?Son m¨¢s pesados los que reniegan de ¡®Juego de tronos¡¯ o sus fans? Una explicaci¨®n cient¨ªfica
Varios mecanismos psicol¨®gicos explican por qu¨¦ la serie se ha convertido en un fen¨®meno irresistible
"Yo no veo Juego de tronos". Es bastante habitual ver declaraciones como esta en las redes sociales, porque el fen¨®meno que rodea a la serie es tan formidable que arrastra a opinar incluso a quienes no la siguen. "Es una cosa muy curiosa, la cantidad de gente que se ha lanzado a decir que no la ven, que no han visto ni un cap¨ªtulo. No recuerdo algo como esto", asegura Mariola Cubells, analista de televisi¨®n. "Juego de tronos inaugura esta especie de necesidad de posicionarse, a favor o en contra, como una salida del armario", afirma Cubells.
Usuarios de redes, tambi¨¦n en conversaciones cotidianas en el trabajo o el bar, se definen ya sea por no verla, por amor a un personaje o por odiar a otro. Se trata de una tensi¨®n muy habitual que se vive en los grupos sociales, que la psic¨®loga social Marilynn Brewer trat¨® de explicar hace tres d¨¦cadas. Las personas buscan satisfacer, en sus identidades sociales, la necesidad de integrarse en el grupo, pero tambi¨¦n la de diferenciarse dentro de ¨¦l. No queremos ser demasiado distintos, para seguir disfrutando del calor del grupo, pero tampoco queremos diluir por completo nuestra personalidad, y as¨ª se?alamos rasgos espec¨ªficos que nos dan un punto de distinci¨®n. Si en la oficina o el grupo de WhatsApp todos los lunes no se habla m¨¢s que de Juego de tronos, se?alar que no lo ves te hace especial.
"Empez¨® siendo para entendidos, algo parecido a lo que pas¨® con Twin Peaks, que si dec¨ªas que no la ves dejabas de ser cool", explica Cubells
Por eso es probable que quien publica con orgullo que no lo ve, en Twitter o Facebook, crea que la gente que le sigue s¨ª lo hace y les dice: "Soy ¨²nico". Pero tambi¨¦n se lo grita al mundo, porque la atenci¨®n excesiva que le dedican los medios la ha convertido en un fen¨®meno de masas ante el que distinguirse. El propio car¨¢cter de la serie produce este fen¨®meno: es de culto y de masas a la vez. "Empez¨® siendo para entendidos, algo parecido a lo que pas¨® con Twin Peaks, que si dec¨ªas que no la ves dejabas de ser cool", explica Cubells. Al convertirse en una serie omnipresente, lo cool ahora es no verla, como quien dice que no tiene tele aunque no se lo hayan preguntado. "El fen¨®meno ahora tiene un punto reivindicativo, de reacci¨®n frente al mainstream", explica H¨¦ctor P¨¦rez, especialista en narrativas audiovisuales de la Universitat Polit¨¨cnica de Val¨¨ncia, en el campus de Gand¨ªa.
A P¨¦rez le llama la atenci¨®n que esos posicionamientos radicales se est¨¦n dando en estos momentos tambi¨¦n con cada cap¨ªtulo. "La gente te dice los cap¨ªtulos que no le gustan, que detestan, reduciendo un trabajo de enorme complejidad, minuciosamente orquestado, a un tajante 'no me gusta", afirma este experto en los procesos cognitivos asociados a series como esta. "Apostaron por una narraci¨®n multiprotagonista, que tiene mucha fuerza, es muy poderosa", asegura P¨¦rez, "pero es un juego que tiene sus peligros". Si muere el protagonista con el que te hab¨ªas identificado, o se comporta de forma insatisfactoria, el cap¨ªtulo pasa del sobresaliente al cero en cuesti¨®n de minutos. Desde el punto de vista de este especialista, HBO ha sabido movilizar una ola social a partir de los fans que ya ten¨ªan los libros de George R. R. Martin hasta producir "un impacto medi¨¢tico de este calibre, que se retroalimenta en foros de fans, que recogen los blogs, de ah¨ª a los medios y a las redes sociales, y viceversa".
