¡®Brujito¡¯, la casta ind¨®mita
Luis David cort¨® una oreja a una encastada y muy exigente corrida de La Palmosilla
LA PALMOSILLA / GARRIDO, LUIS DAVID, MAR?N
Toros de La Palmosilla, ¡ªel tercero, como sobrero¡ª, bien presentados, mansurrones, con mucha movilidad y casta. Destacaron primero, segundo y cuarto. Una corrida dificultosa y exigente para la terna.
Jos¨¦ Garrido: pinchazo ¡ªaviso¡ª y media estocada (silencio); pinchazo y descabello (ovaci¨®n).
Luis David: estocada baja (oreja); pinchazo y estocada baja (silencio).
Javier Mar¨ªn: dos pinchazos, cinco descabellos ¡ªaviso¡ª y descabello (silencio); nueve pinchazos ¡ªaviso¡ª y tres descabellos (silencio).
Plaza de Pamplona. 13 de julio. S¨¦ptima corrida de San Ferm¨ªn. Lleno.
El primer toro fue toda una sorpresa en cuanto sali¨® por toriles. Solo 500 kilos de peso y una presencia impresionante, serio, muy bien armado, de preciosa estampa.
Remat¨® con rabia en el burladero y lanz¨® astillas al aire, acudi¨® con movilidad y buen estilo a las ver¨®nicas de Jos¨¦ Garrido, que cerr¨® la tanda con una media de rodillas, consciente el torero de que deb¨ªa enviar un saludo afectuoso a los espectadores de sol.
El toro, Brujito de nombre, decepcion¨® en varas, donde manse¨®, con la cara alta y sin ninguna entrega, y obedeci¨® sin gracia en el tercio de banderillas.
Sonaron clarines y timbales, Garrido tom¨® la muleta y el animal se transfigur¨®. Misterios del toro de lidia. Ese manso suelto y huidizo, levant¨® la cara, se creci¨® en su amor propio y ofreci¨® una lecci¨®n magistral de lo que es la casta. Comenz¨® a embestir con fiereza, prontitud, codicia, agresividad e irregular fijeza. Garrido se estren¨® con un molinete de rodillas, y ya con las suelas de las zapatillas en la arena, toro y torero protagonizaron una lucha sin cuartel, dura, bronca y emocionant¨ªsima. Un toro repetidor, incansable, que guardaba en sus entra?as un vendaval de casta, y un torero sorprendido ante un oponente tan exigente, que clamaba por una muleta portentosa y por un torero con sentido del mando y dispuesto a jugarse el tipo de verdad.
Garrido dio muchos pases, sorte¨® las complicaciones con acopio de voluntad, pero no supo o no pudo superar las dificultades de la casta, que es un problema para los que se visten de luces y casi una quimera superarla.
El torero las pas¨® canutas porque el toro no se cansaba de embestir, y solo al final de la larga faena mostr¨® s¨ªntomas de agotamiento y quiso refugiarse en tablas. En fin, el espect¨¢culo de la casta, tan dificultosa y tan emocionante.
Eso fue lo que sucedi¨® durante la lidia de ese primer toro, que transcurri¨® entre una molest¨ªsima y agobiante polvareda, pues el ruedo no se hab¨ªa regado ante el anuncio de lluvias. Acertadamente, la autoridad orden¨® que se asentara la tierra, y la corrida pudo continuar con m¨¢s claridad, con menos casta, pero con la creciente movilidad de una corrida que ha dejado muy alto el pabell¨®n ganadero de La Palmosilla.
Claro que la movilidad derrochada de estos toros, con m¨¢s o menos nobleza, obliga a un esfuerzo extraordinario a los toreros y pone a prueba su capacidad, dominio y sentido art¨ªstico.
Otro toro de categor¨ªa fue el cuarto, el segundo de Garrido, otra m¨¢quina de embestir, m¨¢s bondadoso que el primero, pero igualmente exigente. Otra vez muchos pases y la sensaci¨®n de que all¨ª faltaba algo importante, poder¨ªo, profundidad, ligaz¨®n¡ Conclusi¨®n: un lote para el an¨¢lisis personal de Jos¨¦ Garrido.
Luis David mat¨® a su primero de una estocada baja y pase¨® una oreja en la t¨®mbola de la capital navarra. Es un torero variado, vistoso, entregado, pero poseedor de una tauromaquia muy corta y superficial. Lo da todo, s¨ª, pero es que tiene poco.
Con dos largas cambiadas de rodilla recibi¨® a su primero, y se luci¨®, despu¨¦s, en un quite por zapopinas. Puso banderillas con tan buena disposici¨®n como poco acierto y, muleta en mano, hizo una faena larga, ins¨ªpida, aburrida e incolora ante un toro experto en seguir el enga?o con insistencia y codicia, no exenta de nobleza. Y otro que se movi¨® de principio a fin fue el quinto, m¨¢s corto en su recorrido, pero igualmente dificultoso para el torero, que estuvo por all¨ª con esforzada voluntad y poca gloria.
Debutaba un torero de la tierra, Javier Mar¨ªn, que tom¨® la alternativa en julio de 2017 y esta era la octava corrida de su carrera. Un bagaje muy corto para un compromiso tan serio.
Dio muestras de un gran valor y no volvi¨® la cara ante un lote muy duro, pero la realidad es inequ¨ªvoca y su inexperiencia le pas¨® una l¨®gica factura. Devuelto el tercero porque sali¨® con el pit¨®n derecho roto, el sobrero fue un se?or de 625 kilos, manso, descastado y esabor¨ªo con el que Mar¨ªn mostr¨® tantas carencias como la plausible decisi¨®n de estar bien ante sus paisanos. Un quinario sufri¨® ante el complicado sexto ¡ªse salv¨® de milagro en una espeluznante voltereta¡ª, una pesadilla para un debut jam¨¢s so?ado.
La corrida del domingo
Toros de Miura para Rafaelillo, Octavio Chac¨®n y Juan Leal.
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