¡®The Good Fight¡¯ o c¨®mo un bufete se convirti¨® en reflejo de nuestro loco mundo
Cargante y odioso, el personaje del abogado Roland Blum cumple su funci¨®n en el cuadro surrealista que est¨¢ pintando la serie
The Good Fight siempre ha sido una de las series que mejor refleja el mundo actual. Como drama legal (y como ya hizo The Good Wife, aunque cada vez sean m¨¢s diferentes las dos), ha tratado casos cercanos a nuestra realidad y fue una de las primeras series en llevar la victoria de Donald Trump al primer plano en su trama. De hecho, en origen The Good Fight iba a ser muy diferente: sus guionistas dieron por hecho que Hillary Clinton ganar¨ªa las elecciones generales estadounidenses y que Diane Lockhart ver¨ªa c¨®mo su lucha por acabar con el techo de cristal romp¨ªa su ¨²ltima barrera. Pero la realidad se impuso y convirti¨® a The Good Fight en otra cosa. Posiblemente, en algo mejor de lo que iba a ser.
En este tiempo hasta llegar a la tercera temporada (que actualmente emite Movistar + en Espa?a), el mundo se ha vuelto cada vez m¨¢s loco. Y la serie no ha dejado pasar la oportunidad de reflejar esa locura. En una entrevista con EL PA?S hace un a?o, cuando Robert y Michelle King, creadores de la serie, estaban preparando las tramas de la tercera entrega, ya adelantaron por d¨®nde ir¨ªan los tiros: "estamos viviendo en el mundo de la posverdad. No importan los hechos reales, lo que importa es la forma en la que vendes esos hechos y hacerlo de forma que te beneficie. [...] Queremos ver c¨®mo todo eso nos est¨¢ causando problemas", dec¨ªa Robert King.
Para eso, la serie ha introducido el desquiciante e histri¨®nico personaje interpretado por Michael Sheen, el abogado Roland Blum. Cargante y odioso, aunque pueda no gustar, cumple su funci¨®n en el cuadro surrealista que est¨¢ pintando The Good Fight, reflejo de una realidad en la que ya puede pasar cualquier cosa. Blum ha servido para agitar la trama y llevarla en una direcci¨®n diferente, m¨¢s sat¨ªrica e hiperb¨®lica. Una serie de la era de la posverdad. ?Que nos desquicia? Claro, de eso se trata.
El personaje de Michael Sheen no es lo ¨²nico de lo que se ha servido The Good Fight para reflejar este loco mundo nuestro. Cada cap¨ªtulo intercala un corto animado y musical compuesto por el cantautor Jonathan Coulton (que era el responsable de los previously cantados de BrainDead, una notable serie de s¨¢tira pol¨ªtica de la que bebe en muchos aspectos la actual temporada de The Good Fight). Tambi¨¦n hemos escuchado cantar a Sarah Steele (Marissa),?John Cameron Mitchell (Felix Staples) Christine Baranski (Diane) y Audra McDonald (Liz). Estas dos ¨²ltimas, adem¨¢s, se han unido a un peque?o grupo de resistencia antiTrump que recuerda (sin llegar a su radicalidad, pero casi) a las feministas de Dietland.
? Los cortos animados de #TheGoodFight son de lo mejorcito que le ha pasado a la TV este a?o. Aqu¨ª recopilamos todos ?#TheGoodFightShort - NDA pic.twitter.com/DaDZkIJAe0
— Movistar+ (@MovistarPlus) March 29, 2019
El mundo se ha vuelto loco y como The Good Fight siempre ha querido reflejar ese mundo, tambi¨¦n se ha vuelto loca. Gracias a su emisi¨®n en Estados Unidos en la plataforma de pago CBS All Access, uno de sus personajes puede decir mirando a c¨¢mara que est¨¢ bien pegar a un nazi. O un cap¨ªtulo puede girar en torno al supuesto deseo de la primera dama de divorciarse. The Good Fight ser¨ªa muy diferente si el mundo real fuera otro. O si se emitiera en abierto. A cambio, se echan de menos los casos capitulares cl¨¢sicos, algo de cordura. Pero es que el mundo ya no es cl¨¢sico ni cuerdo. La realidad (o la posrealidad) nos ha hecho as¨ª.
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