Un dictador g¨®tico
Friedrich Reck-Malleczewen narra en ¡®Historia de una demencia colectiva¡¯, libro prohibido por los nazis, la historia del desp¨®tico r¨¦gimen religioso instaurado en 1534 en M¨¹nster
En su extraordinario ensayo Castellio contra Calvino, Stefan Zweig realiz¨® la radiograf¨ªa psicol¨®gica del car¨¢cter totalitario en la figura del reformador protestante Juan Calvino, que impuso un r¨¦gimen teocr¨¢tico de terror en Ginebra a mediados del siglo XVI. A causa del fan¨¢tico Calvino ardi¨® en la hoguera Miguel Servet, acusado de herej¨ªa. Zweig public¨® el libro en 1936 con la mente puesta en Hitler.
Dif¨ªcil no acordarse de Zweig al leer Historia de una demencia colectiva, del prusiano Friedrich Percyval Reck-Malleczewen (1884-1945). Esta portentosa cr¨®nica de hechos reales vio la luz en 1937 y enseguida los nazis prohibieron su venta; a poco que los lectores quisieran entender, pod¨ªan ver reflejada la situaci¨®n de Alemania en los acontecimientos demenciales que narraba Malleczewen, aunque se remontaban al siglo XVI, en plena transici¨®n del g¨®tico al Renacimiento.
Sab¨ªa que a la ¡°inconcebible borrachera colectiva¡± del nazismo le seguir¨ªa ¡°la m¨¢s gigantesca resaca del mundo¡±
Hacia 1534, en la pr¨®spera ciudad de M¨¹nster, la llegada de predicadores anabaptistas desde los Pa¨ªses Bajos trastoc¨® el orden c¨ªvico-religioso. Se hicieron con el gobierno, instauraron un r¨¦gimen aut¨¢rquico de terror y asesinaron a miles de inocentes. Los cabecillas de aquella revoluci¨®n se llamaban Jan Matthys, panadero de ?msterdam, y Jan Bockel?son, sastre. Los secundaban adl¨¢teres de baja cala?a, ilusos ideologizados, fan¨¢ticos inspirados por una mezcla de protestantismo religioso extremo y comunismo ideal primitivo. En apenas unas semanas proclamaron un nuevo ¡°reino de Sion¡±, una ¡°nueva Jerusal¨¦n¡± en la que s¨®lo cab¨ªan los ¡°elegidos¡±: adultos reci¨¦n bautizados que esperaban acceder a un estado de pureza anterior al pecado original. Se cre¨ªan ¡°mejores¡± que aquellos no convertidos al anabaptismo, y m¨¢s ¡°puros¡±; a cambio se les exig¨ªa comunidad de bienes, absoluta transparencia en sus acciones, pensamiento ¨²nico, colectivismo activo y fe ciega en los nuevos gobernantes, que se dec¨ªan avalados por Dios.
El libro original alem¨¢n se titula Bockelson. A la muerte de Matthys, su secuaz Bockelson se proclam¨® rey universal y se crey¨® su desp¨®tico papel. Nombr¨® ministros y mand¨® embajadores a otras ciudades para convencerlas de la singularidad y superioridad del nuevo reino.
Malleczewen afirm¨® que el reyezuelo era un ser despreciable y que s¨®lo por ¨¦l no hubiera escrito el libro; le interes¨® m¨¢s el delirante fen¨®meno colectivo que semejante loco gener¨®. ?Por qu¨¦ personas cabales se dejaron dominar por un fantoche impune? El uso constante de la violencia para acabar con cualquier oposici¨®n fue determinante. Bockelson se rode¨® de una guardia de hierro formada por matones iletrados, ¨¢vidos de ejercer los m¨¢s atroces cometidos. Pero lo definitivo en su ascenso fue que una mayor¨ªa popular creyera en ¨¦l: ¡°Cuando se confunde con la multitud, el hombre es un ser il¨®gico, y en los periodos de p¨¢nico, sumamente irracional y hasta infantil¡±, dice Malleczewen. Los anabaptistas atacaban la corrupci¨®n generalizada, lo cual impresion¨® mucho a las masas. Apoyaron el resentimiento de los desfavorecidos y alentaron el odio a los poderosos ¡°leg¨ªtimos¡± con promesas de igualdad y redenci¨®n.
