La casta no es para tontos
Interesante corrida de La Quinta, dificultosa para una dispuesta terna
LA QUINTA / PINAR, CORT?S, DUFAU
Toros de La Quinta, bien presentados y muy astifinos, gordos, mansurrones en los caballos y encastados en distintos niveles en el tercio final; destac¨® el quinto, espectacular en varas.
Rub¨¦n Pinar: pinchazo y estocada baja y pescuecera (silencio); pinchazo y estocada (ovaci¨®n).
Javier Cort¨¦s: estocada tendida y ca¨ªda (ovaci¨®n); media atravesada, un descabello ¡ªaviso¡ª y un descabello (ovaci¨®n).
Thomas Dufau: dos pinchazos ¡ªaviso¡ª y estocada (silencio); casi entera baja (silencio).
Plaza de Las Ventas. 14 de mayo. Primera corrida de feria. M¨¢s de media entrada (13.016 espectadores, seg¨²n la empresa).
Si todas las corridas fueran como esta de La Quinta, el escalaf¨®n de matadores se rejuvenecer¨ªa en un par de meses. Se escuchar¨ªan excusas de todo tipo para olvidar el traje de luces. Si as¨ª fuera, ganar¨ªa mucho la fiesta de los toros. Ganar¨ªan, sobre todo, los aficionados, los aut¨¦nticos parias de este espect¨¢culo que vuelven una y otra vez a la taquilla a pesar de que son conscientes de un enga?o casi diario.
Y no es que la corrida de La Quinta fuera brava y de encastada nobleza, de modo que permitiera una tarde de triunfo. No. No fueron toros tontos, que es muy distinto; no proced¨ªa ninguno de uno de esos laboratorios de gen¨¦tica parda donde fabrican toros artistas, dulzones y almibarados.
Los de La Quinta eran toros y nada f¨¢ciles, como se supone que deben ser. Tampoco llegaron con intenciones de comerse a ning¨²n torero, pero avisaron desde el primer momento a los de luces que estuvieran prestos y listos para cometer los menos errores posibles. Porque un error con estos toros es la m¨¢s que probable posibilidad de una voltereta. Y una voltereta con los astifinos pitones que lucieron, la seguridad absoluta de una cornada.
Es verdad que fue una corrida m¨¢s para el p¨²blico que para los toreros, pero, hombre, est¨¢ bien que as¨ª sea de vez en cuando. Se agradece, adem¨¢s, que alg¨²n ganadero cr¨ªe toros para el espect¨¢culo y no para las figuras.
No fue f¨¢cil, no, la corrida de La Quinta. Mejor dicho, no fue moderna. Desarroll¨® sentido, humill¨® poco, se movi¨® a pesar de sus muchos kilos, su embestida fue corta, con la cara casi siempre a media altura y de un juego intermitente e irregular en el tercio final.
La picaron mal, a excepci¨®n del quinto, Fogoso de nombre, muy espectacular en varas y permiti¨® el lucimiento del picador Juan Francisco Pe?a. Derrib¨® en el primer envite, y acudi¨®, despu¨¦s, desde largo y con alegr¨ªa, y empuj¨® de verdad en el peto. Lo colocaron en el centro del anillo, el toro hizo amago de acudir a la llamada del piquero pero, finalmente, opt¨® por el caballo que guardaba la puerta y el hechizo se deshizo. El p¨²blico se lo pas¨® en grande con la resurrecci¨®n de un tercio que los toreros y ganaderos que mandan han hecho desaparecer casi por completo.
Y en la muleta hubo de todo, pero ninguno de los toros fue ese juguete al que le dan cuerda para que embista como un perrito faldero. No plantearon excesivos problemas, pero exigieron t¨¦cnica, conocimiento y, por encima de todo, valor.
Y los tres modestos toreros del cartel derrocharon entrega, decisi¨®n y buenas maneras. Trabajaron a destajo para estar por encima de las condiciones de las corridas, posiblemente no ganar¨¢n m¨¢s contratos despu¨¦s de esta tarde, pero se marcharon al hotel con la conciencia tranquila de haber puesto toda la carne en el asador.
Rub¨¦n Pinar es un torero curtido en mil batallas, m¨¢s lidiador que artista, que no vende bien su producto y le cuesta un mundo llegar a los tendidos. Insisti¨® cansinamente ante el soso primero, y alcanz¨® momentos de brillantez ¡ªuna gran tanda de derechazos y largos de pecho¡ª ante el cuarto, y acab¨® con ce?idas manoletinas.
No se arredr¨® Javier Cort¨¦s ante la escasa entrega de su primero, y a pesar de que torea poco se le vio muy suelto y con recursos en la cara del toro. No alcanz¨®, no obstante, la emoci¨®n esperada y qued¨® la impresi¨®n de que pudo hacer m¨¢s. Muy firme se mostr¨® ante el quinto, que se movi¨® con la cara a media altura y poca codicia.
Y al franc¨¦s Thomas Dufau se le nota m¨¢s su escaso bagaje, pero fue muy sincero, no se escondi¨®, dio la cara, y, a pesar de lo que pudo parecer, ning¨²n toro se le parti¨®. Recibi¨® a su primero de rodillas a porta gayola y pas¨® un mal trago. No destac¨® por su clase torera, pero s¨ª por su verg¨¹enza, que no es poco.
La corrida del mi¨¦rcoles
Toros de Fuente Ymbro para Finito de C¨®rdoba, Diego Urdiales y Miguel ?ngel Perera.
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