, en las vivencias de su abuela. El lector se encuentra con la protagonista, Zuleij¨¢, cuando esta t¨ªmida y sumisa musulmana tiene 30 a?os y vive con su marido y su suegra, a la que llama para sus adentros la Vampira; y es que Zuleij¨¢ vive su vida como si fuera un cuento de hadas supervisado por Al¨¢. Hijo y madre menosprecian a esa chica menuda y fr¨¢gil que se cas¨® a los 15 a?os y cuyas cuatro hijas est¨¢n enterradas en el cementerio del pueblo. Desde el alba hasta entrada la noche Zuleij¨¢ desempe?a los trabajos m¨¢s duros tanto en la casa como en el bosque helado sin ser consciente de su condici¨®n de esclava. La aldea donde viven se encuentra en la Tartaria sovi¨¦tica.
Zuleij¨¢ tiene los mismos a?os que el siglo XX. Muy a principios de los treinta Stalin decreta la represi¨®n de los terratenientes y los campesinos con propiedades, a los que llama kulaks, categor¨ªa a la que pertenecen Zuleij¨¢ y su marido. Tras un altercado en el que un soldado del Ej¨¦rcito Rojo mata a tiros a su esposo, Zuleij¨¢ y otros campesinos del pueblo son hechos prisioneros y conminados a coger lo m¨¢s imprescindible, abandonar su casa y seguir a los soldados. ?stos los llevan a la c¨¢rcel de Kaz¨¢n para luego cargarlos en un tren de transporte de ganado junto a multitud de otros kulaks presos y trasladarlos al destierro y los trabajos forzados en Siberia.
Empieza la primera ola de lo que en 1937 llegar¨ªa a convertirse en la Gran Purga stalinista. Centenares de personas mueren primero en el tren y luego en el barco que los conduce en ¨ªnfimas condiciones por el ampl¨ªsimo r¨ªo siberiano Angar¨¢. El viaje hacia el destierro dura meses y los acontecimientos durante ese trayecto ocupan un tercio de la novela.
Tras el naufragio del barco, que se hunde por culpa de la sobrecarga de pasajeros, solo se salva un pu?ado de personas. A Zuleij¨¢, embarazada de su marido muerto, la salva Ignatov, el asesino de ¨¦ste. La lleva a la orilla del r¨ªo donde, en medio de la taiga, los desterrados fundan una localidad, Semruk. Como un s¨ªmbolo de la nueva vida, Zuleij¨¢ da a luz a Yuzuf. La comunidad dispone apenas de lo m¨¢s esencial y, como Robinson Crusoe, empieza de cero.
A lo largo de los meses y los a?os van llegando m¨¢s kulaks destinados al destierro y Semruk se convierte en una aldea cuyo comandante es Ignatov. Zuleij¨¢ aprende a sobrevivir: cada madrugada sale con su fusil a la taiga de donde trae animales y aves. Ella sola educa a su hijo y vive una relaci¨®n amorosa con Ignatov. Su Al¨¢ ha quedado atr¨¢s.
El t¨ªtulo de la novela se refiere al arte de observar de la protagonista: los ojos verdes de Zuleij¨¢ descubren la prodigiosa animaci¨®n de Kaz¨¢n, la belleza salvaje de Siberia, los matices de la piel de su hijo. Pero sobre todo hace alusi¨®n a su emancipaci¨®n y renovaci¨®n.
Aunque firmemente instalada en la tradici¨®n literaria rusa, en la novela pululan muchas palabras t¨¢rtaras; el t¨¢rtaro es un idioma t¨²rquico hablado por seis millones de personas. Adem¨¢s, elementos de culto popular ¡ªmilagros, magia, cuentos y esp¨ªritus¡ª abundan en sus p¨¢ginas. As¨ª, cuando Zuleij¨¢ busca a su hijo perdido en la taiga, el cuerpo menudo de ¨¦ste cae del ¨¢rbol invernal con precisi¨®n milim¨¦trica en los brazos extendidos de la madre. La alegre iron¨ªa con la cual se narran esos prodigios hace pensar tanto en los cuentos de Gogol como en la novela El maestro y Margarita de Bulgakov.
La tradici¨®n literaria rusa es perceptible a lo largo de la novela. La historia de amor que Zuleij¨¢ vive con Ignatov llega a su auge de modo dostoievskiano. Los dos enamorados se convierten en pareja solo despu¨¦s de haberlo perdido todo: ¨¦l su puesto de comandante, ella tras renunciar a una c¨®moda habitaci¨®n, al trabajo de cazadora y hasta a su hijo ¨²nico que se va a estudiar a Leningrado. Eso hace pensar en Rask¨®lnikov y Sonia de Crimen y castigo, que se desplazan a Siberia con las manos vac¨ªas y el alma en paz, o en los protagonistas de Tolst¨®i Kitty y Levin, que en Ana Karenina encuentran la satisfacci¨®n en la vida del campo. La diferencia es que Zuleij¨¢ e Ignatov viven en el infierno stalinista que ¨²nicamente la belleza salvaje de la taiga y la ternura efusiva de su relaci¨®n pueden dulcificar.
La narraci¨®n se mueve como un r¨ªo vivaracho con sus olas y cascadas. Y¨¢jina desarrolla su prosa cinematogr¨¢fica con fogosidad y su pasi¨®n se contagia al lector. Adem¨¢s, el lector no deja de impregnarse de la realidad de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, de esa tragedia del siglo XX: aprende c¨®mo vivieron los rusos el Gran Terror y la Gran Purga stalinistas, adem¨¢s del despertar de la solidaridad que gener¨® la Segunda Guerra Mundial. La potente novela sobre Zuleij¨¢, una historia de abuso, arbitrariedad y dolor, pero tambi¨¦n de renacimiento, resurrecci¨®n y liberaci¨®n, traducida con excelencia por Jorge Ferrer, no puede dejar indiferente a ning¨²n lector.
Zuleij¨¢ abre los ojos. Guzel Y¨¢jina. Traducci¨®n de Jorge Ferrer. Acantilado, 2019. 544 p¨¢ginas. 28 euros.
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