¡°Pas¨¦ la infancia avergonzado¡±
Nacho Duato (1957) revive su salida del armario en 1990, que evoc¨® en la final del programa ¡®Prodigios¡¯ de TVE
La energ¨ªa asustada de la memoria golpe¨® a Nacho Duato y le devolvi¨® la infancia como una ventolera. Lo dijo con sosiego. ¡°Es dif¨ªcil recordar en p¨²blico que tu padre se avergonzaba de ti¡±. Lo cont¨® como si se lo estuviera dictando al ni?o que fue. Ocurri¨® el ¨²ltimo s¨¢bado, en la final de Prodigios (TVE), ante Boris Izaguirre, ante los j¨®venes que se somet¨ªan al juicio de Andr¨¦s Salado, Ainhoa Arteta y el propio Duato. ¡°Yo no quer¨ªa hablar de mi homosexualidad. Quer¨ªa hablar de mi ni?ez. Durante todo el programa pensaba en la pena de todo lo que yo me hab¨ªa perdido porque mi padre nunca me pregunt¨® c¨®mo me iban las clases. Pas¨¦ la infancia avergonzado de lo que era¡±.
Vaci¨® una terrible experiencia. ¡°Lo peor es que tu padre se averg¨¹ence de ti. No lo culpo a ¨¦l, no culpo a mi familia. Culpo a la dictadura y a aquella Espa?a. Mi padre era afable y simp¨¢tico. Pero era presidente de Acci¨®n Cat¨®lica, fue gobernador civil, ven¨ªa de una familia conservadora y tener un hijo que quer¨ªa ser bailar¨ªn y al que ya ve¨ªa con aquel ramalazo..."
¡±El padre nunca fue a un estreno, solo vio cuatro funciones suyas. Esa historia estaba en el alma y brot¨®. ¡°Fue al ver a esos padres que apoyaban a sus hijos durante todo el proceso de Prodigios. Cada minuto me tra¨ªa a la mente la imagen de mi padre avergonz¨¢ndose de m¨ª. Muchos ni?os vivimos ese trance¡±. La explosi¨®n ocurri¨® cuando habl¨® de Sa?d Ramos, aspirante en el concurso. ¡°Yo miraba la cara de este chico y de su padre. Creo que Sa?d entendi¨® muchas cosas en ese momento. Es un buen bailar¨ªn. Ojal¨¢ pueda venir a mi compa?¨ªa, en Rusia¡±. Duato dirige el ballet del Teatro Mihailovsky, en San Petersburgo.¡°He sido director de ballet desde hace 30 a?os. Me ha tocado hablar ante ministros y reyes, he recibido premios. Y aun hoy me tengo que decir: ?Nacho, adelante, di lo que piensas, lo que eres, haz o¨ªr tu voz¡±. Esa voz vieja a¨²n alienta en sus o¨ªdos: ¡°?Habla como un hombre!¡±.
Compa?eros suyos del colegio, que en la adolescencia lo vieron en silencio, ¡°como un cisne entre patos¡±, le han escrito ahora para recordarle aquella imagen de su soledad. ¡°Era la Espa?a que era. Y yo era diferente, s¨ª, a esa edad yo no sab¨ªa si era gay o no. Era de otra forma¡±. Fueron nueve hermanos. ¡°Cuando estaba en Londres, estudiando, mi madre y mis hermanas me ense?aron a hacer calceta. Mi padre les preguntaba por qu¨¦: 'Porque Alfonso XIII hac¨ªa petit point', dec¨ªa mi madre, 'o sea, que esto es tambi¨¦n de chicos¡±. Nacho Duato se pag¨® la escuela ¡°haciendo calentadores y mallas para los bailarines, y se los vend¨ªa¡±.
Su discurso en Prodigios marc¨® la discusi¨®n en las redes al tiempo que este pa¨ªs se debat¨ªa, otra vez, entre la sensibilidad del pasado y el esp¨ªritu que alienta en lo que dijo. ¡°Me critican porque dije que Espa?a es libre y democr¨¢tica. Ahora sabemos lo que es vivir en un pa¨ªs libre¡±. En 1990 fue de los primeros ¡°en salir del armario¡±. ¡°Entonces me tiraban huevos por la calle. Pero aquel d¨ªa hab¨ªa le¨ªdo esta frase de Nietzsche: ?Si existe Dios seguro que es bailar¨ªn`. Sal¨ª a la calle, feliz¡±. El ¨²ltimo s¨¢bado descarg¨® a?os de conciencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.