Picaresca con karma

Adscribi¨¦ndose a ese multiculturalismo de best-seller de aeropuerto que, quiz¨¢ bajo el influjo del ?Quiere ser millonario? de Vikas Swarup, ya explot¨® el Richard C. Morais de Un viaje de diez metros, Romain Pu¨¦rtolas public¨® en 2013 El incre¨ªble viaje del faquir que se qued¨® atrapado en un armario de Ikea. Como en el caso de los t¨ªtulos antes mencionados, no parece que haya sido el karma, sino la meticulosa aplicaci¨®n de una f¨®rmula lo que ha acabado convirtiendo a la novela en cantado triunfo de ventas e inevitable inspiraci¨®n para una feel-good movie alegremente despreocupada de la condescendencia que modela a su protagonista: un ang¨¦lico hind¨² que pasear¨¢ su ingenuidad, bondad y mirada limpia a lo largo de un accidentado viaje con escalas en Par¨ªs, Londres, Barcelona y Libia, usando su pureza de coraz¨®n como br¨²jula y salvoconducto.

En De la India a Par¨ªs en un armario de Ikea, el canadiense Ken Scott subraya el potencial del relato para erigirse en algo parecido al equivalente globalizado de una historia picaresca, en la que -?mansa transgresi¨®n!- prevalecer¨¢ la desapegada generosidad antes que el imperativo de supervivencia. Los t¨®picos ¨Cese G¨¦rard Jugnot al que solo le falta la baguette bajo el brazo- conviven con decisiones tan heterodoxas como la de convertir el episodio brit¨¢nico en lo que parece un velado homenaje a Dennis Potter. No falta ni siquiera el mec¨¢nico momento Bollywood, pero los visibles esfuerzos de la pel¨ªcula por caer bien acaban por hacer cierta mella. El metraje conciso ayuda.