Toni Acosta: ¡°A un padre ausente se le perdona. A una madre, no¡±

Llega bastante m¨¢s tarde de los 10 minutos de cortes¨ªa, pero se le perdona todo porque env¨ªa mensajes cada cinco minutos disculp¨¢ndose por tardar otros cinco y porque, cuando aparece por fin, lo hace al trote y casi se mata al trabarse con sus propias cu?as. Un vestido de flores y un sombrero y bolso de paja completan su atuendo en uno de esos d¨ªas de calor asfixiante en Madrid. Pareciera que viene de la playa, pero no, claro. Viene de hacer mil cosas y se va a otras mil, en un sofisticado remedo de Maite Soldevilla, su estresad¨ªsimo personaje en Se?oras del (h)AMPA. Antes, deja pagada la ronda por el retraso.

?Qu¨¦ lleva hoy en el maletero?

Uy, pues as¨ª, que recuerde, crema solar, toallas y gorros para la piscina, un rollo de papel pintado, porque estoy reformando una habitaci¨®n de casa, libros para devolver, una bolsa con un regalo para una amiga que iba a cambiar pero me ha caducado el tique y voy a tener que quedarme... Poca cosa.

Lo digo porque los guionistas de 'Se?oras...' dicen haberse inspirado en ¨¦l para escribir la serie.

El d¨ªa que lo vieron hab¨ªa vestidazos de noche para devolver a una firma que me los hab¨ªa prestado, un disfraz de palomita gigantesca para mi hija, t¨¢pers varios, un zoco. Las madres llevamos la vida en el maletero: tiramos del carro y no nos quejamos. Ellos fliparon y dijeron: 'Por qu¨¦ no homenajeamos a esas t¨ªas que pueden con todo'. Eso, dram¨¢ticamente, es muy atractivo. Lo mezclaron con un asesinato, y les sali¨® una bomba, claro.

?La realidad es tan divertida?

La conciliaci¨®n es una entelequia. Cuando tom¨¦ la decisi¨®n de ser madre sab¨ªa que ten¨ªa que renunciar a cosas. Cuando escucho a alguna decir eso de 'mi vida no va a cambiar', pienso: mal vas. Tu vida cambia, y mucho. Yo no me ca¨ª del caballo, pero ahora que se oye tanto lo de luchar por Madrid Central tambi¨¦n te digo que quiz¨¢ mi lucha tenga que ver m¨¢s con lograr la conciliaci¨®n real. Estamos solas, y solos, en esto.

?Sentimiento de culpa de madre trabajadora?

Todo. Yo creo que a las mujeres nos ponen ya en el hospital, como a las vacas cuando paren, el sello del sentimiento de culpa. Yo lo tengo, pero tambi¨¦n me lo trabajo con cosas pr¨¢cticas. El de diario, escap¨¢ndome una hora a yoga, o a la manicura. El de las giras, ya me lo como llorando sola en el hotel o el camerino.

?Se tolera m¨¢s a un padre que a una madre ausente?

Absolutamente. Yo soy divorciada, pero con un padre de mis hijos que ejerce como tal y con el que siempre cuento. He escuchado a t¨ªas justificar a un padre desaparecido tras una ruptura diciendo: 'Es que eran tres muy seguidos y se agobi¨®, el pobre'. ?Perdona? Una t¨ªa no se puede agobiar, una t¨ªa tira para adelante.

A veces, son los hijos quienes nos reprochan esas ausencias.

Los m¨ªos son m¨¢s amables, de momento. La peque?a, de 10, me recuerda que no he estado en alg¨²n cumplea?os, y lo saca cuando le interesa, pero eso hay que saber manejarlo. Intento imprimirles la idea de que, aparte de lo que hago en casa, tengo un trabajo donde se me reconoce y valora. Quiero imprimirles ese orgullo de "mam¨¢ trabaja, y mola". Y me est¨¢ funcionando. De momento.

Y luego est¨¢ la presi¨®n propia y ajena por parecer joven.

Mira, de eso paso. Creo que las mujeres de m¨¢s de 40 a?os estamos haciendo mucho bien por el cambio de los roles de belleza. Nos vestimos como nos da la gana, nos operamos o no, hacemos lo que queremos sin renunciar a nuestro pasado. Creo que todo lo que hemos peleado por hacerlo todo nos est¨¢ dando una recompensa, y es que se empieza a reconocernos como referentas.

?'Refequ¨¦'?

Jaja. En la serie tengo compa?eras j¨®venes, y me dicen, 'Toni, qu¨¦ maravilla, una prota de tu edad'. Entonces, me siento un poquito referenta, s¨ª. La mediana edad es la mejor. Si te va bien, lo disfrutas; y si te va mal, te perdonas. Es una edad en la que por fin est¨¢s en paz. Hoy soy la mujer que quer¨ªa ser. Aunque viniera un genio a concederme un deseo, no volver¨ªa a tener menos de 40.

Y les gusta a los j¨®venes. ?Le sorprendi¨® eso tras su divorcio?

Pero bueno: much¨ªsimo. Ahora mismo, viniendo para ac¨¢ loca perdida, va y me para uno, y le he dicho: 'Pero chaval, t¨² d¨®nde vas, que eres muy chico'. Criaturita.

La veo empoderad¨ªsima.

?Sabes que lo de empoderada no me gusta? Y no me gusta porque me suena a individualismo, y yo en lo que creo es en el grupo, en las amigas, en las hermanas, en la relaci¨®n madre e hija cuando te reconcilias con ella. En Espa?a no somos mujeres empoderadas, a¨²n no. Igual hay dos o tres. Pero m¨ªrame, yo he venido aqu¨ª corriendo porque ni llego ni alcanzo, y corriendo me voy ahora.