Muere Pablo del Castillo, el ¨²ltimo de los Hermanos Mayo
El menor de los dos grupos de hermanos que formaron la agencia fotogr¨¢fica que retrat¨® la Guerra Civil espa?ola y el M¨¦xico del siglo XX ha fallecido a los 97 a?os
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
Pablo del Castillo llev¨® durante casi toda su vida dos relojes en su mu?eca, uno marcaba la hora espa?ola, el otro la mexicana. Eran las dos patrias del ¨²ltimo de los Hermanos Mayo, la agencia que inmortaliz¨® buena parte del siglo XX mexicano y retrat¨® la Guerra Civil espa?ola. En la primera de sus patrias naci¨® y de ella escap¨® durante la posguerra, y la segunda lo recibi¨® y en ella muri¨® este jueves, a los 97 a?os.
Los relojes permanecieron en su mu?eca hasta hace una d¨¦cada, cuando le asaltaron ¡°y le robaron dos, en vez de uno¡±, cuenta una de sus nietas, Mar Riveros, entre un sinf¨ªn de an¨¦cdotas de su abuelo. Pablo del Castillo fue el menor de los dos grupos de hermanos, los del Castillo y los Souza, que fundaron Hermanos Mayo. De hecho, ¨¦l no retrat¨® el conflicto b¨¦lico espa?ol. Pablo, que cuando comenz¨® la guerra ten¨ªa solo 14 a?os, permaneci¨® en la Espa?a de la posguerra nueve a?os m¨¢s, luchando contra la carest¨ªa con aquel estudio fotogr¨¢fico que abri¨® cerca de la estaci¨®n de Atocha, en el Paseo de las Delicias de Madrid, seg¨²n recordaba con todo detalle en la ¨²ltima entrevista que realiz¨® para EL PA?S. El resto, perseguidos por el franquismo, huyeron a Francia, pasaron por campos de concentraci¨®n hasta que lograron abordar el Sinaia, un barco que transport¨® a 1.600 refugiados a M¨¦xico.
En el pa¨ªs latinoamericano, Pablo se encontr¨® con sus hermanos y continu¨® con una carrera profesional que nunca parec¨ªa querer que terminase. Hab¨ªa retratado los acontecimientos hist¨®ricos m¨¢s destacados de la segunda mitad del siglo XX mexicano, sus instant¨¢neas hab¨ªan acaparado la portadas de los peri¨®dicos de la ¨¦poca y ¨¦l segu¨ªa siendo incapaz de desprenderse de la fotograf¨ªa. No se jubil¨® hasta los 91 a?os, cuando era fot¨®grafo de la Secretar¨ªa de Desarrollo Social (Sedesol), y de hecho las c¨¢maras que a¨²n hoy guardaba en casa estaban escondidas desde hac¨ªa un tiempo ante la angustia que le produc¨ªa verlas quietas, sin poder usarlas. ¡°La fotograf¨ªa fue su pasi¨®n, de hecho hasta hace poco preguntaba: '?Por qu¨¦ no voy a trabajar?¡±, recuerda Riveros.
Fotografi¨® junto al resto de los miembros de la agencia la matanza de Tlatelolco en 1968, los Juegos Ol¨ªmpicos de ese mismo a?o o el terremoto que sacudi¨® Ciudad de M¨¦xico en 1985. ¡°?ramos los m¨¢s famosos¡±; contaba orgulloso. Sus im¨¢genes, a veces amables, en otras ocasiones inc¨®modas para el poder, tuvieron que sortear varias veces los intentos de la autoridad por eliminarlas. ¡°Siempre llevaba en un bolsillo carretes sin usar, cuando me los ped¨ªan entregaba esos como si estuviese enfadado¡±, contaba entre risas.
La salud de Del Castillo hab¨ªa empeorado hac¨ªa unos meses, hasta que este jueves falleci¨® en su casa mientras dorm¨ªa. Sin embargo, en este tiempo todav¨ªa le quedaron fuerzas para sus partidas de domin¨®, que pod¨ªan durar hasta cinco horas, y para emocionarse con el f¨²tbol. Su coraz¨®n futbolero estaba dividido como su patria, entre el Real Madrid y sus queridos Pumas, a los que ve¨ªa esperanzado de que se hicieran con la liga esta temporada. Pero los ¨²ltimos minutos de televisi¨®n que dedic¨® a este deporte fueron para el Mundial femenino, que prefer¨ªa ver antes que la Copa Oro en la que participa M¨¦xico, cuenta Riveros.
Con la muerte de Pablo del Castillo se marcha el ¨²ltimo de una agencia, que inmortaliz¨® aquella Espa?a que se part¨ªa en dos, que narr¨® el frente, la retaguardia y los pueblos y ciudades que resist¨ªan a las tropas franquistas. ¡°Mis hermanos, el ¨²nico fusil que agarraron fue la c¨¢mara¡±, contaba Pablo recordando los a?os de la Guerra Civil espa?ola. Retrataron la historia de un pa¨ªs que tras la victoria de Franco requis¨® sus im¨¢genes y acab¨® expuls¨¢ndolos, pero que Pablo llev¨® en su mu?eca durante m¨¢s de 60 a?os.
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