Las promesas quedaron en nada porque, en su tir¨¢nico reinado de pantomima, Bockelson fue el primer corrupto y el m¨¢s brutal. Invocando mandatos divinos, cortaba cabezas ¨¦l mismo, en competencia con el verdugo oficial¡ªotro bruto llamado Knip?perdolling¡ª. Instaur¨® la poligamia obligatoria, pues como profeta se aten¨ªa literalmente al dicho de Jesucristo: ¡°Creced y multiplicaos¡±. La lujuria y las crueldades sin cuento camparon a sus anchas en M¨¹nster durante 18 meses. El reinado de aquellos iluminados fue desastroso: s¨®lo trajo miseria y muerte. Algunos Estados alemanes reaccionaron en contra: formaron un ej¨¦rcito y sometieron la ciudad a un largo asedio, que conden¨® a los malhadados s¨²bditos del dictador g¨®tico a una terrible hambruna; algunos hasta comieron carne humana. Las escenas dantescas que se sucedieron son sobrecogedoras. Malleczewen lo cuenta cual cronista apasionado, recurriendo a testimonios de ¨¦poca e intercalando sus propias observaciones.
?l era de noble cuna de terratenientes. Fue militar en la I Guerra Mundial y despu¨¦s m¨¦dico, adem¨¢s de escritor y periodista. Public¨® libros de aventuras para j¨®venes y novelas de entretenimiento; la m¨¢s famosa es la c¨®mica Bombas sobre Montecarlo. Y ensayos hist¨®ricos. Colabor¨® en guiones de cine para pel¨ªcu?las que exaltaban el amor a la patria, humillada tras la Gran Guerra (Equitaci¨®n por Alemania). Y no fue precisamente un comunista, pues rechazaba las masas y las revoluciones, fueran religiosas o pol¨ªticas. Cuando Hitler accedi¨® al poder, se retir¨® a su finca rural de Baviera. Como despreciaba a los nuevos amos, opt¨® por hacer caso omiso de ellos. En su exilio interior escribi¨® en secreto su obra m¨¢s conocida en la actualidad: Diario de un desesperado (Min¨²scula); un testimonio clave de la resistencia de un alma noble al craso populismo. Supo enseguida que a la ¡°gigantesca psicosis e inconcebible borrachera colectiva¡± del nazismo le seguir¨ªa ¡°la m¨¢s gigantesca resaca del mundo¡±. As¨ª sucedi¨® con los nazis, e igual aconteci¨® en M¨¹nster cuatro siglos antes: a la ca¨ªda de la ciudad sigui¨® una masacre. Bockelson y los cabecillas murieron entre tormentos, y al final ¡°el diablo fue el ¨²nico que estall¨® en carcajadas¡±, seg¨²n escribi¨® un comentarista citado por Malleczewen. Y tal vez fuese el mismo diablo encarnado en un vecino del escritor quien lo denunci¨® a la Gestapo a causa de su nula adhesi¨®n al hitlerismo. Lo internaron en el campo de concentraci¨®n de Dachau, y all¨ª muri¨® de tifus en 1945. Su Bockelson es un estremecedor testimonio de la maldad y la necedad humanas empe?adas en oponerse a la raz¨®n: por desgracia, algo muy actual.
Historia de una demencia colectiva. Friedrich Reck-Malleczewen Ep¨ªlogos de Quirino Principe e Irmgard Malleczewen Traducci¨®n de Herman Mario Cueva Reino de Redonda, 2018 310 p¨¢ginas. 21 euros
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