Carmen Fr¨ªas, una diva en la sala de montaje
Para la creadora, montar era tener toda la pel¨ªcula en la cabeza, hab¨ªa que haberla imaginado antes de hacer los?cortes
Ha muerto una diva de la sala de montaje, ese lugar, tal como ella dec¨ªa, de soledad y reflexi¨®n. Aunque Carmen Fr¨ªas era una diva siempre. Usamos la palabra a sabiendas de que le har¨ªa re¨ªr y la descartar¨ªa con un gesto leve, como dejando caer la ceniza del pitillo con boquilla que fumaba, pero con la misma firmeza con la que propon¨ªa desechar un plano. Carmen Fr¨ªas lo sab¨ªa casi todo de las historias del cine y de la vida, y se atrevi¨® a decir lo que merec¨ªa la pena y lo que no. De complexi¨®n peque?a, cuando entraba en un lugar donde hab¨ªa muchas personas era imposible no advertir su presencia, estaba ah¨ª, su mirada abarcaba lo que suced¨ªa, pod¨ªa vivirlo y montarlo, esto es, reescribirlo, al mismo tiempo.
Fr¨ªas, siempre en lucha, se abri¨® paso en el mundo entonces masculino de los t¨¦cnicos de cine. No acept¨® imposiciones, mantuvo su independencia y sac¨® adelante a una hija y un hijo de un primer matrimonio, muy breve, y a una hija de una segunda pareja, breve tambi¨¦n, al modo de un personaje de las letras de Vainica Doble que luego dej¨® atr¨¢s para seguir a su aire. Luch¨® por la autonom¨ªa de las mujeres; logr¨® que se escuchara, al menos en parte, su talento. Luch¨® para acabar con la dictadura desde el Partido Comunista; por ello la detuvieron polic¨ªas voceando su nombre en los pasillos de una RTVE a donde regres¨® un tiempo, en agradecimiento a la movilizaci¨®n de sus compa?eros. Sigui¨® luchando en el siglo XXI y consigui¨® dar un fuerte impulso al sindicato de t¨¦cnicos audiovisuales, del que fue secretaria general durante cuatro a?os. En la Red han aparecido algunas informaciones err¨®neas: no naci¨® en 1936, sino en 1938; muri¨® con 81 a?os. No dej¨® el cargo de secretaria general por otras actividades: si no quiso volver a presentarse fue porque pensaba que los cargos deb¨ªan de ser rotativos para evitar que se crearan espurias estructuras de poder. Su hija Berta Fr¨ªas no se dedic¨® ¡°durante un tiempo¡± al montaje: sigue haci¨¦ndolo en Espa?a y en Latinoam¨¦rica, y es profesora de narrativa cinematogr¨¢fica.
Como la enumeraci¨®n de las pel¨ªculas que mont¨® Carmen Fr¨ªas s¨ª est¨¢ disponible, hablemos de su trabajo. El autor es el director, recordaba siempre, y si hab¨ªa que corregir se correg¨ªa, pero, insist¨ªa, ¡°d¨¦jame que te haga mi propuesta porque yo tengo algo que decir¡±. Quien monta las pel¨ªculas tiene, dec¨ªa, ¡°en general, un estudio muy profundo de lo que se est¨¢ contando y puede ofrecer al director alternativas que a veces, en el alboroto del rodaje, el director no ha visto¡±. Gan¨® dos premios Goya, pero es una frase muy peque?a para todo lo que hizo. Con motivo de la entrega del Premio Mujer de Cine 2013 a Fr¨ªas, Patricia Ferreira recordaba que siempre le ped¨ªa m¨¢s pruebas hasta que Fr¨ªas le dijo que montar era tener toda la pel¨ªcula en la cabeza, hab¨ªa que haberla imaginado antes de hacer los cortes.
Miguel ?ngel S¨¢nchez acude para describirla a dos palabras, generosidad y sabidur¨ªa, y cuenta: ¡°Su trabajo iba mucho m¨¢s all¨¢ del montaje y su mirada siempre era esencial. Le gust¨¢bamos los directores primerizos ¡ªhab¨ªa ayudado a varios a sacar adelante sus ¨®peras primas¡ª y sab¨ªa bien de la ilusi¨®n que uno invierte. Cuando vimos en Exa una primera copia de Arder¨¢s conmigo, pens¨¦ que la pel¨ªcula no me hab¨ªa quedado del todo mal y me mostr¨¦ contento. Me mir¨®, con un cari?o con el que poca gente me ha mirado, y me dijo: ¡®Est¨¢ bien, Miguel ?ngel, pero no cantes victoria. Anda que no te quedan batallas por librar¡¯. Una vez m¨¢s, ten¨ªa raz¨®n¡±.
Faltan m¨¢s voces que querr¨ªan y podr¨ªan hablar de ella y seguir¨¢n haci¨¦ndolo. Despu¨¦s de que le detectaran un c¨¢ncer, Carmen Fr¨ªas decidi¨® dejarse marchar. Tom¨® las manos del m¨¦dico y sonri¨® al decir: ¡°Como escribi¨® Neruda, confieso que he vivido¡±.
Muy pocas personas son capaces de abrazar esa determinaci¨®n con serenidad, tranquilas; solo, tal vez, aquellas que han podido imaginar su propia pel¨ªcula y se han dejado la piel para contar con ella una historia hermosa y necesaria. Carmen Fr¨ªas dec¨ªa que montar era sintetizar, y que en sintetizar, aunque no lo pareciera, estaba la parte creativa del trabajo. Ella habr¨ªa sabido montar tambi¨¦n esta historia. Nos queda la certeza de que ning¨²n resumen de su vida ser¨¢ nunca su pel¨ªcula, sino apenas un fragmento de secuencia, unido a otros muchos que se han formado y se siguen formando en las trayectorias de todas las personas que tuvimos la inmensa suerte de recibir una parte de su inteligencia y de su afecto. Busquen, si no la conocieron, sus pocas apariciones en la Red, vean las pel¨ªculas que mont¨® y f¨ªjense en alg¨²n corte, en su sentido del tiempo, en alguna uni¨®n de planos que parece tan sencilla y que tiene tanto valor.
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