Es en esa esfera p¨²blica en la que se produce el debate entre los que dicen "tienes que verla" ¡ªque puede ser contraproducente, como vemos¡ª y los que dicen "paso de verla". "Somos animales sociales y nos definimos por los grupos con los que nos identificamos. Y en este caso casi se produce un conflicto intergrupal entre quienes ven y no ven la serie", bromea Juan Jos¨¦ Igartua, catedr¨¢tico de la Universidad de Salamanca y especialista en psicolog¨ªa de los medios.?
?Pero por qu¨¦ son tan pesados los que s¨ª la ven? Hay distintos mecanismos psicol¨®gicos que explican esa necesidad de compartir la experiencia. Por un lado est¨¢ el obvio narcisismo de las redes. Un estudio reciente mostr¨® que al publicar en redes se activan las regiones del cerebro que suelen evaluar la imagen que transmitimos a los dem¨¢s. Y en el caso de Juego de tronos, se trata de una estrategia de autorrepresentaci¨®n muy clara: transmites el mensaje de que consumes un producto cultural (es una serie compleja y sofisticada), lo cual te hace parecer interesante, pero tambi¨¦n apelas a la complicidad de mucha gente que la disfruta contigo.
"Apostaron por una narraci¨®n multiprotagonista, que tiene mucha fuerza, es muy poderosa, pero es un juego que tiene sus peligros", asegura P¨¦rez
Conexi¨®n social
Las plataformas de consumo de series y pel¨ªculas a demanda no han cambiado tanto la manera de afrontar su visionado: "Ver series en grupo es muy com¨²n. Configura el grupo y las afinidades, es una pr¨¢ctica social, enriquece la vida social", afirma P¨¦rez. Es m¨¢s, se ha sugerido que en parejas que no comparten c¨ªrculo de amistades o relaciones, el consumo compartido de series ayuda a compensarlo aumentando la conexi¨®n entre ambos. Pero incluso cuando se disfruta en soledad, se sabe que este tipo de productos narrativos generan el calor de la pertenencia, como sentirse rodeado por la familia durante el tiempo que se disfruta. Quiz¨¢ por eso se tiende a consumir m¨¢s televisi¨®n cuando estamos de peor humor. "Poder vivir situaciones heroicas y gratificantes, vividas por otros, mejora nuestra autoestima", se?ala Igartua.
Los procesos que nos llevan a disfrutar de una forma tan intensa esta serie est¨¢n claros y tienen su ra¨ªz en la riqueza con la que est¨¢n construidos los h¨¦roes, los villanos y los entornos en los que se desarrolla la acci¨®n. "El nivel de detalle de los personajes y de los escenarios ayuda a transportarse e incrementa esa sensaci¨®n de identificaci¨®n", apunta Igartua. Seg¨²n explica este especialista, hay dos procesos mediadores que tienen lugar durante el mismo momento del visionado y que sirven para conectar profundamente a las personas con estos productos narrativos. Por un lado, estar¨ªa este transporte narrativo, el viajar a otro lugar que produce en el espectador un cambio significativo. "Se da cuando hay una inmersi¨®n, cuando no quieres que nada interrumpa, y al producirse una implicaci¨®n emocional, esa sensaci¨®n de vivirlo", explica el catedr¨¢tico.
"En Juego de tronos todos encarnan de alg¨²n modo el ideal del h¨¦roe, que potencia la identificaci¨®n. Y al tener un mosaico tan coral de personajes el efecto se multiplica", razona Igartua
Adem¨¢s, es necesaria la identificaci¨®n con los personajes al empatizar con sus emociones (gracias a las neuronas espejo), al ponerse en sus zapatos adoptando su perspectiva y alcanzado lo que se llama un estado alterado de conciencia. "No es nada raro, es muy habitual llegar a ese estado de fusi¨®n total con el personaje", asegura Igartua. "En Juego de tronos todos encarnan de alg¨²n modo el ideal del h¨¦roe, lo que potencia la identificaci¨®n. Y al tener un mosaico tan coral de personajes el efecto se multiplica", razona el experto.
El nivel de identificaci¨®n con la serie lleva a que en Espa?a, por ejemplo, haya 279 ni?as llamadas Arya, con dos a?os y pico de media de edad (y 358 llamadas Aria de tres a?os), seg¨²n el INE. Millones de seguidores se enganchan cada lunes a sus tramas. Pero son m¨¢s millones los espa?oles que nunca han visto un cap¨ªtulo. Por lo que ni los unos ni los otros son singulares, pero a todos, de alg¨²n modo, les puede hacer sentirse especiales.
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