Soy ¡®millennial¡¯ y me pregunto: ?de verdad no podemos apagar el m¨®vil en el teatro?
El actor Ricardo G¨®mez, popular por su papel en 'Cu¨¦ntame', reflexiona sobre las interrupciones que ha sufrido en las 85 funciones de su gira con Juan Echanove
Despu¨¦s de 85 funciones de Rojo, la obra que he estado representando junto a Juan Echanove durante siete meses, me gustar¨ªa comentar un dato que no solo me tiene preocupado e inquieto, sino que adem¨¢s me parece muy grave: desde el mismo d¨ªa del estreno hasta la conclusi¨®n de la gira no ha habido una sola funci¨®n en la que no haya sonado al menos un tel¨¦fono m¨®vil. Ni una. Luces que se encienden iluminando el patio de butacas, llamadas, mensajes o alarmas. O todas juntas.
Y claro, teniendo en cuenta que esta era mi primera gran gira teatral, y tan extra?ado por semejante situaci¨®n, decid¨ª preguntar a quien m¨¢s cerca ten¨ªa: mi compa?ero y director en la funci¨®n, Juan Echanove, que si de algo sabe es de giras teatrales, pues lleva m¨¢s de cuarenta a?os subido a los escenarios. No vaya a ser que se trate de una cosa natural que yo desconoc¨ªa y a la que deba empezar a acostumbrarme. Me sorprendi¨® comprobar que Juan no solo estaba igual de preocupado e inc¨®modo que yo, sino que se sent¨ªa triste y decepcionado. La decepci¨®n de quien lleva m¨¢s de media vida peleando por sacar un oficio adelante y que con frustraci¨®n se da de bruces con la realidad d¨ªa tras d¨ªa.
El teatro est¨¢ vivo porque se representa delante del p¨²blico sin trampa ni cart¨®n. Cada uno de los movimientos, palabras o silencios de los actores no est¨¢n ah¨ª por casualidad, todo tiene una intenci¨®n dram¨¢tica y narrativa. Y el silencio no solo es aliado de los int¨¦rpretes , sino tambi¨¦n del propio espectador. Es necesario para que todo lo que se intenta transmitir desde el escenario pueda envolver y atrapar a quien est¨¢ sentado en la butaca. Y cr¨¦anme que las melod¨ªas de los tel¨¦fonos no solo no ayudan ni a unos ni a otros, sino que rompen la magia y la concentraci¨®n en mil pedazos; y reconstruirla es ardua tarea. Para que nos entendamos todos, la llamada an¨®nima que suena entre el oscuro de la multitud es tu madre abriendo la puerta de tu habitaci¨®n a destiempo.
Y claro, ante el evidente caso omiso que se hace a los dos y tres avisos que se dan por megafon¨ªa antes de cada funci¨®n, empezamos a poner en voz alta posibles soluciones alternativas para acabar con esta lacra que amenaza el futuro del teatro. ?Inhibidores en las salas? ?Roperos obligatorios para tel¨¦fonos antes de acceder a la butaca? Qu¨¦ triste suena, joder.
Tengo 25 a?os, soy millennial y utilizo mucho mi tel¨¦fono. Destacan entre mis aplicaciones m¨¢s usadas WhatsApp, Twitter e Instagram. Podr¨ªa decirse que vivo pegado a mi m¨®vil. Pero cuando decido pagar una entrada para entrar en un teatro y disfrutar de un espect¨¢culo, activo el modo avi¨®n y listo, porque s¨¦ que tambi¨¦n ah¨ª dentro mi tel¨¦fono puede generar turbulencias.
?De verdad hemos llegado al punto en que no podemos estar una o dos horas sin comunicarnos con el mundo exterior? ?Nos han robado el presente?
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