El periodista que siempre llegaba primero a la escena del crimen
Una serie documental de Netflix recupera el surrealista caso del presentador brasile?o Wallace Souza
Era el rey de las audiencias de televisi¨®n en una de las ciudades m¨¢s peligrosas de Brasil. El p¨²blico adoraba aquel programa, un c¨®ctel de sucesos en su versi¨®n m¨¢s sensacionalista -entrevistas con supuestos criminales, cad¨¢veres acribillados, persecuciones policiales, toma de rehenes¡-, con humor de lo m¨¢s burdo y actos de beneficencia. El periodista Wallace Souza sab¨ªa bien c¨®mo atraer p¨²blico con casquer¨ªa televisiva. La audiencia se dispar¨® tanto que le catapult¨® a la pol¨ªtica, algo nada infrecuente en este pa¨ªs. Compatibiliz¨® la tele con el esca?o. Souza sol¨ªa llegar al lugar del crimen el primero, antes que la polic¨ªa. Su arresto en 2009 sorprendi¨® a la ciudad de Manaos, en plena selva amaz¨®nica. Pero eso no fue nada. Para conmoci¨®n, la que hubo al conocerse la acusaci¨®n policial: ordenar cr¨ªmenes para cubrirlos luego en su programa y aumentar la audiencia. Una historia surrealista que protagoniza la docuserie La muerte vende (Bandidos na TV, en su t¨ªtulo original), de Netflix.
Souza era un h¨¢bil orador envuelto en un discurso de mat¨®n que sus vecinos, hartos de la violencia de las bandas que se disputan el narcotr¨¢fico en la regi¨®n amaz¨®nica, respaldaban con entusiasmo. ¡°Las familias honestas de nuestra ciudad necesitan paz¡±, proclamaba en un programa, mientras en otro ofrec¨ªa su soluci¨®n para acabar con el problema: ¡°Para los traficantes solo hay una soluci¨®n: bala y tumba. Punto¡±.
El programa empez¨® con medios precarios, pero la audiencia respondi¨® bien desde el principio. Aquello atrajo a patrocinadores, contrataron periodistas¡ el fen¨®meno Souza crec¨ªa. El presentador acab¨® convertido en un aut¨¦ntico h¨¦roe para los vecinos de Manaos, la capital del estado de Amazonas, ahora la und¨¦cima ciudad brasile?a con m¨¢s asesinatos. Se presentaba como un gran azote del crimen. Alguien que combat¨ªa a unos delincuentes a los que el Estado, impotente o incapaz, no persegu¨ªa. Dos veces fue reelegido como diputado en la C¨¢mara estatal. Y desde esa tribuna lanz¨® su defensa al ser arrestado: ¡°Tal vez sufro la mayor persecuci¨®n pol¨ªtica que ha habido en este estado¡±, proclam¨®.
El director de Bandidos na TV, el brit¨¢nico-paraguayo Daniel Bogado, explica en una entrevista por escrito que descubri¨® la historia en 2009. ¡°La anot¨¦ en mi lista de ideas, pero pens¨¦ que alguien har¨ªa una pel¨ªcula sobre eso antes de que yo tuviera una oportunidad¡±. Pero en 2017 nadie hab¨ªa dado el paso, as¨ª que se fue un mes a Manaos a investigar y a entrevistar a los implicados supervivientes. Supervivientes porque la salud del h¨¦roe del pueblo, el criminal seg¨²n la polic¨ªa, se fue deteriorando a medida que la investigaci¨®n avanzaba. Souza muri¨® en un hospital en 2010 sin haberse sentado en el banquillo. Ten¨ªa 51 a?os.
Los siete cap¨ªtulos de la docuserie incluyen fragmentos antiguos del programa Canal Livre realmente extraordinarios como el momento en que una espectadora se levanta de su asiento para se?alar a un tipo gritando ¡°el hombre que mat¨® a mi hijo est¨¢ ah¨ª¡±, y c¨®mo la c¨¢mara se desplaza desde ella hasta el acusado. O la escabrosa imagen del presentador Wallace llegando a una zona boscosa donde hay un cad¨¢ver ennegrecido. ¡°Huele a churrasco. Ah¨ª est¨¢ el cuerpo. Mire, todav¨ªa sale humo. Es de sexo masculino¡±, explica a c¨¢mara mientras se tapa la nariz con la camisa. Tantos detalles sobre un cad¨¢ver todav¨ªa humeante llamaron la atenci¨®n de los investigadores cuando buscaban pruebas despu¨¦s de que una llamada an¨®nima les llevara a la detenci¨®n del principal testigo de la acusaci¨®n, el traficante Moacir Costa, apodado Moa, que asegur¨® haber perpetrado varios asesinatos por encargo de Wallace.
Tanto acusador como acusado pertenecieron a la polic¨ªa. Ese salto de defensor de la ley a criminal convicto o sospechoso de graves cr¨ªmenes que en Europa llamar¨ªa mucho la atenci¨®n, no hace levantar una ceja a nadie en Brasil, donde las bandas criminales que forman los miembros del cuerpo activos o retirados tienen hasta nombre propio, las milicias. Adem¨¢s, aqu¨ª son muchos los famosos que entran en pol¨ªtica. Tampoco es tan infrecuente que los diputados vayan presos, aunque suele ser por corrupci¨®n, no por encargar asesinatos. En cualquier caso, estos factores unidos a las miles de muertes violentas anuales (64.000 en 2017) o lo lejano que queda Manaos del Brasil m¨¢s poblado quiz¨¢ ayudan a explicar por qu¨¦ la repercusi¨®n del caso Wallace no fue mayor dentro y fuera de Brasil.
Los investigadores sostienen que matar a criminales para generar contenido para sus programas era una parte de la trama. Acusaron a Wallace de ser el l¨ªder de una banda criminal que, como los equipos de su programa (obviamente) llegaban antes que la polic¨ªa, robaban el dinero de los narcos asesinados (por otros). Luego empezaron a ser a¨²n m¨¢s osados. Se quedaban con droga. El siguiente paso fue matar camellos. La culminaci¨®n, nada menos que encargar el asesinato de narcos de la competencia. Esos fueron los mimbres con los que la polic¨ªa le acus¨® de encargar asesinatos para exhibirlos en su programa, liderar una banda criminal, posesi¨®n de arma ilegal y asociaci¨®n para el tr¨¢fico.
El director Bogado sostiene que, incluso si Wallace se hubiera sentado en el banquillo y hubiera sido absuelto, la historia merec¨ªa una docuserie: ¡°No creo que hubiera supuesto una gran diferencia para la serie. La historia hasta ese punto todav¨ªa era muy incre¨ªble".
El caso judicial sigui¨® sin ¨¦l. Culmin¨® en el juicio del a?o en Manaos con Raphael Souza, hijo del presentador, Moa (el principal testigo del caso) y un supuesto c¨®mplice en un tribunal ante un jurado popular. Y como si aquello hubiera sido obra de un guionista, ante el tribunal hubo un sorprendente giro en el caso, una sorpresa m¨¢s en la historia recoge esta serie documental.
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